PAMPLONA. Mason pesa ahora 'tan solo' 150 kilos, informa el Daily Mail. No obstante, su calvario no ha terminado. Quiere seguir adelgazando y realizarse una operación de reducción de piel, una cirugía totalmente necesaria porque sin ella no puede caminar con normalidad, lo que le impide a su vez perder más peso.

El excartero, que durante mucho tiempo llegó a ingerir 20.000 calorías al día, sueña con poder llevar una vida normal, montar un negocio de joyería y hacer realidad así su sueño. También quiere aprender a conducir, ir de vacaciones y encontrar el amor. "Sólo necesito un poco más de ayuda. Me siento como si me hubieran abandonado a mi suerte." "Necesito la operación para poder recuperar mi vida, para ser capaz de volver a integrarme en la sociedad. Se me está vetando poder llevar una vida normal."

Para que su experiencia no caiga en saco roto, en estos momentos, Paul se encuentra inmerso en la redacción de un libro en el que cuenta su vida. Espera con ello poder ayudar a aquellos que sufren trastornos alimenticios.