Los partidos necesitarán aproximadamente un mínimo de 6.500 votos para lograr cada uno de los 50 escaños del Parlamento de Navarra que están en disputa el próximo 28 de mayo. La cifra depende de la participación –a más electores, más votos necesarios–, así como del reparto de los últimos escaños en liza, que pueden hacer más o menos rentable cada sufragio. No obstante, un repaso histórico de las últimas cinco elecciones al Legislativo foral dejan una media de 6.492 votos por cada uno de los parlamentarios, repartidos en base a la Ley d’Hont, y que no suele ser igual para todos.

De hecho, la última cita electoral de 2019 es la que rompe un poco la media. La alta participación de aquel año (72%) y un nivel de población superior encareció algo los escaños. Su reparto se vio muy condicionado además por la unidad de la derecha en una candidatura claramente mayoritaria que se benefició de los restos, y la entrada de dos partidos minoritarios, Izquierda-Ezkerra y Podemos, que escasamente habían superado el 3% mínimo requerido.

Es el caso de I-E, que con 10.472 votos tuvo sólo a Marisa de Simón en la Cámara. Con apenas 5.000 más hubiera logrado un segundo representante. Algo parecido le ocurrió a Podemos, que con 16.518 votos tuvo dos parlamentarios (a 8.259 cada uno), mientras que EH Bildu necesitó 7.233 por cada representante y Geroa Bai 6.703. Los 11 escaños del PSN salieron por 6.531 votos, y los 20 de Navarra Suma, por 6.367.

Votos por cada escaño en Navarra.

Votos por cada escaño en Navarra.

Históricamente a los partidos más votados el escaño les suele salir algo más baratos. Fundamentalmente porque al tener más votos suelen hacerse con los últimos escaños en liza. Y al tener más escaños amortizan mejor cada voto. Por contra, los grupos más pequeños suelen tener más votos ‘sobrantes’ a la hora del reparto de escaños, quedando lejos del siguiente.

En cualquier caso, las elecciones al Parlamento de Navarra se celebran en una circunscripción única por lo que el reparto de escaños en base a la Ley d’Hont suele ser muy proporcional respecto al número de votos obtenido. Generalmente, los partidos navarros convierten en escaños la mitad del porcentaje de votos logrado. Es decir, un partido con el 20% de los votos suele lograr en torno a diez escaños en el Parlamento; con el 10% cinco; y con el 30%, quince.

Los efectos de la Ley D’hont

Y aunque el reparto de escaños con la Ley d’Hont no es estrictamente proporcional, sí suele ser equilibrado. Un sistema que, contrariamente a lo que se suele creen, se acerca mucho a la proporcionalidad pura y que no necesariamente perjudica a las formaciones pequeñas. Al menos cuando se trata de una única circunscripción, como es el caso de Navarra. Históricamente cada asiento en el Parlamento foral se ha repartido en un horquilla de votos que oscila entre los 6.000 y los 7.000 votos

Ocurre sin embargo que la proporcionalidad pura nunca es posible porque el resultado electoral no siempre lo permite. Siempre hay décimas difíciles de distribuir. Así que se ha optado por la fórmula que garantiza un reparto equitativo para redondear el número de escaños.

La Ley d’Hont está pensada precisamente para garantizar la pluralidad política frente a otras formas de reparto de escaños suelen premiar a los partidos mayoritarios. Como el sistema mayoritario, de una o dos vueltas, en el que cada escaño es uninominal y se decide por separado, algo que prima los partidos más grandes. La ley electoral, eso sí, exige un respaldo mínimo para evitar la proliferación de partidos pequeños que pudiera dificultad la gobernabilidad, y que es del 3% de los votos en elParlamento y del 5% en los ayuntamientos.

Además, y más allá de la importancia política de cada escaño, la representación parlamentaria también tiene su importancia para la financiación de los partidos, que reciben la subvención en función del número de representantes. Por cada parlamentario hay una ayuda mensual de 1.491 euros para gastos de funcionamiento y otra de 1.140 para gastos de organización. Además, cada grupo tiene una subvención fija de 8.253 euros y otros de 4.255 euros por cada cinco parlamentarios o fracción.