Aquel cambio de 2015 también tuvo traslación en ayuntamientos.

–Y en la Federación Navarra de Municipios y Concejos magníficamente dirigida por Pablo Azcona.

¿Fue todo bastante bien ensamblado entre Gobierno y consistorios?

–Salvo algún capítulo muy concreto, que me dejó un enorme disgusto, como Rozalejo, porque creo que hubo una enorme irresponsabilidad de algunos.

¿Por inhibición?

–No, por inhibición no. Yo quiero recordar que hasta 2019 por lo visto en Pamplona necesitábamos locales, el 25 de mayo de 2019 ya no lo necesitábamos, ya nunca más. Inhibición no, acción directísima. ¿Puedo hablar de alguien en concreto? No me atrevería. Reconozco que aquello me dolió enormemente. Salvo eso, yo creo que hubo un trabajo muy leal, con diferencias en algunos casos, pero coordinado en general.

¿De qué está más satisfecha en el desarrollo de esos cuatro años?

–En muchas cosas. De la implicación de Navarra en el ámbito europeo a través de la Eurorregión y de nuestra presencia convencida en Madrid. Trabajo brillante de Ana Ollo con Mikel Irujo. En materia de convivencia, de reconocimiento de víctimas, del trabajo brillantísimo de Álvaro Baraibar. El poso que ha dejado... La emoción que sentí en el homenaje a la familia de Mikel Zabalza; me parecía básico, luego no quise molestar más. También del reconocimiento muy especial a víctimas de ETA, algunas sin reconocer. De la memoria histórica, los homenajes, por ejemplo, a las maestras y maestros, el primer banco de ADN público... El trabajo con la Sociedad Aranzadi que nos ha permitido una relación con las instituciones navarras y que permitió encontrar... (se lleva las manos a un colgante de la Mano de Irulegi). ¿Qué más? Del Convenio, recuperar las cocinas para el Hospital de Navarra, algo tan básico. O de llevar Modelo D, porque así lo mandataba la ley, de ir a la escuela pública, a pesar de las dificultades y la racanería con la que todavía lo vivimos hoy. O la atención a la pobreza. Es una de las mejores inversores de una sociedad. Una red pública sanitaria y educativa, y trabajar por erradicar pobreza. Eso es una sociedad rica. O la industria, donde se dejaron sentadas bases, o desatascar el tema del Canal de Navarra de unos proyectos faraónicos, que no venían a cuento y eran mentira... También estoy muy orgullosa, ya sé que tiene muchos padres y madres, de la transferencia de Tráfico. Gestión que en su momento llevó a cabo el PNV en Madrid, lógicamente a requerimiento de Geroa Bai. ¿Es verdad que previamente UPN con Aznar hablaron un día que quizá...? Pero la única realidad y propuesta seria la hizo mi Gobierno, Mari José Beaumont en la recta final. Y luego la ha cosificado la presidenta Chivite. Pero quien movió el erial de transferencias que habíamos vivido, tanto con gobiernos de UPN como del PSN, fue Geroa Bai.

“Creímos que podríamos repetir mandato, y no vimos algo básico, que Podemos retrocedía muchísimo y que ese voto volvía al PSOE”

¿Y qué cambiaría a toro pasado?

–Tantas cosas, tantas cosas (se ríe).

Una, por ejemplo.

–Muchas de actitud, los sofocones que nos llevábamos, pero no me detendría en una porque tampoco creo que hubiera cambiado nada definitivo.

Pero un segundo mandato liderado por Geroa Bai habría dado...

–Pero fíjese, Geroa Bai en las elecciones de 2019 sacó un magnífico resultado, creció un 12% de voto...

¿Trabajaban sobre la expectativa de un segundo mandato?

–Sí, creímos que podríamos repetir, y no vimos algo tan básico como que Podemos estaba sufriendo un retroceso importantísimo y que ese voto volvía al PSOE. Con unos resultados lo suficientemente importantes como para liderar el siguiente Gobierno y hacerlo sin UPN.

¿Hay temas que tienen difícil traducción en las urnas, y parte de los avances no tuvieron premio?

–Todo lo contrario. Han tenido castigo. Por ejemplo, el asentamiento, despacito y con mucha tranquilidad, del euskera en la Administración permitió a los partidos nacionalistas españoles, UPNy PSN, hacer una cosa de la que me arrepiento cómo lo gestionamos, no de lo que hicimos. Pero sí nos castigó, claramente, permitió lanzar el fantasma de que estábamos imponiendo el euskera. Nada más lejos de la realidad. No hay más que ver, que a día de hoy seguimos trabajando en que el euskera llegue a la Administración de Navarra en términos de realidad sociolingüística, ni más ni menos. ¿Me arrepiento de lo que hicimos? De ninguna de las maneras. ¿De qué me arrepiento? De cómo gestionamos a lo mejor el famoso IVA de las madres. Por cierto, el Partido Socialista afirmó que lo iba a devolver, luego no podía porque lo que habíamos dicho era verdad, hizo un apañito, pero bueno, ahí se terminó.

