La época de estudiante es uno de los momentos más importantes en la vida de un o una joven. Por ello, la elección del alojamiento puede ser una decisión crucial que marcará el desarrollo de esta etapa. Las condiciones económicas, la localización o las libertades que otorga el alojamiento pueden ser uno de los elementos clave para decantarse por un lugar u otro. Aunque la carrera en busca del alojamiento empieza generalmente cuando termina el año académico, la alta demanda de pisos de estudiantes ha generado que muchos alumnos comiencen las búsquedas mucho antes. “Durante el primer año de carrera estuve en una residencia y durante el curso fui hablando con unas compañeras acerca de cambiarnos a un piso. Queríamos tener piso para septiembre, para cuando empezáramos el segundo año de carrera. Así que empezamos la búsqueda en enero o en febrero”, destaca Magalí Ortiz, estudiante de Periodismo e Historia en la Universidad de Navarra.

búsqueda ‘online’ Los grupos o comunidades de redes sociales y los portales inmobiliarios son los espacios más usados para buscar ofertas de pisos disponibles o incluso para colocar anuncios de búsqueda de compañeros de piso. En este aspecto Ortiz confiesa que “empezamos a buscar ofertas en internet en Idealista mayormente. La mayoría de los anuncios eran de inmobiliarias, así que nos pusimos en contacto con varias y nos fueron enseñando diferentes pisos en la zona de Iturrama”. Ortiz destaca que “vimos muchos pisos, algunos no estaban en muy buenas condiciones, pero al final dimos con uno que nos gustó y pagamos la fianza el mismo día porque estaba muy solicitado”. En cuanto al tiempo de duración de las gestiones, la estudiante dijo que “tardamos muy poco tiempo, aproximadamente una semana. Quedamos con agentes de dos inmobiliarias el mismo día y nos enseñaron varios pisos”.

El caso de Andrea Coscolín, estudiante de grado superior de Fotografía fue diferente “me costó bastante encontrar piso. Estuve todo el verano mirando. Quería algo decente y asequible. Al final encontré el piso en el que vivo ahora y la verdad es que estoy muy contenta”.

suben los alquileres Ortiz ha compartido piso durante 3 años con 3 compañeras más. Hasta el año pasado el alquiler mensual tenía un coste de 850 euros al mes, pero “este curso nos lo han subido a 1.000 euros y los gastos de agua, luz e internet aparte. Nos costó decidirnos pero para un año de universidad que nos quedaba nos parecía que no merecía la pena cambiarnos de piso”, manifestó. Por otro lado, destacó que “estamos muy a gusto juntas y la verdad es que hemos ganado mucha libertad al irnos a vivir a un piso. Estamos más a nuestro aire”.

ruidos y fiestas Las fiestas universitarias son una de las problemáticas que mayor relevancia ha ganado los últimos años. En este aspecto Ortiz destacó que “siempre intentamos no meter mucho ruido y molestar a los vecinos lo menos posible”.

Por su parte Coscolín confesó que “no hemos tenido problemas de ruidos. Hay que tener en cuenta que algún compañero puede estar estudiando y hay que respetarlo”.