bilbao - Fueron casi diez horas de espera e incertidumbre, de viento y lluvia -que no amilanaron a decenas de curiosos- hasta que pasadas las seis y media de la tarde de ayer, el mercante Modern Express pudo ser finalmente guiado a refugio hasta la dársena habilitada entre los muelles A2 y A3 del Puerto de Bilbao. Allí se ejecutarán los primeros trabajos para tratar de equilibrar este buque de 106 metros de eslora con una inclinación de 54 grados, pero no la operación completa de adrizamiento -ponerlo derecho-, informaron las autoridades marítimas.

En el atraque actual también se procederán a efectuar las tareas de inspección necesarias y los cálculos para consumar la faena. Para esos trabajos de enderezamiento será imprescindible la labor coordinada de los remolcadores para mantener sujeto el carguero. Ayer, fueron siete embarcaciones de este tipo -Centaurus, Alice One, Ibaizabal 11, Ría de Vigo, Sertosa 30, Gatika y María de Maeztu de Salvamento Marítimo- los que pusieron punto y aparte (gracias al buen trabajo de tres prácticos) al periplo de este carguero tras una semana a la deriva y que ahora se enfrenta además a una posible investigación a manos de la Interpol sobre la carga que transportaba, ya que el país del que zarpó el pasado 15 de enero sospecha que pudiera ser “ilegal”.

El desplazamiento al costado de estribor de ese porte de 3.600 toneladas de madera (más una decena de máquinas) fue lo que presumiblemente ocasionó ese vistoso y provocativo escoramiento del casco. Esa posición del mercante con un ángulo casi imposible y el estado de la mar, agitado y estimulado por inacabables cortinas de viento y lluvia, entorpecieron el primer plan previsto -a las nueve y media de la mañana- para arrastrar y encajonar al Modern Express en el muelle asignado, de modo que hubo que esperar hasta media tarde para cumplir con el dispositivo.

Fue necesaria la intervención de esos siete remolcadores para poder garantizar la seguridad del operativo acordado por las autoridades marítimas y, sobre todo, para ajustar al centímetro la maniobra de aproximación de este carguero que ya está a buen abrigo en la zona de ampliación del Puerto, en Zierbena, tal y como confirmaron desde el Comité Técnico. Todo el proceso fue vigilado desde el aire por un helicóptero de Salvamento Marítimo y desde el agua por varios remolcadores más (de menor tamaño) que acompañaron a sus colegas para prestar ayuda a los principales en el caso de que hubiera sido necesaria.

Además, una brigada de ocho personas del equipo de especialistas en rescates SMIT-Salvage fue descolgada a la altura de Armin-tza por el Helimer 204 a la cubierta del buque para prestar asistencia técnica durante la delicada maniobra de aproximación. En concreto, su cometido habría consistido en “meter máquina” en la bocana de acceso al Puerto de Bilbao para controlar la dirección del buque y evitar bandazos. Como explicó Joseba Markaida, capitán de Marina Mercante con larga experiencia en labores de salvamento, “es muy estrecha; tiene 500 metros y para una maniobra con remolque eso es ajustadísimo”.

Tal y como acreditaron desde el Comité Técnico (formado por responsables de Marina Mercante, Capitanía Marítima de Bilbao, Autoridad Portuaria de Bilbao, Salvamento Marítimo, servicios de practicaje, remolcadores, amarradores y una delegación de la empresa holandesa encargada del rescate y agentes en tierra de la empresa armadora del mercante de bandera panameña) los especialistas de SMIT-Salvage, habilitaron una línea de remolque adicional a la que mantenía firme el Centaurus “por popa para realizar la maniobra de entrada en condiciones seguras”.