Y en torno al euskera...

–¿Nos acordamos de la famosa manifestación –de nacionalismo español– de aquella que iba con una txistorra? Ahí estaban UPN y PSN. Claro, batallar contra todo eso... Tuvieron capacidad para hacerle creer a la ciudadanía que se le estaba imponiendo el euskera. Lo niego rotundamente. Hubiera vuelto a hacer lo mismo. Yo llegué al Gobierno para gobernar para todo el mundo, y, no se lo creerán, pero poner al euskera donde le corresponde a esta sociedad es gobernar para todas y todos los navarros. Aunque todavía haya quien crea la mentira de la imposición.

Ese cambio de 2015 ha tenido dos versiones más. A medida que pasa el tiempo la fuerza del concepto se pierde.

–Es más, ese cambio empieza a ser sistema, claro.

Es lo que se pretendía, pero se pierde novedad.

–Y se gana en experiencia, y en convivencia. Aquellas formaciones de 2015 eran protagonistas o herederas de quienes siempre habían vivido en la oposición en Navarra. Hay que cambiar el chip. Eso en el Parlamento costaba. Ahora hay una acción normalizada en la que participamos de una u otras maneras en una década de gobierno. Está muy bien.

¿Y cuál es el horizonte para 2027? ¿Cuál debe serlo?

–Solo entiendo la política como servicio público. Por lo tanto, seguir trabajando por una Navarra mejor, por una sociedad mejor armada ante los retos. Si no se viene a política para eso, no me merece la pena. La política es muy ingrata, enormemente ingrata. Es dolorosa, pero muy hermosa. Es una actividad que te chupa todo el tiempo del mundo, el tuyo y el que quieres dedicarle a tu familia, porque no hay horas. Por lo tanto, solo de verdad si vienes a trabajar por una sociedad mejor compensa. Me gustaría que con nuestra marca manteniéndose en el espacio político por más que ahora nos esté tocando una temporada más difícil. Es que Geroa Bai nació muy fuerte. Éramos una sigla muy pequeña que de repente consiguió unos resultados excepcionales hasta 2019, pero sigue representando un espacio público que cree en la pluralidad de esta sociedad, desde un reconocimiento de nuestra riqueza también cultural y plurilingüística, donde convivimos abertzales y no abertzales. No apostar desde Geroa Bai por Geroa Bai es tanto como hacer un regalo a todos nuestros adversarios de todo el arco parlamentario. Sin Geroa Bai no hubiera existido esto. No es verdad que el Partido Socialista habría trabajado con Bildu en un gobierno. Y en eso creo que podemos estar muy orgullosas. Sin Geroa Bai no tengo ninguna duda de que volveríamos otra vez aquello que hubo. Eso obliga también a una especial responsabilidad. A eso es lo que aspiro. Poco más, yo desde una perspectiva de trabajo muy sosegado.

“No apostar desde Geroa Bai por Geroa Bai es tanto como hacer un regalo a todos nuestros adversarios de todo el arco parlamentario”

Bildu tiene la ventaja de ser relevante sin desgaste en la gestión. ¿En 2027 se debería corresponsabilizar de un Gobierno o debe imperar la actual fórmula?

–Yo creo que las fórmulas de Gobierno las dicta sobre todo la ciudadanía en las urnas. En una noche electoral es dónde tienes que decidir. ¿Debe Bildu entrar? Bildu está viviendo un momento dulce en todo el Estado porque de repente hemos descubierto que se puede hacer política negociando y trabajando. Algunos llevamos muchas décadas en eso. Pero está muy bien, es lo que llevábamos décadas pidiendo a Herri Batasuna. Bueno, Bildu está descubriendo las mieles de esto. Los partidos políticos, como las personas, como las sociedades, tienen sus momentos de ola. Bildu está en la de subida, clarísimamente, por eso creo que es tan importante, especialmente en la política navarra, una pequeña realidad de contención que es el espacio político que lidera Geroa Bai. Pero a Bildu le va a tocar moverse, ya le está tocando en ayuntamientos, y ya vive momentos bien poco gratos. No tiene más que ver realidades en esta misma ciudad. Pues claro, cuando te toca gobernar te toca tomar decisiones que no resultan gratas a tu militancia o a tu votante. ¿Veremos un PSN gobernando con Bildu? Que hable el PSN.

Geroa Bai fue un ejercicio de resiliencia tras el desmembramiento de Nafarroa Bai.

–Qué doloroso fue. EA y Aralar hicieron una apuesta... Pero sería más irresponsable a mi entender llevarse por delante Geroa Bai en la política navarra hoy, lo que no preveo.