Herencia transmitida de hijos a padres en un mismo escenario, en una misma forma de expresión, el teatro. Orgullosas, emocionadas y con muchas ganas, las ocho mujeres integrantes del Taller de Teatro Espontáneo de Madres que no se conocían de nada se preparan para estrenar mañana, a las 19.30 horas en el salón de actos del IES Plaza de la Cruz y con entrada libre, Las cuñadas.

“Nuestros hijos hicieron el año pasado Marilyn, su alma en un musical”, comienza Leticia Sagüés. “Fue un año muy emocionante para nosotras, porque se graduaban, así que les quisimos dar una sorpresa”, continúa. Poco a poco, 35 madres de los alumnos se juntaron y escribieron un pequeño guion. “Apenas lo ensayamos”, recuerda Alexis Hidalgo. De este modo, al terminar la última función, las mujeres, con pelucas rubias, se fueron levantando al grito de “¡No, yo soy la verdadera Marilyn!”. La unión se había creado. Meses más tarde, el día de la graduación de sus hijos, el equipo directivo -o “kamikaze”, como dicen- de la sorpresa se volvió a reunir para rememorar la cena del día en que se conocieron, a la que se unió Kico Alba, director del Taller de Teatro del instituto. “Tengo un teatro para vosotras para el año que viene”, dijo en medio del encuentro.

“Lo habíamos pasado muy bien, y recordé que tenía una obra en la estantería que quería hacer, pero en el instituto no podía porque es solo de mujeres”, afirma. De este modo, Alba comenzó un arduo trabajo de adaptación de la obra. Escrita por el canadiense Michel Tremblay en 1999, Las cuñadas cuenta con 15 personajes que el director redujo a ocho. “Tuve que decidir cuáles eran importantes y cuáles prescindibles, y acoplar sus frases a las de las principales sin que hubiera contradicciones”, expone.

“Me lo han puesto fácil”, se sincera el director, ya que “cada una ha aportado lo que ha podido para el atrezzo y el vestuario”. Además, la obra cuenta con cinco adaptaciones musicales, una rapeada y cuatro cantadas, con base en canciones conocidas.

crítica social Ambientada en 1960, la pieza comienza cuando Encarna gana el concurso de Cupón Hogar Moderno y le tocan un millón de cupones, que debe pegar en un tiempo determinado si quiere obtener montones de cosas con las que cambiar su vida. Para hacerlo, pide ayuda a sus cuñadas, hermanas, vecinas, etc, pero surgen las envidias entre ellas.

“Trata de las relaciones humanas. Todas son unas luchadoras en lo suyo, porque están sometidas. Su punto común es que necesitan respirar”, señala Elcira Beorlegui. A pesar de que la historia está ambientada hace más de medio siglo, “es muy actual”, dice Iosune Etxebeste, porque, aunque “las mujeres podemos abrir una cuenta bancaria solas, hay muchos aspectos en los que hay que seguir avanzando”, apunta Ana Ariño.

Asimismo, el texto cómico tiene un marcado componente reivindicativo, porque es “una obra protagonizada solo por mujeres hablando de esa sociedad”, advierte Araceli Romero, a lo que su compañera Eva García añade: “Hay mucha reflexión, por lo que a quien le han pasado esas cosas se siente identificado y, al que no, también le llega el mensaje de que todavía queda por hacer”.

Formado por ocho madres, este Taller de Teatro Espontáneo solo contaba con tres mujeres experimentadas en las artes escénicas: Etxebeste, que había hecho teatro con sus hijos y danza desde pequeña, y Sagüés, que fue actriz profesional y profesora de teatro. Por su parte, Ariño es soprano y se dedica a la música coral, aunque destaca que, si bien “el germen siempre sale de uno mismo, el teatro da más libertad, porque se puede ser otra persona”. No obstante, para las demás era la primera vez que se subían a un escenario, aventura que afrontaron con dudas al principio, pero con ilusión. Tanta, que algunos personajes se han “apoderado” de ellas, bromea Sagüés, ya que han adquirido como propias frases del guion.

Las cuñadas cuenta también con la participación de Ane Molina, estudiante de Historia y Periodismo en la Universidad de Navarra, que hace el papel de Hidalgo y el de Ariño cuando estas faltan por trabajo. “Esta es la quinta obra que voy a hacer con Kico”, relata la antigua alumna del IES Plaza de la Cruz, donde comenzó en el teatro. “Es mi casa, siento que nunca me he ido”, comenta la joven de 22 años, para la que trabajar con sus compañeras ha sido “una experiencia muy enriquecedora” por su disciplina y trabajo en equipo.

Emoción que se contagia “Lo que más nos ha aportado es la amistad en un grupo tan inesperado”, comenta Cristina Monente, así como “descubrir una faceta que no conocíamos”, apostilla Romero. Además, la obra llegó para ellas en un momento personal perfecto, ya que ha sido “terapéutica”, califica García, dando ejemplo de las sonoras risas que las unen. Precisamente, es esa emoción que se palpa entre ellas lo que quieren transmitir a sus hijos. “Son los que más nos han animado, esto es un regalo para ellos”, relata Hidalgo. “Están contentos de que hayamos disfrutado lo mismo que ellos”, añade Etxebeste.

A expensas de que se represente mañana por primera vez Las cuñadas, las actrices tienen pensado continuar con el Taller de Teatro “si nos seguimos riendo y no nos enfadamos”, bromea Romero, porque lo más importante es hacer “lo que a uno le haga feliz”, asevera Beorlegui, si bien todas las madres saben que no ha sido fácil compaginar el trabajo, la familia y la pasión teatral. “Le mandábamos a Kico hasta los ensayos en casa por WhatsApp, cuenta Monente.

Por el momento, el Taller de Teatro Espontáneo se volverá a subir al escenario del IES Plaza de la Cruz el miércoles 27 y el sábado 2 de marzo. El 17 de marzo representará la obra en Lodosa, y el 13 y 20 de abril en Santesteban y Biescas (Huesca). Y esto no ha hecho más que empezar.