Antonio Mayol Canellas, de 65 años, ha sido condenado este jueves a 16 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía por haber matado de una cuchillada en el abdomen a Francisco Celaya Zazu, Pacheco, de 71 años, en el domicilio que ambos compartían en el barrio de San Juan. El acusado ha aceptado los hechos y no ha sido necesario que se celebrará el juicio con jurado popular que le hubiera enjuiciado. 

La investigación del crimen, en la noche del 2 de julio de 2024, corrió a cargo del Juzgado de Instrucción número 5. El acusado tenía numerosos antecedentes policiales anteriores al crimen.

El crimen

Según relata el escrito acusatorio con el que se ha conformado, en junio de 2024 el acusado convivía en un primer piso del portal número 10 de la calle Monasterio de Iranzu de la capital navarra. En el inmueble residían otro hombre y una mujer, todos en régimen de alquiler. Entre el acusado y la víctima, dice la Fiscalía, existían discusiones previas y el procesado había amenazado a Pacheco diciéndole que le iba a matar. El Ministerio Público recuerda que el 30 de marzo la víctima había interpuesto una denuncia después de que Mayol le propinara varios puñetazos. Debido a esta mala relación, “resolvió acabar con la vida” del pamplonés. Así, el procesado, en prisión provisional desde los hechos, a primera hora de la tarde del 30 de junio, escribió un whatsapp a la mujer con la que convivían en el piso donde le decía que “al monstruo le quedan 24 horas, comisaría no, más lejos voy a ir a por él”, refiriéndose así a la víctima.

"Voy a matar a Pacheco"

Así, al día siguiente, a primera hora de la mañana acudió a un bazar y para ejecutar su plan adquirió un cuchillo para cortar carne de 33 centímetros. Luego, en un bar, entabló conversación con un conocido al que le dijo “voy a matar a Pacheco” y exhibió en varias ocasiones el cuchillo que acababa de adquirir. Esa misma mañana fue a un estanco y le dijo a la dependienta, “creo que este va a ser el último día que voy a fumar, ya te enterarás”. Sobre las 00.15 horas del 2 de julio, la víctima, que tenía un 43% de discapacidad y problemas de movilidad, se encontraba en su habitación sentado encima de la cama y esperando a que la mujer y quien era pareja de ésta le prepararan la cena.

Fue entonces cuando el acusado “de manera sorpresiva, sin que Pacheco tuviera tiempo de reaccionar ni de defenderse, se dirigió al mismo y le clavó el cuchillo en el vientre de manera horizontal. A consecuencia de ello, la víctima sufrió una herida de 15 centímetros de longitud que le causó la muerte pocos minutos después. Los inquilinos del piso, al escuchar los gritos, fueron a auxiliar al fallecido y forcejearon con el acusado hasta quitarle el cuchillo y tirarlo al suelo del pasillo. A continuación llamaron a los servicios de emergencias.