Los aproximadamente 650.000 residentes en Navarra viven esta primera jornada de confinamiento perimetral de la comunidad con cierta normalidad pero con muchas dudas sobre qué pueden hacer o no en esta nueva fase de restricciones, encaminadas a reducir una tasa de contagio de cerca de 1.000 casos por 100.000 habitantes.

Desde que finalizó el estado de alarma, Navarra es la primera comunidad que decreta un confinamiento perimetral que restringe la entrada y salida de la Comunidad Foral y establece el cierre total de la hostelería y restauración, bingos, salones de juegos y recreativos y el adelanto a las 21,00 horas del cierre de comercios y espacios de servicios y de ocio.

El objetivo de la medida, regulada mediante orden foral, es tratar de revertir una tendencia de contagios al alza, con un récord de 586 casos este miércoles y una tasa de positividad que supera el 16 % de las pruebas PCR y de antígenos realizadas.

Este "cordón sanitario" establecido con las comunidades limítrofes, pretende reducir al máximo la movilidad entre poblaciones y territorios, algo que en principio va a ser complicado de gestionar teniendo en cuenta que Navarra tiene 58 "mugas" o carreteras de salida y entrada de la comunidad.

Las poblaciones navarras han amanecido este jueves con todos sus locales de hostelería cerrados. Los próximos días, trabajadores de bares, restaurantes, ocio nocturno y hoteles continuarán sus protestas ante una decisión que no comparten y en demanda de un plan de viabilidad para el sector.

En varios comercios de Pamplona han comentado a Efe que notan ya una menor afluencia de clientes, sobre todo de personas mayores, como ya ocurrió durante el estado de alarma.

Hay algunos establecimientos que, al vender pan y periódicos, están abiertos y dispensan cafés para llevar en la barra, aunque los clientes deben consumirlos en la calle, muchos de ellos sentados en los bancos públicos.

Poca gente hay también, por ejemplo, en el Mercado del Ensanche de Pamplona, donde los responsables de los puestos se quejan de la bajada importante de clientes.

Incluso en la floristería del mercado, que en estas fechas solía estar ya en plena campaña por la festividad de Todos los Santos, comentan que tienen menos encargos y menos venta directa. "Hay menos gente en la calle y más miedo", afirma una de las empleadas.

El control de las entradas y salidas de Navarra corre a cargo de un dispositivo conjunto de Policía Foral, Guardia Civil, Policía Nacional y Policías Locales. Son más de trescientos agentes los que a diario forman parte de este operativo que vela por el cumplimiento de las nuevas restricciones de movilidad en Navarra, en vigor desde este jueves y hasta el 4 de noviembre.

Desde la Policía Foral han señalado a Efe que no consta por ahora ninguna incidencia importante, aunque, como ya pasó con el estado de alarma, hay algunos problemas de gestión, el primero de ellos la precisión de la orden foral de que se puede salir de Navarra en caso de necesidad o por fuerza mayor, que "es un concepto muy subjetivo".

Esa situación, han explicado, se traslada al patrullero que está en un control determinado y que es quien valora cada caso "con mucha mano izquierda".

El segundo problema, han indicado, es el tránsito de vehículos que atraviesan Navarra procedentes de otra provincia y con destino en una tercera, ya que hay dificultad para determinar la veracidad de lo que declara el conductor. "Se le pregunta y se hace un pequeño cuestionario ahí mismo, pero no tenemos otro dato que la declaración del implicado", han apuntado desde Policía Foral.

En Navarra, han destacado, hay 58 "mugas" y, "como no se puede llegar a todas y menos permanentemente, se están haciendo controles aleatorios en colaboración con Guardia Civil y Policía Nacional", este último cuerpo en las salidas a Francia.

No ha habido grandes cambios en el trabajo de la Policía Municipal de Pamplona, que fundamentalmente sigue centrada en la vigilancia de situaciones como los botellones o la formación de grupos de más de seis personas.

El cierre total de la hostelería es una novedad, han declarado desde la Policía Municipal, pero "es fácilmente controlable" el cumplimiento de la medida. "Me imagino que ningún hostelero se va a arriesgar a abrir un establecimiento, porque esto es blanco y en botella: si te pillamos abierto, te pillamos", ha comentado el portavoz de este cuerpo policial.

En las últimas horas, la Policía Municipal de Pamplona solo ha realizado una intervención al sospechar de un bar abierto, pero los agentes han comprobado que los camareros solo estaban recogiendo el género del establecimiento, por lo que no ha habido sanción. "Lo que define la situación es la tranquilidad en este momento", ha precisado el portavoz.

"Normalidad total" también en Tudela, han informado a Efe desde el Ayuntamiento de la localidad, que ha decidido celebrar el pleno municipal del próximo lunes de forma telemática.

No hay tampoco incidencias reseñables en el transporte público, salvo la reducción del aforo al 50 % en los autobuses urbanos de Pamplona. El confinamiento no ha afectado de momento a los viajes programados por Renfe con salida o destino en Pamplona y el servicio funciona con normalidad.

En el aeropuerto de Pamplona, han indicado desde Aena, se opera con normalidad y el enlace de la mañana con Madrid se ha llevado a cabo sin incidencias.