Había sido condenado al menos en dos ocasiones anteriores por conducir ebrio y sin permiso. Pero aquello no le sirvió para rectificar su conducta. Eran las 9.15 horas del 6 de octubre de 2024 cuando este conductor se puso de nuevo al volante, aparcó de aquella manera en una parada de la villavesa, en la avenida Guipúzcoa de Berriozar, en cualquier caso lo dejó mal estacionado y se quedó dormido dentro.

Hasta el lugar acudieron agentes de la Policía Local del municipio quienes, tras detectar el fuerte olor a alcohol del conductor, realizaron las pruebas de alcoholemia. A las 9.34 horas arrojó un resultado de 1,00 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, mientras que a las 10.02 horas aún incrementó dicha tasa, hasta los 1,07. Además presentaba como síntomas de embriaguez una halitosis alcohólica, habla pastosa o deambulación alterada.

Dos condenas previas por el mismo motivo

Previamente, el conductor había sido condenado en septiembre de 2021 a una multa de 1.080 euros y a quedarse 8 meses sin permiso de conducir por ponerse ebrio al volante. En noviembre del mismo año fue condenado de nuevo a 1.440 euros de multa y a 20 meses sin carnet. Ahora, el juzgado de lo Penal número 4 consideró oportuno habida cuenta de su reincidencia imponerle una pena de cinco meses de prisión y a que se quede sin permiso de conducir durante tres años. Aunque el conductor recurrió la sentencia, la Sección Primera de la Audiencia mantiene su pronunciamiento.

La defensa del acusado alegaba que si iba tan ebrio como describe la sentencia sería imposible que hubiera llegado hasta el lugar en el que fue detenido. Además, alegaba que si en el momento de la detención no conducía, no hubo delito.

Una pluralidad de indicios llevan a concluir que condujo hasta el lugar

Sin embargo, la Audiencia recuerda que el objeto de discusión principal es si el condenado había conducido hasta la parada de la villavesa y explica que la sentencia del Juzgado de lo Penal acreditó que el hombre había conducido hasta el lugar "mediante una conjunción lógica y coherente de un conjunto de indicios. En primer lugar que no señaló a la persona que presuntamente le habría llevado conduciendo hasta allí. Además, es propietario del vehículo y por último que cuando fue localizado por los agentes le encontraron durmiendo en el asiento del conductor y que lo hacía con el cinturón abrochado. Por último, el capó del coche estaba caliente cuando los agentes le descubrieron, a lo que se suma que los agentes declararon que habían pasado por allí varias veces y no habían visto el coche antes. Igualmente, las llaves se encontraban puestas en el contacto. Y por último, la sentencia dice que si le hubiera llevado otra persona hasta allí no le hubiera dejado mal aparcado en la parada de la villavesa, lugar donde causa molestias".

Ya como último indicio, consta que el condenado de forma libre y espontánea manifestó a los agentes que intervinieron que había conducido él hasta allí.