José Javier Zabaleta se ejercita en el frontón Municipal de Mungia. Hace hincapié en encontrarse con la pelota, a mitad de cancha, sobre el cuadro cuatro. Le suelta con la derecha. Por detrás, Xabier Erostarbe, que comparte sesión, salta para hacerse con la pelota, que vuela, vuela y vuela. A velocidad de vértigo. Un halcón peregrino en pleno descenso. Un misil. Tierra-aire. Un asteroide. Armagedón. 

Y un millón de flashbacks salvajes: en el Parejas, en el mismo escenario, el pegador de Etxarren dejó a Ezkurdia-Tolosa en 7 en el descorche de la edición 2022 junto a Elezkano II; en la de 2021 los mismos verdugos ajusticiaron a Artola-Aranguren por 22-3 en 269 pelotazos; en 2018, junto a Ezkurdia, tumbó a Altuna III-Martija por 22-16, y en 2017, con un recital incluido de Jaka, suplente de un lesionado Elezkano II, arrasó con Altuna III-Barriola (22-5). Ha disputado otros cuatro partidos de festival en los tradicionales Sanpedros. Colecciona dos victorias –en 2018 con Danel ante Irribarria-Rezusta (22-9) y en 2016 con Altuna III ante Irribarria-Barriola (13-22)– y dos derrotas –en 2017 con Irribarria ante Elezkano II-Rezusta (22-13) y en 2014 con Titín III ante Xala-Rezusta (13-18)–. “He venido varias veces a Mungia y me encuentro bien. He perdido alguna vez, pero siempre me ha gustado”, describe el zaguero de Sakana, cuatro veces campeón del Parejas, quien añade que “tiene un frontis alegre. Es un frontón que cuando le das bien, la pelota sale con velocidad. Es agradecido. Cuando el manista está de darle, atrasa mucho la pelota”. 

Aitor Elordi conoce de antemano el poder del navarro: “Mungia es un frontón largo, con mucha altura. Si José Javier mete la pelota en la mano, busca altura y le imprime mucha velocidad. Para el pelotari contrario eso es criminal. De todos modos, si hay un zaguero que puede hacerle frente, ese es Rezusta. Vamos a salir con esa esperanza. Creemos en nosotros”. Tiene razón: el único pelotari capaz de tumbar a José Javier en Mungia es el bergararra. Lo ha hecho en dos ocasiones. Eso sí, sin nada en juego. El duelo entre Zabaleta y Beñat sigue acumulando episodios. Este jueves es el enésimo. Este martes se acabaron las entradas. Más de 700 personas acudirán al enfrentamiento, a partir de las 17.15 horas.

Semifinales encarrilladas

Y el presente Parejas se derrama como arena entre los dedos entre dos combinaciones que son el hambre y las ganas de comer. Peio Etxeberria y Zabaleta, con siete victorias en nueve partidos y las semifinales bastante encarrilladas, tienen ambición. “Siempre quieres estar mejor. Soy exigente conmigo mismo. Tenemos cinco partidos por delante para coger confianza”, afirma el zaguero, quien añade que “quizás con la derecha hay días que no gozo como me gustaría. Hay pelotas que me deja a placer mi compañero y que no aprovecho como debería”. Fue una de las cosas que ensayó este martes. “Peio lleva semanas a altísimo nivel”, desbroza y confiesa que “no nos podemos despistar”, porque hay combinaciones que “presionarán”.

"Todo al revés de lo planeado"

A Elordi y Rezusta les cruje el estómago de inanición. Llevan cuatro puntos. Han ganado solo un partido de los últimos seis. Urgencias. “Al partido de Getaria llegábamos con buenas sensaciones tras el de Eibar. Teníamos muchas esperanzas, pero salió todo al revés de lo que teníamos planeado. Era un punto importante y no pudimos sacarlo. Vuelves a casa con disgusto. En vez de centrarnos en el punto, hay que ver cómo estamos como pareja. Nos está costando encajar. Tenemos que dar un paso adelante si queremos llegar a los play-off. Quedan muchos partidos por delante, pero tenemos que sumar”, revela el campeón del Manomanista, quien remata que “cuando pierdes, le das más vueltas a la cabeza. Nos hace falta sumar como binomio”.

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“Material más bajo”

Respecto al material propuesto este martes en la elección de material, las parejas convinieron que “hay menos que en otros partidos”. De todos modos, la humedad presente en la pared izquierda del frontón perjudicó el trabajo de seleccionador y técnicos. Incluso, se barajó suspender la liturgia.