Los navegadores web han sido los grandes sustitutos de los mapas en papel, ya obsoletos. Sin embargo, hay veces que la voz que indica el camino o la flecha que avanza en la pantalla juegan una mala pasada al conductor, que acaba en una calle sin salida, en un parque, en un pantano o en las escaleras de un paseo peatonal, como le ocurrió ayer a un ciudadano italiano que acabó atascado en las escaleras del paseo de Hemingway en Pamplona.

El conductor se quedó inmovilizado en las escaleras que bajan a la cuesta de Labrit tras haber seguido las indicaciones que le marcaba el navegador GPS que llevaba en el coche. El hombre pidió ayuda a la Policía Municipal que hizo las labores necesarias para desatrapar el coche y que pudiera seguir circulando con normalidad. El conductor dio negativo en todas las pruebas que se le practicaron, según informaron desde el cuerpo municipal.

El vehículo quedó atrapado después de que el conductor hiciera caso a su GPS y siguiera sus indicaciones. “A veces los avances tecnológicos nos juegan una mala pasada, entre que no los entendemos bien y nos despistamos”, escribió ayer la Policía Municipal en su cuenta de Twitter.

Pero este suceso no es un caso aislado. Accidentes como este se han hecho virales aunque alguno haya estado cerca de acabar en tragedia. Uno de los más recientes y cercanos a Navarra ocurrió en Vitoria en agosto de 2017, cuando un vehículo que seguía a su GPS acabó con la parte delantera en las escaleras de San Bartolomé, entre la plaza del Matxete y la calle Santa María, en el Casco Viejo de la capital alavesa. El coche se detuvo antes de deslizarse escaleras abajo, aunque no hubo que lamentar heridos ni daños.

Unos meses después, en octubre, otro vehículo se volvió a colar por estas escaleras porque su conductor, esta vez, estaba siguiendo las indicaciones de un paseante a quien no entendió y acabó apareciendo por donde no había salida para vehículos.

otros accidentes Otro suceso que cobró especial relevancia fue el de un coche VTC que acabó atascado en unas escaleras en Madrid el pasado mes de abril. El turismo entró en una zona peatonal en la plaza Zerolo de la capital española y acabó precipitándose por unas escaleras situadas fuera de la vía.

El conductor del vehículo aseguró que se debió a un error del GPS que le envió por esa dirección. Además incidió en que no estaba señalizado. Asimismo, explicó que en el momento del siniestro iba con una pasajera a bordo.

Al lugar se trasladaron dos dotaciones de bomberos del 112, otro coche de bomberos, una grúa y al menos una furgoneta y un coche de la Policía Municipal que no daban crédito a lo ocurrido. Los efectivos tardaron más de media hora en sacar el vehículo de la acera.

Pero además de estos sucesos, a nivel mundial, se han registrado accidentes por culpa del GPS que parecen sacados de una película de ciencia ficción. Por ejemplo, uno de los casos más sonados es el de un conductor alemán que quedó varado con su camión de 17 metros en la explanada de un faro en Galicia yendo de camino a San Sebastián.

Otro siniestro le ocurrió a una conductora inglesa que acabó con su Mercedes SL-500 en el fondo de un río por culpa de las indicaciones del GPS integrado. No obstante, pudo salir con la ayuda de un transeúnte, pero se necesitó una semana para sacar el coche del agua.