La progresiva bajada de la natalidad en Navarra se hace patente cada año en los procesos de prematrícula de 1º de Infantil (3 años). En la última década, el número de alumbramientos ha caído un 25% al pasar de 6.778 nacidos en 2010 a los 5.036 de 2020, menores, estos últimos, que se incorporarán al sistema educativo en septiembre. La cifra de solicitudes de admisión siempre es ligeramente inferior a los nacimientos. Así, en 2013 se contabilizaron 6.436 preinscripciones frente a las 4.902 de este año, lo que supone 1.534 niños menos. Por redes, la enseñanza pública, por la que ha optado el 63,3% del alumnado (un punto porcentual más que hace una década), ha perdido 900 menores mientras que la concertada, actualmente con un 36,7% de la tarta, tiene 634 solicitudes menos.

Esta caída de la natalidad se ha manifestado a lo largo de toda la geografía foral si bien hay zonas en las que, al factor demográfico, se le ha unido la despoblación, al igual que algunos barrios de Pamplona se han visto afectados por el envejecimiento de su población. Y al contrario. El nacimiento de nuevos barrios, como es el caso de Ripagaina o Lezkairu, han hecho revivir colegios públicos de Mendillorri, Mutilva o Arrosadia que llevaban años de capa caída.

Tanto las explosiones como el envejecimientos de los barrios de las principales ciudades navarras, en especial, de Pamplona, afectan sobre todo a la matrícula de la enseñanza pública ya que la elección de estos colegios está muy influenciada por la cercanía al domicilio. De ahí que varios colegios de la capital navarra hayan pasado en los últimos 15 años de tener 3 o 4 líneas a quedarse solo con 1 o 2.

En el caso de la enseñanza concertada, la cercanía al domicilio no es tan determinante en la elección de centro ya que entran en juego otras cuestiones como el ideario, una educación religiosas o la jornada escolar. En los años en los que la natalidad estaba en auge (en 2008 se superaron los 7.000 nacidos), en muchos de los colegios concertados navarros la demanda sobrepasaba con creces la oferta de plazas y se veían obligados a decidir la admisión por sorteo. Una situación que generaba mucho nerviosismo en las familias y que, en los últimos años, al haber menos niños y desaparecer el punto de antiguo alumno, se ha reducido. Tanto es así que este año sólo en dos colegios se han recibido más solicitudes que plazas.

¿Cómo funcionan los conciertos?

Los conciertos educativos, que nacieron a finales de los 80, se renuevan cada 4 o 6 años en función de la etapa. En el caso de Infantil tienen una duración de 4 años y durante ese tiempo los colegios tienen garantizada la financiación económica que les otorga Educación. Por otra parte, cada centro concertado tiene autorizadas X líneas y, salvo cambio en la planificación, los colegios pueden ofertar cada año las líneas que tiene permitidas. Ahora bien, si un año un colegio no obtiene las solicitudes suficientes para ofertar todas las líneas que tiene autorizadas, es decir, tiene cuatro líneas (100 plazas) y recibe 75 solicitudes, ese año tendrá sólo tres líneas. “Si llega alumnado durante el curso las clases serán de 26 o 27. Nos podrán dar algún recurso adicional, pero no se abre otra línea”, explican.

Esta situación, según reconocen las patronales consultadas, “se ha producido de manera puntual que no estructural” en algún centro educativo lo que, como aclaran, “no impide al centro en cuestión volver a ofertar al curso siguiente el número total de plazas autorizadas y en muchos casos se recuperan de un año para otro”.

También se ha dado la circunstancia contraria, sobre todo en zonas rurales, en las que durante unos años por ejemplo un centro tenía aulas unitarias con alumnado de distintas edades (porque no superaban los 15 en una clase) y al aumentar la matrícula, se ha superado esa cifra y han tenido que abrir nuevas líneas.

En cualquier caso, las patronales reconocen que, con el desplome de la natalidad, los centros se afanan por conseguir llegar al mínimo de solicitudes para poder mantener todas las líneas “y así seguiremos en los próximos años en los que no parece que la cosa vaya a ir a mejor. Dicen que se espera un repunte de la natalidad pero lo cierto es que lo que se esperaba para 2030 ha llegado en 2020”.

Comparativa de la última década

Curso 2013-2014. El Departamento de Educación registró 6.436 solicitudes de admisión en 3 años, de las cuales el 62,1% (4.003) fueron en la pública y el 37,.8% (2433) en la concertada. Por modelos, el 71,5% optó por enseñanza en castellano (modelo G y A) y el 28,4% en euskera (modelo D). Además, el 48% cursaba el programa PAI.

Curso 2023-2024. El Departamento de Educación recibió 4.902 solicitudes de admisión en 3 años, de las cuales el 63,3% pidió un centro público y el 36,7% optó por la concertada. Por modelos, el 52,8% optó por el modelo G (castellano), el 28,8% por el modelo D (euskera) y un 18,4% por el A (castellano con asignatura en euskera). Además, el 64,7%cursa el PAI.

Estudio

La revisión de ratios, a debate

Distintos planteamientos. El debate sobre las ratios en el sistema educativo se está abriendo paso en Navarra. Por un lado, los sindicatos han trasladado al Departamento su propuesta que plantea pasar de 25 a 20 escolares por aula en Infantil y Primaria; de 30 a 23 en ESO;de 33 a 25 en Bachillerato; de 20 a 15 en FP y de 14 a 8 en FP Básica. Sin embargo, Gimeno no es partidario de una bajada de ratios lineal y aboga por una revisión que tenga en cuenta la planificación del mapa escolar y la lucha contra la segregación. Su intención es constituir un grupo de trabajo “en el que se analizará la definición de los criterios de refuerzo para los centros que, atendiendo entre otros al principio de una distribución equitativa del alumnado, supongan en la práctica una reducción funcional de las ratios en los centros”. A su juicio el descenso vegetativo de alumnado debe servir para mejorar la calidad pedagógica y la transformación de los centros