El estado de alarma ha terminado, y con él el cierre perimetral de la comunidad foral de Navarra, por lo que muchos ciudadanos de la comunidad foral aprovecharon para desplazarse a ciudades vecinas.

Pese a las ganas de movilidad, en las carreteras navarras la tranquilidad fue la nota dominante, aunque desde la Guardia Civil y la Policía Foral constataron un pequeño repunte en el tráfico, especialmente en vías como la Ronda de Pamplona (PA-30) o las autovías A-12 y A-15.

Pero el destino más deseado sin duda fue el mar. En Donostia, donde ayer por la mañana hacía un tiempo agradable, muchos navarros y navarras destacaban en la playa de la Concha por los paraguas y abrigos que portaban, tras salir de una Pamplona gris en la que llovió a mares.

Laura García e Izaskun Asiain, dos amigas veinteañeras necesitaban ver el mar y por eso acudieron a Donostia. "Llevábamos mucho tiempo encerrados en Navarra y la verdad es que siempre viene bien hacer un cambio de aires, además a mi me encanta San Sebastián. Para mi ver el mar es libertad", expresó.

Izaskun, manifestó que tenían muchas ganas de acudir a la playa. "Era lo primero que queríamos hacer, porque en Navarra tenemos muchos sitios preciosos y gracias a estar confinados perimetralmente hemos podido hacer bastante turismo allí, pero necesitábamos un poco más, ver este ambiente de familias y perros en la playa, porque allí no tenemos tantos espacios abiertos como este", subrayó.

En otro punto de la playa, Leire Garrido relató que se encontraba pasando el día con un grupo de amigos y sus hijos. "Tenemos otros amigos que viven aquí en Donosti y aprovechando que hoy abren hemos venido para visitarlos. Estamos contentos además porque aquí está mejorando el día y en Pamplona está lloviendo", apuntó. Asimismo, aseguró que seguirían disfrutando de la jornada degustando unos pintxos en la Parte Vieja donostiarra, antes de regresar a Pamplona.

Su amigo, Jon Ruiz, explicó que al bajarse del autobús en San Sebastián, le llamó la atención los momentos de abrazos que vió. "Vi los primeros abrazos de gente que posiblemente llevaba mucho tiempo sin ver a sus seres queridos. Ahí te das cuenta de lo necesario que es el contacto con las personas que no ves en mucho tiempo".

Mientras, Eneko Yoldi aprovechó la especial ocasión para zambullirse en el agua. Al salir, explicó que lo hacía debido a una apuesta."Me han ofrecido una comida de 25 euros si accedía, y me he metido desnudo, sin medias tintas", aseguró feliz.

En otro extremo de la Concha, Isabel Gaztelu, junto a Ricardo González contó que acudían para hacer un plan distinto, y que tenían muchas ganes de volver, ya que llevaban desde octubre sin ver el mar.

"Después iremos un rato a la Zurriola para ver otra playa y otras vistas y luego volvemos a Navarra. Aunque hemos encontrado a algun navarro, hay menos gente de la que esperábamos", agregó.

Juantxo Erce y Ramón Santesteban, que llebavan 7 kilómetros andando cuando pararon en el puente del Kursaal, destacaron que el mal tiempo de la capital navarra no les desanimó para visitar la ciudad guipuzcoana. "Somos navarros, estamos acostumbrados al agua y si llueve no pasa nada. Estámos encantados porque Sanse es muy bonito", subrayaron.

Edu, Baker, Ana, Saioa, Sonia, Liza y Carla, una cuadrilla pamplonesa, también disfrutaban del paisaje, pero frente a la playa de la Zurriola. "Pasaremos todo el día y luego nos volvemos", aclaró, mientras su compañero tocaba la guitarra. "Estamos contentos de poder desplazarnos , pero tenemos que seguir teniendo cuidado con la covid", señaló Ana.