La investidura de María Chivite empieza a ver la luz, y lo hace con el inesperado foco de EH Bildu. La formación soberanista dio ayer un giro a las negociaciones ofreciendo su voto a favor de la candidata del PSN, que podría reeditar la presidencia del Gobierno de Navarra con el apoyo también de Contigo Zurekin y la previsible abstención de Geroa Bai. La coalición de Uxue Barkos ya avanzó que no se opondría al Gobierno si los socialistas cerraban un acuerdo con la izquierda abertzale. Quizá lo que no esperaba es que fuera a ser tan rápido.

Todo ha girado así en apenas 24 horas. La negociación del nuevo Gobierno había quedado bloqueada por la nueva estructura que plantea el PSN. Un recorte de competencias que deja a Geroa Bai sin dos de sus cuatro consejerías (Vivienda; Medio Ambiente y Desarrollo Rural), y con menos capacidad ejecutiva en Desarrollo Económico y Relaciones Ciudadanas, que pierden sus principales direcciones generales. Una propuesta que la coalición de Uxue Barkos ha recibido como “una invitación a salir del Gobierno”, por lo que el lunes por la tarde retó al PSN a buscar el apoyo de EH Bildu para garantizarse la investidura. Y EH Bildu no ha tardado en posicionarse del lado del PSN. 

Su portavoz Laura Aznal salió este martes al quite para ofrecer el voto favorable de sus nueve parlamentarios a Chivite en la investidura, sin contraprestaciones ni líneas rojas, y con el objetivo de “evitar el bloqueo” y por “responsabilidad”. Aznal ha aprovechado su intervención para criticar “la guerra de cargos” entre el PSN y Geroa Bai, y ha evitado vincular su voto a la alcaldía de Pamplona. Rechaza en todo caso cualquier alternativa en la capital que no pase por un alcalde de EH Bildu.

Un escenario abierto

No hay por lo tanto condiciones por parte de EH Bildu, que considera que la prioridad es arrancar la legislatura con una mayoría progresista y evitar una repetición electoral. Tampoco más compromiso en la gobernabilidad, lo que apunta a un Gobierno de 14 escaños (los 11 del PSN y los tres de Contigo-Zurekin) obligado a negociar de forma permanente en el Parlamento foral. 

Una fórmula similar a la que se puede dar en el Congreso de los Diputados, pero que abre la puerta también a la geometría variable. A la posibilidad de que el Ejecutivo de Chivite pueda buscar indistintamente acuerdos a su derecha y a su izquierda. Una vieja aspiración del PSN, que se puede encontrar con la disposición de UPN a garantizar la gobernabilidad si se le respetan las alcaldías. Objetivo al que mira también, aunque no de forma pública, EH Bildu, que sigue confiando en las mociones de censura.

 El panorama en cualquier caso sigue abierto y quedan todavía muchas cartas por jugar. El PSN insiste en que su apuesta sigue siendo un Gobierno de coalición con Geroa Bai que sume los 21 parlamentarios, uno más de los que tiene la derecha (UPN, PP y Vox). Y emplaza a su socio actual a que presente una contraoferta a su estructura de Gobierno, que se muestra dispuesto a mejorar.

Pero Geroa Bai, donde existe la sensación de que todo esto venía ya previamente cocinado –tanto la cesión de Vivienda a Contigo-Zurekin como el voto a favor de EH Bildu–, avanza que no quiere entrar en “mercadeos” de consejerías. Su presencia en el Gobierno pasa por que se reconozca su peso político, de siete parlamentarios, y una representación en el Gabinete de Chivite equivalente al de la pasada legislatura. No tanto en cuanto a número de consejerías sino en cuanto a la importancia y competencias de las mismas. Y eso algo que los socialistas rechazan, lo que dificulta el acuerdo y aleja a Geroa Bai del futuro Gobierno de Navarra.

Los plazos entre tanto siguen corriendo. El día 28 es el último día legal para que el BON publique el nombramiento de la nueva presidenta por lo que, a más tardar, el presidente del Parlamento, Unai Hualde, deberá llevar a cabo la ronda de consultas con los portavoces antes del día 23, de forma que el pleno se pueda llevar a cabo en tiempo y forma. 

Los socialistas en cualquier caso no quieren esperar tanto. Tampoco tendría mayor sentido, una vez conocidas ya las posiciones de cada partido. Así que esta misma semana Chivite podría comunicar a Hualde su intención de optar a la investidura, que podría tener lugar la próxima semana. Queda por ver si lo hace con un Gobierno de 14 o de 21 parlamentarios, y si EH Bildu decide resolver la ecuación del lado socialista, asumiendo su papel en la gobernabilidad futura de Navarra. Un escenario impensable hace no mucho, pero que ahora mismo parece lo más probable.