“Aquella foto cambió el futuro de los Sanfermines. Fue la primera de las fiestas de Pamplona que dio la vuelta al mundo”. Así se expresó Daniel, quien desde que tuvo conocimiento de que el protagonista de la imagen era su bisabuelo ha sentido una imparable curiosidad que su vocación como periodista y escritor no ha hecho más que alimentar.

Está convencido, después de haber investigado y leído todo lo que ha caído en sus manos, de que esa fotografía tuvo mucho que ver en la primera visita de Ernest Hemingway a Pamplona. De hecho, piensa que fue el verdadero motivo de que el escritor apareciera por Pamplona. “Creo que aquella imagen de una persona caída frente a la manada de toros atrajo su curiosidad. Estaba buscando una buena historia y es muy posible que viera esa imagen en París y decidió ver qué era aquello. Siempre he pensado que Hemingway vino a Pamplona tras haber esa foto” aseguró Daniel.

Cuenta que compartió su obsesión por la foto en las redes sociales y que un conocido historiador y colaborador de este periódico, Miguel Izu, le envió una reproducción del primer artículo escrito por Hemingway en el ‘Toronto Star’, que incluía dicha imagen del encierro. “Fue increíble comprobar que mi presentimiento era cierto, que había elegido esa fotografía para ilustrar su primer reportaje sobre las fiestas de Pamplona. Y ahí estaba mi bisabuelo José Mari, al que Hemingway colocó en su página para contar al mundo una de las experiencias más felices de su vida, como reconoció el mismo”.

Ya se intuía que la experiencia vivida en Pamplona marcó al escritor norteamericano, que tres años después (en 1926) publicó la primera edición de ‘Fiesta’, el libro que mostró al mundo las fiestas de San Fermín. “En Pamplona se puede experimentar el carácter efímero de la vida, en todos los recovecos de la Fiesta. Nada dura para siempre. El momento lo es todo”, recogía el artículo de Hemingway en el periódico de Toronto.

Sobre la posibilidad de que el escritor hubiera conocido al protagonista de la foto, García-Mina cree que no, aunque sí recuerda haber oído que su padre le vio en sus estancias sanfermineras en el Bearin o en Casa Marceliano, sobre la que Daniel tiene una curioso anécdota. “Le gustó tanto el ajoarriero de Casa Marceliano que cuando se fue a Cuba se llevó la recete para que un cocinero de la isla le cocinera el ajoarriero como se comía en Pamplona”.

La imagen de aquel encierro del 10 de julio de 1922 tuvo otro recorrido diferente de la mano de una marca de anís, Las Cadenas, que se hizo sus derechos para publicitar sus productos. “Supongo que el fotógrafo la comercializó y la firma de anís hizo con ella una postal. La encontré de casualidad en una tienda de la calle Libertad, en Chueca”.

La fotografía tuvo hasta un verso, escrito por el poeta Alberto Pelairea, que dice así: “Cuando el ganado se encierra/alma recia y pecho fuerte/vedlos jugar con la muerte/a los mozos de mi tierra/El último el más osado/en la carrera ha caído/y al verse y verlo tendido/ni él ni nadie se ha asustado/Solo ante tanta bravura/tiembla un miura y otro miura/y en terror huyen por fin/pensando, ¿qué tierra es esta?/Y el viejo manso contesta:/¡Es Navarra en San Fermín!”.