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¿Cómo cambia el cuerpo si se renuncia al azúcar? Esto es lo que dice National Geographic

La Organización Mundial de la Salud recomienda limitar la ingesta de azúcares libres a menos del 10% de la ingesta calórica total

¿Cómo cambia el cuerpo si se renuncia al azúcar? Esto es lo que dice National GeographicPixabay

Desde la Clínica Universidad de Navarra definen el concepto sacarosa, conocida comúnmente como azúcar de mesa, como un disacárido formado por la unión de una molécula de glucosa y una de fructosa. Se presenta como un polvo cristalino blanco o ligeramente amarillento, con un sabor dulce característico.

Una sustancia que, según indican, tiene un papel fundamental en la alimentación humana, ya que es una de las principales fuentes de energía para el organismo. Además de su papel como fuente de energía, tal y como indican desde la Clínica Universidad de Navarra, la sacarosa se utiliza ampliamente en la industria alimentaria como edulcorante.

Eso sí, también hay que saber que un exceso de consumo de sacarosa puede conducir a un aumento de peso y a la obesidad, debido a su alto contenido calórico. Asimismo, su ingesta puede contribuir a la resistencia a la insulina y al desarrollo de diabetes tipo 2. Por todo ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar la ingesta de azúcares libres, incluyendo la sacarosa, a menos del 10% de la ingesta calórica total. Para una dieta de 2000 calorías al día, esto se traduce en un límite de aproximadamente 50 gramos de sacarosa al día.

Así es como renunciar al azúcar puede cambiar el cuerpo en cuestión de días, según National Geographic

Reducir el consumo de azúcares añadidos puede generar beneficios notables en el organismo en tan solo unos días. Según indican desde National Geographic, esta disminución puede mejorar el estado de ánimo, la salud de la piel, la higiene dental, la función cognitiva e incluso el rendimiento deportivo.

Eso sí, para hacerlo es importante distinguir entre los azúcares naturales y los añadidos. Los azúcares naturales están en frutas, verduras y lácteos, aportan energía y nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra, que ayudan a una absorción más lenta del azúcar, evitando picos glucémicos. Los azúcares añadidos, por su parte, son incorporados durante el procesamiento de alimentos y bebidas, carecen de valor nutricional significativo y se asocian con "calorías vacías".

Al reducir la ingesta de azúcares añadidos, se pueden observar mejoras en la salud mental, ya que se estabilizan los niveles de azúcar en sangre, evitando altibajos energéticos que afectan al estado de ánimo. Además, la piel puede beneficiarse al disminuir la glicación, proceso que acelera el envejecimiento cutáneo. La salud dental también mejora, reduciendo el riesgo de caries y enfermedades periodontales. En cuanto a la función cognitiva, una menor ingesta de azúcar favorece la concentración y la memoria. Por último, el rendimiento deportivo puede optimizarse al estabilizarse los niveles de energía.

Según la nutricionista Amy Goodson, estos beneficios pueden manifestarse en cuestión de días o semanas. Para conseguirlo, los expertos recomiendan leer las etiquetas nutricionales y optar por alimentos integrales y mínimamente procesados, priorizando aquellos con azúcares naturales y evitando los productos con azúcares añadidos.