Las elevadas temperaturas que se registran en verano se convierten en el caldo de cultivo ideal para la proliferación de las bacterias que causan las intoxicaciones alimentarias. Encuentran la temperatura óptima para reproducirse entre los 30 y los 37ºC.

Estas intoxicaciones aumentan un 25% durante el verano y, aunque en la mayoría de los casos causan afecciones leves, pueden acarrear mayores complicaciones en los grupos de población más vulnerables: menores de 5 años y mayores de 65.

Seis de cada diez intoxicaciones de este tipo se producen en el hogar y, aunque las más frecuentes son las producidas por bacterias, también hay virus y parásitos que pueden provocarlas al alterar los alimentos durante su cultivo, transformación, distribución, almacenamiento, etc. Los productos más peligrosos son las frutas y las verduras, las carnes, los pescados y mariscos, los huevos, la mayonesa y los lácteos.

En verano es muy importante extremar las precauciones al cocinar. Freepik

Expertos de TK Home Solutions nos ofrecen cuatro claves para prevenir intoxicaciones alimentarias:

1- Cuidar mucho la higiene. Antes de manipular los alimentos, debemos lavarnos bien las manos y limpiar las superficies y los instrumentos que vayamos a utilizar. Nunca hay que lavar la carne y si queremos lavar un huevo porque tiene la cáscara sucia, debemos consumirlo inmediatamente. Especial atención debemos prestar a los paños de cocina y a las bayetas: hay que cambiarlos a menudo ya que pueden convertirse en vehículos de transmisión de virus y bacterias.

2- Evitar la contaminación cruzada. Se produce cuando se emplea el mismo cuchillo o la misma tabla de cortar para carnes o pescados y alimentos que se consumen crudos. En la nevera o en el congelador y en el carrito de la compra, es importante que carnes, huevos, pescados y mariscos se coloquen por separado, sin que se toquen con verduras, frutas y resto de alimentos. Todo debe almacenarse en recipientes, bolsas selladas o envases con tapa que eviten la posibilidad de que se derramen líquidos.

3- Cocinar de forma adecuada. Los alimentos que se consumen cocinados deben ser sometidos a temperaturas de más de 75ºC durante al menos dos minutos. Las comidas elaboradas con huevo crudo, como la mayonesa u otras salsas, deben consumirse inmediatamente y, si queda algo, guardarlo enseguida en la nevera.

Si vamos a consumir sobras ya cocinadas debemos calentarlas y remover para lograr un calentamiento uniforme y si cocinamos y no lo vamos a consumir en el momento es mejor mantener el alimento a baja temperatura antes que dejarlo enfriar y volver a calentar.

4- La importancia de la refrigeración. El frigorífico debe estar entre 4 y 5ºC y los alimentos, tras ser comprados, debemos meterlos en la nevera cuanto antes. Lo mismo debemos hacer cuando cocinemos: debemos esperar el tiempo imprescindible para que el alimento se enfríe y meterlo en la nevera. Los pescados que vayamos a consumir crudos debemos congelarlos 5 días a -20º. Es preferible conservar los huevos en su envase original y no en la puerta, sino en la zona central del refrigerador.

Alimentos correctamente guardados en una nevera. Freepik

Otros consejos

- No probar la masa cruda de bizcochos o pizzas.

- Descongelar en la nevera con tiempo, no bajo el agua fría, en el microonadas ni a temperatura ambiente.

- Marinar y desalar los alimentos en la nevera y tapados.

- No comer carne poco hecha.

- Lavar frutas y verduras.

- En caso de dudas, tomar agua embotellada.

- No aprovechar la parte sana de alimentos con moho.

- No guardar las sobras cocinadas más de 3 o 4 días.

- Respetar las fechas de caducidad y consumir los alimentos abiertos en 3 o 4 días.

- Desechar latas abombadas o dañadas.

- Limpiar la nevera de forma regular.

- Mantener los alimentos lejos de las mascotas.