Entre las preguntas más habituales con que se encuentran los nutricionistas en sus consultas son las que hacen referencia a la fruta. Y es que desde hace años su consumo está ligado a una serie de mitos y falsas creencias que pueden tener consecuencias negativas para nuestra salud. Por lo general, las frutas se tomaban como postre después de la comida o de la cena, hasta que surgió la leyenda urbana de que tal hábito engordaba, pero esto es incierto. Los alimentos, tal y como explican los especialistas, no engordan o adelgazan según las horas en que los ingerimos; eso depende más de la cantidad y del tipo de alimento que se consuma.

Así, lo cierto es que la fruta es un postre saciante, en contra de lo que algunos creen. Gracias a ello, tomar fruta después de comer suele evitar quedarse con hambre y que al cabo de un tiempo entren ganas de picotear. De hecho, comer fruta entre horas es la mejor forma de evitar otros alimentos que, por lo general, son menos saludables, ya que sus azúcares simples y su alto contenido en fibra ayuda a saciarnos durante mucho tiempo.

En desayunos, tomar fruta siempre es bueno, y muchas veces clave para evitar la bollería industrial. Y es que una sola pieza de fruta aporta mucha energía, fibra, vitaminas y muy pocas calorías. Eso sí, mejor complementarla con algo de proteína e hidratos de carbono de absorción lenta, como los procedentes de los cereales.

Los zumos, por contra, ocasionalmente, siempre naturales, deben tomarse porque apetecen, están ricos y resultan refrescantes y fáciles de consumir. Sin embargo, para mantener estable el metabolismo de la glucosa y regular el tránsito intestinal es aconsejable consumir la fruta entera (lavada y pelada). De este modo conservaremos la fibra más beneficiosa para el intestino y, además, evitaremos realizar una alta ingesta de calorías en forma de azúcares simples.

¿Si estás a dieta no hay que comer plátano ni aguacate? Es verdad que el plátano es más calórico que otras frutas, pero no hay que olvidar que es un alimento rico en potasio, magnesio, fibra o vitamina B, propiedades nutricionales que, no solo no engordan, sino que ayudan a bajar de peso.

Por su parte, el aguacate tiene un alto contenido en grasas, pero se trata de grasas saludables. Además, contiene una buena cantidad de Omega 3, beneficioso para la salud del corazón, es rico en antioxidantes, favorece el sistema nervioso y es altamente saciante, por lo que también evita que piquemos entre horas.

¿Y qué es una porción? Pues no se refiere a una pieza, como dice la creencia popular, ya que los tamaños varían. Estos son algunos ejemplos de una porción de fruta: una pera grande o dos pequeñas, dos albaricoques, tres nísperos, dos rodajas de limón, dos ciruelas, un plátano, dos kiwis o seis u ocho fresas.

Dos colores, dos beneficios

Fresas antioxidantes. Fortifican los huesos, tienen efecto antiinflamatorio, ayudan a perder peso, refuerzan las defensas, son depurativas, regulan el tránsito intestinal y hasta cuidan los dientes.

Albaricoque, elimina toxinas. Ayuda a eliminar las toxinas del colon, los riñones, el estómago y el hígado gracias a su alto contenido en fibra. Igualmente es rico en potasio, que reduce la posibilidad de contraer úlceras.