pamplona. Un matrimonio de avanzada edad apareció ayer muerto en Pamplona sin signos de violencia y tras haber inhalado gases tóxicos en el interior de su vehículo estacionado en el garaje de la calle Abejeras que se encuentra entre los portales número 5 bis y 7. El matrimonio fallecido lo formaban Antonio Azpilicueta Galdeano, de 83 años, y su mujer, Mercedes Castellsague Montañés, dos comerciantes conocidísimos en la capital navarra y especialmente en la calle Abejeras y el barrio de Iturrama, ya que regentaban desde hace más de tres décadas el establecimiento Tintorería y Pieles Laura. Por su presencia todavía frecuente en su local comercial y el largo tiempo que pasaron al frente de la tienda que ellos mismos crearon, Antonio y Mercedes eran dos personas muy apreciadas entre el vecindario y de las que casi todo el mundo guarda buen recuerdo y mejores palabras. La trágica noticia corrió como la pólvora e inundó de pesar los alrededores.

El suceso, del que se dio la alerta a las 9.30 horas de la mañana, causó honda conmoción entre los allegados y vecinos del barrio, y todavía más profundo fue el estremecimiento entre los empleados que trabajaban en la tintorería fundada por el matrimonio. Para estos la pareja escribió una nota de despedida antes de perder la vida.

La calle Abejeras se tiñó de luto durante toda la mañana tras el fallecimiento de un matrimonio del que todo el mundo habla maravillas. Los vecinos, conmocionados por la noticia, recordaban que el matrimonio fundó el negocio que poseía hace más de tres décadas en el número 43-45 de dicha vía. Ellos vivían a apenas veinte metros, en el número 29 de Abejeras y el lugar donde perdieron la vida no dista ni cincuenta metros más. Al parecer, la pareja disponía de un trastero y una plaza de aparcamiento en el garaje sito entre los portales 5 bis y 7 de Abejeras, que habían adquirido ante la ausencia de parking en su propio inmueble.

MUY APRECIADOS EN EL BARRIO "La noticia nos ha dejado en shock", comentaba al mediodía una vecina que conocía a la pareja desde que llegaron al barrio. "Cuando yo y mi marido salimos por la mañana de casa hemos visto mucho jaleo en la calle. Había ambulancias y algún furgón policial y un conocido nos ha comentado que había aparecido alguien muerto dentro de un coche pero jamás hubiéramos pensado que se trataba de ese matrimonio. Eran de lo más sencillos, y la noticia nos ha dejado muy mal porque aquí se les apreciaba mucho", declaró esta mujer de mediana edad.

Otra vecina mayor dijo que se trataba de "una pareja muy unida, con mucho apego a su profesión, que incluso dominaban el manejo del ordenador y que ya sufrieron hace unos años un accidente grave, una explosión de una caldera, que afectó seriamente a la mujer. Era una pareja muy entrañable, cariñosos con todo el mundo y entre sí. Antonio era un hombre muy dicharachero, con buen humor y su muerte se va a sentir en el barrio, porque aquí nos conocemos todos y más aún los de toda la vida. Esto es un palo porque pocas parejas habrá tan unidas...", recordaba.

Conocidos por las cuatro esquinas del barrio, Antonio Apesteguía, que era oriundo de un pequeño concejo de Tierra Estella, y Mercedes Castellsague, que procedía de Cataluña, tenían dos hijas, que seguían vinculadas con el establecimiento de tintorería y pieles que fundaron sus padres. Raro es el comercio de Abejeras donde no se comentara ayer la fatal noticia y se evocara a una pareja tan querida y trabajadora. "Anoche mismo (por el jueves) le vi al marido que echaba la verja y cerraba la tintorería. Era muy común verles por aquí por la tienda, sobre todo a él. A pesar de que tenían muchos años, esta seguía siendo su vida y no dejaban de echar una mano", manifestó un comerciante de la zona.