Gipuzkoa, cuna de sidrerías y tradición

La tradición manda. Las sidrerías o sagardotegis ponen a disposición del público menús con pescados y carnes para chuparse los dedos. Siempre es buena ocasión para levantar el vaso de sidra al grito de txotx! Basta con hacer una visita guiada por las diferentes zonas en las que se elabora la sidra: los manzanales, las prensas, las áreas de producción, fincas y bodegas.

Conoce la historia de los caseríos con 500 años de antigüedad además de la vida de las familias en el entorno de la sidra. Es un placer degustar la sidra de cada casa, y terminar esta experiencia gastronómica única con una comida o cena con el típico menú de sidrería: chorizo a la sidra, tortilla de bacalao, bacalao frito con pimientos, un buen chuletón y como postre, queso con membrillo y nueces. Eso sí, la sidra se toma directamente de los barriles.

Chillida Leku, simbiosis de arte y naturaleza

En Hernani, a 15 minutos en coche del centro de Donostia. Eduardo Chillida buscaba un refugio para sus obras, de modo que las generaciones futuras pudiesen acercarse a su legado. Para ello, decidió convertir a la naturaleza en la responsable de presentar sus exposiciones.

La finca de Zabalaga, en este municipio albergó en sus jardines más de 40 de esculturas de diferentes tamaños que se esparcen por las once hectáreas de vasta vegetación y bosques. Todas ellas se mimetizan con el entorno en perfecta armonía. Se establece así un diálogo entre la creación humana y lo natural, entre lo moderno y lo ancestral.

Otras obras más delicadas están al resguardo dentro del caserío Zabalaga donde se pueden descubrir esculturas de menor formato realizadas en acero, alabastro, granito, terracota, yeso, madera o papel. Dado que las esculturas no están ordenadas cronológicamente, los visitantes pueden dejarse guiar.

Tolosa, antigua capital

Situada a orillas de río Oria, Tolosa es una villa de gran importancia histórica, que mira con orgullo a su pasado y que, a la vez, ha sabido adecuarse a los nuevos tiempos. La antigua capital de Gipuzkoa fue un lugar de paso importante en la ruta comercial que comunicaba Navarra con los puertos del Cantábrico y, durante siglos, se benefició de numerosos privilegios. De aquel pasado queda un valioso casco histórico.

Santuario de Arantzazu

Uno de los templos más importantes de Euskadi. La leyenda cuenta que al pastor Rodrigo de Balzategi se le apareció la Virgen sobre un espino blanco y éste, asombrado, le preguntó: "Aran-tzan zu?" (¿Tú en un espino?). Entonces, esta le explicó la necesidad de construir una ermita bajo el nombre de Arantzazu y le auguró que, con el tiempo, aquel sería un lugar famoso.

Desde entonces y durante siglos, aquel lugar que se construyó fue lugar peregrinación para los Franciscanos, además de un referente del arte y la cultura. Uno de los mayores reclamos turísticos de Oñati fue construido al borde de un barranco durante los años cincuenta. Su rompedora fachada está compuesta por cientos de piedras puntiagudas en honor al espino que, según cuenta la leyenda, protegía a la Virgen. A esto se le suman las obras de la Piedad y los 14 apóstoles, creaciones de Oteiza.

Getaria, con mucho encanto

Este pueblo pesquero del golfo vizcaino es idóneo para degustar pintxos, pescado a la parrilla y buen txakolí. Después, puedes acercarte hasta las playas Malkorbe y Gaztetape. También es probable que el visitante quiera fotografiar el emblemático Monte San Antón bautizado como Ratón de Getaria. Si le interesa la moda, hay que entrar al Museo Cristóbal Balenciaga, junto al Palacio Aldamar.