El bullir de las txosnas era frenético aquel 24 de agosto. El recinto festivo comprendido entre el Arriaga y El Arenal, que se extendía hasta el Muelle de Ripa, en la otra margen de la ría, acogía a cerca de medio millón de almas. Esa noche algunas retozaban sobre el colchón, viviendo así un efímero amorío. Dos de ellas, no obstante, estaban destinadas a encontrarse para fundirse de amor con el beneplácito de la omnipotente reina, Marijaia.

Eran más de las tres de la mañana e Izar Lizarralde llevaba algunas horas entrevistando personas para una radio local. “Iba con un compañero (Gorka) que me animó a ir hasta Gogorregi para hacer una última entrevista”, recuerda la joven. “Cuando llegamos, planteamos unas preguntas y se nos hizo tarde”, añade.

La joven se resistía a abandonar el recinto festivo. Tenía ganas de festejar, a pesar de que una amiga, con la que había acordado verse al finalizar su ronda de interviús, le había dado plantón.

Eso sí, hoy día agradece la desidia de su comadre, porque gracias al inesperado cambio de planes conoció a Ignacio Luzón (Luzu), su pareja, que lleva un año a su vera. Fue en la txosna de los jeltzales donde vio al joven por primera vez. “Era conocido de Gorka, y me pareció monísimo, guapísimo”, rememora. Cuando sus ojos se posaron en él, Izar supo que ese chico sería algo especial para ella.

La noche avanzó veloz, y estuvo regada por litros de cerveza y kalimotxo. En un primer momento, quisieron juntar al compañero de fatiga de la joven con la amiga que acompañaba a Luzu, aunque Izar reconoce que quienes querían terminar la noche juntos eran ellos. “Haciendo de celestinos en Aste Nagusia encontramos el amor”, asegura, emocionada.

En un momento indeterminado –quizá a las cuatro, quizá a las cinco– el chico se percató de la presencia del micrófono que Izar aún guardaba. “¿Por qué no me haces una entrevista?”, le plantó. “¡Pero si tengo el micro desenchufado!”, le contestó. “Le pregunté si estaba disfrutando de Aste Nagusia. Me dijo que sí, porque la chica más guapa de Bilbao estaba junto a él”, repasa, con un deje de nostalgia.

Poco después, Luzu le propuso ir a dar una vuelta. “Fue muy bonito. En medio de toda la vorágine, empezamos a dar un paseo por la ría y acabamos en el Guggenheim hablando de la vida”, explica. Al término del paseo, le acompañó a casa y se intercambiaron los números de teléfono.

“Al día siguiente seguimos hablando. Me dijo que tenía muchas ganas de volverme a ver, otra vez. Nos buscamos en las txosnas”, recuerda. Detalla, además, que su pareja es logroñés pero de orígenes vizcainos. Gran parte de su familia reside en Barakaldo, y es en la localidad fabril donde Javi monta su cuartel general durante la Aste Nagusia bilbaina. Este dato es importante porque esa noche (la del 24 al 25 de agosto de 2022) el riojano le invitó a dormir en casa de sus tíos abuelos. “Fue tal la complicidad, el buen rollo, que acepté al instante”, asegura.

Allí fueron ambos, después de haber desayunado “un cruasán de mala muerte” en un banco cualquiera. “Nos dormimos y, al cabo de unas horas, nos abrieron la puerta. Era su amama. Se quedó mirándonos sin decir nada”, apunta, entre risas. Al cabo de unos segundos, que se hicieron eternos, dijo: “¡Tú, a una ducha! ¡Y tú, a la otra! Y después, a comer en familia”. A las 48 horas de conocerle, estaba comiendo con su familia. Esta Aste Nagusia se cumple un año desde aquello, y la complicidad entre la pareja sigue siendo absoluta.

El lema

Sexo seguro. Estos días es habitual que algunos pongan punto y final a una noche de fiesta en la cama. Y no durmiendo. Por eso, la Asociación T4 (que trabaja en favor de las personas afectadas por el VIH/SIDA y otras enfermedades e infecciones de transmisión sexual) están repartiendo condones y lubricantes en una carpa ubicada frente al Teatro Arriaga. Su lema para las fiestas es: “Bésame, abrázame, lámeme, fóllame, cuídate, cuídame”.