Ha comenzado la tarde gritando a pleno pulmón su tradicional “¡tongo, tongo!”. Un clásico del concurso que el personal presente en la sociedad Kaskallueta le ha devuelto a coro cuando salió a recoger el primer premio. “Me gusta decirlo todos los años gane o no gane... y es lo que pasa, cuando hablas te vuelve”, se reía este miércoles Óscar Garcés, responsable del bar Harpea y flamante ganador de la XXIII Semana del Pintxo de la Txantrea, en la que también se adjudicó el premio popular.
Una edición histórica con récord de participación, como destacó ANAPEH. Más de 1.000 pintxos de media en cada establecimiento, picos de hasta 1.800 en algunos –caso del propio Harpea– y una multitudinaria votación de los clientes en la elección del Pintxo Popular, con más de 100 votos registrados entre aquellos que degustaron al menos 10 pintxos, y un resultado reñido entre los favoritos.
“Esta edición ha habido una diferencia abismal de clientes con otros años”, ha destacado Garcés sobre el tirón de la cita, que en su opinión suponía que “todos los bares hemos ganado”. “Nos ha hecho buena semana, ha venido a probar nuestros pintxos gente de otros barrios; de Burlada, Villava, Ansoáin, de Pamplona, muchas cuadrillas de gente joven, de gente mayor... ha sido algo inesperado y muy importante”. Y, por supuesto, la gente del barrio: “Es que la Txan es la hostia y se vuelca. Haces lo que se, cualquier cosa, y ya está deseando. Este barrio es diferente a los demás”, ha dicho.
El bar Harpea, que ya se impuso en la edición de 2022 con una zamburiña, se llevó esta vez el máximo galardón con su pintxo Txantxatun, un panipuri –pequeña esfera crujiente y hueca de masa frita originaria de la India– relleno de tartar de atún rojo con mayonesa de trufa y flor comestible. Para el jurado, “una verdadera joya gastronómica capaz de alcanzar una armonía perfecta entre los ingredientes. Su gran frescura y su facilidad de consumo contribuyeron a que fuese percibido como un bocado equilibrado, fluido y plenamente disfrutable”, han argumentado.
“Era una apuesta bastante importante con un tartar. Este año quería llevarme el premio, y está inspirado en uno que vi en el Campeonato de España de pintxos”, ha dicho Garcés. “Y apostar por el crudo, que ahora a los jóvenes cada día les gusta más y está más de moda”. Un atún rojo, por cierto, “de la pescadería de la Modesta de Ansoáin”, ha querido recalcar Óscar.
Garcés, al frente del bar desde hace 19 años, ha afirmado que el pintxo ganador estará presente al menos este fin de semana. “Luego ya veremos si lo tenemos en la carta, porque es más complicado de elaborar y al cocinero no le podemos meter más cosas de las que tiene”, ha añadido . Y ha alabado el trabajo de su equipo y del cocinero Iñaki Idoate, “que el pobre se ha pegado una pechada toda la semana... que llegaba el domingo y no sabía ni lo que tenía que hacer ya, de todo lo que ha hecho. Una barbaridad”.
También se ha acordado de sus padres, ya fallecidos, así como de su suegra María, “que siempre venía a todos los campeonatos, se murió el año pasado también y le hubiera hecho mucha ilusión. Es un pintxo con recuerdo para todos ellos”.
Los galardones
El segundo premio ha recaído en el bar Ezkaba con su pintxo Jainkozko Txerria, un brik de pata de cuto rellena de carrillera en su jugo acompañado de puré, boniato y reducción de Pedro Ximénez. El jurado ha subrayado la audacia de esta propuesta, en la que la casquería se trabaja con una técnica exquisita y se presenta en un formato poco habitual. La elaboración y el emplatado fueron valorados como impecables, reforzando la personalidad de un pintxo que sorprendió por su equilibrio y valentía culinaria.
La tercera posición fue para el restaurante Malatesta con su pintxo Hồ Chí Minh Muôn Năm, un ekotalo acompañado de coulis de piña asada, rúcula, pollo a la vietnamita, salsa de curry rojo, polvo de cacahuete y cebollino. El jurado ha destacado la capacidad del establecimiento para combinar raíces locales con una mirada internacional, demostrando un profundo conocimiento de la cocina global y una ejecución que lograba unir culturas gastronómicas distintas en un único y memorable bocado.
Además, el jurado ha otorgado una Mención Especial al bar Euntze por su pintxo Ping Pong Ikura, una bola de maíz crujiente rellena de parmentier de patata con queso crema, txangurro, ikura y salsa teriyaki. Se ha valorado especialmente su presentación visual, original y cuidada, así como la acertada combinación de sabores que, unida a la estética del plato, ofrecía una experiencia completa para los sentidos.