“Los médicos de familia sabemos mucho de todo, más de lo frecuente y un poco de lo poco frecuente”, ha explicado este viernes Iván Vergara Fernández, especialista en Medicina Familiar y Comunitaria que trabaja en la Zona Básica de Lodosa y que el pasado diciembre recibió la Cruz Sencilla de la Orden Civil del Ministerio de Sanidad –la máxima distinción sanitaria– por su trabajo en el ámbito de la Atención Primaria Rural. 

Vergara, junto a la residente de primer año en el Hospital Clinic Universitari de València Paula Bellido Izquierdo, han analizado las debilidades y fortalezas de esta especialidad en la Mesa titulada Medicina de Familia y Comunitaria en positivo: la mejor manera de empoderar la Atención Primaria. No obstante, como ha destacado la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), organizadora del congreso, los sistemas de salud basados en una Primaria fortalecida obtienen mejores resultados en salud. 

La confianza, la base

En la exposición, Vergara se ha descrito como “un médico rural que lleva más de 15 años en un pueblo chiquito”, donde “estoy solo con mi enfermera”. Tras asegurar que “es muy difícil ser un buen médico de familia”, ha considerado que es “vital” la relación médico-paciente, ya que “nuestra fuerza nace de ahí”. En esta disciplina “nuestro prestigio nos lo tenemos que ganar” y, para ello, “la confianza con el paciente” y el conocimiento de todo lo que le rodea, no sólo el aspecto clínico, “es la base de nuestra actividad diagnóstica”, ha explicado. 

“No somos los de los catarricos; la mayoría de las patologías que vemos no tiene curación”

Iván vergara - Especialista en Medicina Familiar

Por su parte, Paula Bellido ha destacado que “te permite hacer una medicina que no se enseña en los libros, en la Universidad”, ya que ven a la persona en su conjunto. Bellido, que es vocal de residentes de la semFYC, ha dicho en la apertura del congreso que la Medicina Familiar debe tener como principios básicos la “visibilidad para las personas que más lo necesitan”, la “acción preventiva” y la “visión integral del paciente no solo como individuo, sino como parte de una comunidad en la que también se puede actuar”. De hecho, Vergara ha hecho referencia al poder que tienen estos facultativos para introducir cambios en las políticas municipales.

En su exposición, Bellido ha reconocido que hay “cosas que mejorar”, como la sobrecarga laboral, las condiciones laborales o la formación continuada, pero ha puesto en valor que esta especialidad ofrece “cada vez más capacidad para ser resolutivos” y les permite “acompañar a las personas, las familias y la comunidad en sus momentos de angustia, enfermedad y sanación”.

Adaptarse al paciente del siglo XXI

Tras reconocer que “no nos estamos sabiendo adaptar al paciente del siglo XXI”, ha abogado por un cambio en la consulta y la gestión poniendo “la tecnología a nuestro servicio”. Asimismo, ha incidido en la importancia de “aprender a comunicarnos bien con el paciente”, porque “nuestro papel principal es interpretar qué siente y guiarlo”. En una sociedad cada vez más informada y menos tolerante al malestar, han considerado necesario dedicar más tiempo a explicar bien los procesos, los signos de alarma, los motivos por los que una prueba o tratamiento están o no indicados. 

“Tener un médico de familia que te conoce de tiempo reduce la mortalidad”

Paula Bellido - Vocal de residentes de la semFYC

Los médicos de familia no son especialistas en patología banal. “No somos los de los catarricos”, ha asegurado Vergara, sino que tratan pacientes complejos. “Somos resolutivos y baraticos”, ha afirmado el doctor, que ha señalado que “una sociedad que intente ser justa debería proveerse de mecanismos que compensen las desigualdades de la vida” y uno de ellos es la inversión en sanidad pública. Y es que, como ha concluido su compañera, “tener un médico de familia que te conoce de tiempo reduce la mortalidad y la sobreexposición a pruebas y tratamientos que no son necesarios”.