Expectación desbordante. Más de 6.000 personas –más de 1.000 a la hora– apreciaron este jueves por la tarde en el Planetario de Pamplona la pieza considerada como la primera prueba escrita en vascónico, precursor del euskera, la Mano de Irulegi, el hallazgo más importante de los últimos años en Navarra. Una hora antes de que se abriesen las puertas del recinto, una nutrida cola de personas ya aguardaba en el exterior. Fue la tónica general durante toda la tarde, que fue una mezcla de emoción y asombro.

El aforo superó las expectativas de tal manera que los responsables del Planetario se vieron obligados a cerrar el final de la cola sobre las 19.15 horas, habilitar los corredores que dan acceso al pasillo para que, por lo menos, algunos pudieran ver la Mano de lado, porque “la gente sigue viniendo, la cola lleva horas rodeando el Planetario”, aseguraron fuentes de la organización. Sumado a esto, también se vieron obligados a pedir a los visitantes que se dieran “algo de prisa”, ya que se encontraban fuera de horario, que tuvo que ser ampliado.

Como confesaban Andoni Irigoien y Pilar Vicioso, llegados desde la localidad navarra de Villafranca para presenciar esta prueba de la antigüedad del euskera, “hemos venido pronto porque estábamos de excursión para ver este hallazgo histórico, pero al ser un jueves laboral, no nos esperábamos tanta gente para ver la Mano”. Con lágrimas en los ojos, ambos señalaron que “ha sido impresionante. Es un reconocimiento del euskera, un hallazgo histórico. Nosotros venimos desde Villafranca solo para ver la Mano”. 

COMO LA PIEDRA DE ROSETTA

La trascendencia de la pieza también la recalcó Izaskun Jorajudia: “La Mano de Irulegi es como la piedra de Rosetta, pero en euskera. A mí me ha sorprendido”. La misma pasión por el hallazgo fue compartida por Piedad Unzu, de Aranguren, que aseguró estar “muy emocionada. Soy del valle de donde la encontraron y me pasaba los veranos andando por el monte. Y que, de repente, hayan descubierto esto en esos lugares por los que me movía, significa mucho para mí y para mi familia”. 

Otro vecino de Aranguren, Xabier Larrainzar, destacó que les hacía “especial ilusión a los que somos del valle. Que se haya encontrado algo así al lado de donde vives es increíble. Estoy emocionado”. 

Lourdes, procedente de la localidad guipuzcoana de Ordizia para ver con sus propios ojos este hito euskaldun, incidía en las mismas emociones. “Es un descubrimiento muy importante para los euskaldunes. Es poner por escrito nuestra historia. Yo estoy muy emocionada de poder estar aquí. El sentimiento de ver la Mano en persona es muy diferente a ver la Mano en fotos o vídeos”. 

No hay que olvidar que la Mano es una pieza de bronce del siglo I a.C. que contiene la inscripción en lengua vascónica más antigua que existe. “La emoción está en ver algo histórico y que encima está sucediendo en Navarra”, comentó Isabel Imirizaldu. “La Mano nos ha parecido muy bien, es un poco lo que esperábamos por lo que hemos podido ver en fotos y artículos. Pero estoy emocionado, ha sido el hallazgo arqueológico del año, es cultura que puedo ver con mis propios ojos”, indicó Ignacio Otxotorena. 

MÁS PEQUEÑA DE LO ESPERADO

En comparación con las fotos que se han podido ver estos meses de la Mano, con diversas ampliaciones para poder distinguir los signos que hay escritos en ella, el ya famoso Sorioneku, cuando la gente estuvo frente a ella, una de las reacciones más comunes fue admitir que “es más pequeña de lo que esperaba. Apenas se puede leer lo que tiene escrito”, aseveró Nicolás Agudo, que se puso a hacer cola a las 16.00 horas, media hora antes de la apertura, porque sospechaba que la exposición estaría muy concurrida.  

Lo mismo le sucedió a Mertze Sueskun, que coincidió en que “aunque lo habíamos visto en muchas fotos, ahora nos ha parecido más bien pequeña. Supongo que en las fotos la Mano sale más grande. Pero me ha alegrado mucho verla igualmente, porque siempre pone contento ver en persona algo histórico”. 

Como uno más, el consejero de Desarrollo Económico, Mikel Irujo, hizo cola en el Planetario, junto a su familia, para apreciar la Mano de Irulegi. “Verlo en directo es impresionante. Miles de años siendo euskaldunes y aquí seguimos. La Mano es una prueba de todo ello, y por eso es mucho más que una mera Mano, es un símbolo”. 

EL FUTURO DE LA MANO

Aún se desconoce cuando volverá a exponerse la Mano al público, dado que es un “objeto muy delicado que requiere de unos cuidados muy concretos. Además, la pieza todavía se encuentra en un proceso de restauración e investigación”, según señalaron fuentes del Gobierno de Navarra. “Esperamos que en unos meses, aún no sabemos cuántos, podamos prepararle un espacio permanente en el Museo de Navarra”, finalizaron.