pamplona. El dinero destinado a juegos de azar por parte de los navarros tocó fondo el año pasado, después de cuatro años de crisis económica que han servido para mermar considerablemente el desembolso en bingos, máquinas tragaperras y loterías. Los ciudadanos de la Comunidad Foral arriesgaron durante 2012 un total de 277 millones de euros, cifra que representa un 11% menos que en 2008, cuando se jugaron más de 314 millones de euros en los juegos regulados en Navarra.

A pesar de la imponente irrupción de las máquinas de apuestas deportivas instaladas en locales de hostelería y salones específicos, que el año pasado recaudaron 29,5 millones de euros -como ya adelantó este periódico en febrero-, el gasto en el conjunto de juegos de azar y loterías se ha desplomado desde que empezó la crisis económica, según la Memoria de Juego 2012, que evidencia que la cantidad jugada por habitante se ha reducido desde los 620 euros en 2008, hasta los 545 euros el año pasado.

En el mismo documento elaborado por el Ejecutivo foral consta que los 277 millones de euros jugados el año pasado por los navarros se tradujeron en 180 millones de euros en premios, lo que deja el gasto real durante el pasado ejercicio en 97 millones. El dato significa que cada ciudadano de la Comunidad Foral gastó en 2012 una media de 190 euros, 21 euros menos que lo que se jugaba en el año 2008.

Las máquinas recreativas que dan premio, las popularmente conocidas como tragaperras, son las que han acusado una mayor caída, al perder más de 42 millones de euros desde 2008, al pasar de 147 millones en 2008 a 105 millones el año pasado. Esta cifra supone un 28% menos en términos relativos si se comparan las cantidades de ambos ejercicios.

menos máquinas 'tragaperras' El parque de máquinas de este tipo ha quedado reducido en la actualidad a 2.011 unidades (369 en los 27 salones específicos y el resto en locales de hostelería), tras un descenso paulatino que viene acumulándose desde 2009, cuando se contabilizaban 2.402 máquinas de esta naturaleza. De los 105 millones de euros jugados el año pasado en ellas, las tragaperras entregaron 74 millones, con lo que el gasto real fue del 29,7%.

También han perdido fuelle los tres bingos que operan en Navarra (dos en Pamplona y una en Tudela), que han visto como su recaudación ha descendido en más de 16,5 millones de euros. La disminución en este caso es porcentualmente la mayor, ya que la cantidad jugada es un 50% inferior a la que se arriesgó en 2008, cuando los navarros dedicaron más de 32,5 millones de euros. Del dinero jugado el año pasado, los asistentes a los bingos pudieron ganar en premios algo menos de 11 millones de euros, de modo que el gasto real en este capítulo fue de un 34% (5,4 millones).

más apuestas deportivas Solo las máquinas de apuestas deportivas mantienen el pulso del dinero gastado en azar en Navarra, aunque tampoco hay que olvidar que su entrada en el mercado, que se produjo a finales de 2010, ha fragmentado el pastel que hasta entonces se repartían los bingos y las tragaperras. Arriesgar un dinero a un resultado deportivo se ha vuelto tan fácil desde la regularización de estas máquinas que el año pasado recaudaron 29,5 millones de euros, una cifra que supera en más de 10 millones la que se jugó en 2011 y que supone un incremento del 50%. Los jugadores ganaron un total de 23 millones de euros en premios, lo que convierte en este tipo de juego en el que más margen de éxito deja a sus participantes, en comparación con las tragaperras, los bingos y las loterías.

Pero si el gasto en máquinas y bingos se ha resentido con la crisis, los juegos de loterías del Estado también han experimentado una sensible disminución, ya que los navarros expusieron el pasado año 108 millones de euros, lo que representan 6,5 millones de euros menos que en 2008. A ellos hay que sumar también los 18,31 millones de euros que se gastaron en los sorteos de la ONCE, 1,4 millones de euros menos que en 2008.

Además de quedar patente que en tiempos de depresión económica los juegos de azar resultan directamente afectados, el descenso en el dinero jugado también repercute sobre los impuestos ingresados por la Hacienda foral, que el año pasado se embolsó 7,87 millones de euros por tasas derivadas de la actividad de juego de gestión privada, en concreto 4,47 millones correspondientes a las tragaperras y 3,4 millones a los bingos. A ellos hay que sumar otros 800.000 euros en concepto de tasas por juegos de combinaciones aleatorias e ingresos tributarios procedentes de apuesta, para una cantidad total de 8,68 millones de euros. En 2008 los ingresos de la Hacienda foral ascendieron a 13,19 millones de euros.