Cannes visto por...

José Luis Rebordinos

Director del Festival de Cine de San Sebastián

Cannes ha vuelto a ser la gran fiesta del cine que es cada año. Se ha recuperado la normalidad pre pandemia y en el mercado ha habido muchos acreditados, aunque sin llegar, probablemente, a las cifras de 2019. En lo cinematográfico, para los que nos gusta el cine, es una auténtica fiesta donde puedes encontrar una gran variedad de películas: de Top Gun a Pacifiction, de Coupez! a Godland... Para un festival como el nuestro es imprescindible acudir a Cannes, no solo para ver las películas, sino sobre todo para encontrarnos con productores, directores y agentes de ventas de todo el mundo. En nueve días hemos hecho más de cien citas.

Oskar Tejedor

Delegado de Basque Audiovisual

Ha sido mi primer año como delegado por lo que todo era nuevo. El mercado me ha parecido enorme, algo bastante bestia. Está claro que Cannes son las olimpiadas del cine. Nuestro trabajo dentro del stand ha sido difundir e informar de las producciones vascas y las condiciones fiscales para rodajes. También hemos establecido muchos contactos con otros mercados audiovisuales internacionales y hemos atendido las peticiones para establecer relaciones con la industria vasca por parte de festivales, productores y periodistas de varias partes del mundo.

Iratxe Fresneda

Directora del documental ‘Tetuán’

Cannes sigue siendo el referente del cine que se hace, se hizo y puede que del que se hará. Una de las mejores cosas que ha podido pasar, ha sido que el mercado se haya podido celebrar de forma presencial. El poder encontrarse con los agentes de la industria presencialmente cambia radicalmente el modo de presentar los proyectos y generar interés. El modo de relacionarse es muy distinto y se ha notado en la actitud y en la receptividad. Hay dos películas que me llevo del festival, en una edición que he pasado mayoritariamente en el mercado, una es la de Un Beau Matin, de Mia Hansen-Løve y la otra, la de Sergei Loznitsa, The Natural History of Destruction. Son dos visiones del mundo, de lo que nos acontece bien distintas, dos modos de hacer cine diferentes pero complementarios. Mia Hansen-Løve parte de aquellas cosas que, a veces, el gran cine olvida, como son los cuidados o el día a día. Y lo hace desde una visión sencilla en la forma pero profunda en sus intenciones. Loznitsa, en cambio, trabaja desde lo macro, la gran historia de las guerras y la destrucción mediante el archivo para llegar hasta nosotras en las consecuencias vitales en el día a día.

David Matamoros

Productor de Zentropa Spain

Algunos distribuidores comentaban que se estaban pidiendo cantidades elevadas por películas excesivamente caras, algo que no se entiende muy bien en la situación de crisis que vivimos. Las agencias de venta han pedido cantidades elevadas por películas con mercado restringido. Los distribuidores se quejaban de estos precios justo cuando intentamos que la gente vuelva a los cines aunque está claro que este año se ha activado el negocio y había mucha efervescencia. Otra tendencia que se ha visto es que tanto Netflix como Amazon empiezan a hacer alianzas con distribuidores locales para hacer lanzamientos conjuntos o comprar a los distribuidores los derechos conjuntos para quedarse las plataformas como únicos distribuidores. Había muchas ganas de hacer negocio.

Vítor Pinto

Programador cultural (Portugal)

La Sección Oficial ha sido un mix de thrillers, historias sociales y personales. Elijo Armaggedon Time, donde el director James Gray cuenta de forma muy honesta una historia autobiográfica que refleja las diferencias entre ricos y pobres en Estados Unidos en los años de Reagan aunque también se alude a los Trump. Otras películas que me han gustado son Close, una historia de complicidad interrumpida entre dos adolescentes. Es una película única porque se aleja de las típicas coming of age; la coreana Decision To Leave, por su puesta en escena; el thriller erótico Stars at Noon, y también la película de João Pedro Rodrigues, Fogo-fátuo, que es la más libre y más políticamente incorrecta del director. No me gustó el Cronenberg de Crimes of the future. Por ejemplo, Léa Seydoux está horrible en su papel.

Javier Zurro

eldiario.es

Ha sido bonito volver a vivir un Festival de Cannes en un ambiente parecido a la vieja normalidad y, sobre todo, con mucho cine español. Albert Serra demostró que tiene talento de sobra para estar en Sección Oficial, Elena López Riera se suma a la lista de grandes promesas de nuestro cine y Rodrigo Sorogoyen ha presentado aquí su mejor película hasta la fecha. El mejor año del cine español en mucho tiempo confirmó su gran momento en Cannes. Una pena que un acontecimiento así coincidiera con la aprobación de una Ley Audiovisual que pone en riesgo el cine independiente español.

Conxita Casanovas

Radio Nacional de España

Es muy triste que el jurado haya pasado de Albert Serra y su Pacifiction. Para mi era la mejor película de la competición Los ex aequo del palmarés, que parecía la tómbola, reflejan claramente la indecisión del jurado a la hora de elegir. Por ejemplo, Benoît Magimel era el mejor actor de largo y la protagonista de La mujer de Chaikovski, Antonina Miliukova, maravillosa. Otra característica de este año es que las mujeres directoras han fracasado y los directores que ya habían ganado la Palma no mostraron nada nuevo. El Festival de Cannes, como el cine, está buscándose a sí mismo. Para el futuro pido menos alfombras rojas abarrotadas de mujeres vestidas de muñecas y más cuidar el cine y a los críticos y periodistas para que puedan hacer bien el trabajo y el cine no quede relegado a un segundo plano.

Manu Yáñez

Fotogramas / Otros Cines Europa

Los primeros días de festival fueron terribles a la hora de reservar entradas en la aplicación, algo indignante para un festival de su nivel. De las películas seleccionadas me quedo con Armaggedon Time, de James Gray, y Pacifiction, de Albert Serra. Lo peor para mí fue otorgar la Palma de Oro a Triangle of Sadness, de Robert Östlund.

Kristina Zorita

Euskal Telebista

Esperaba una selección muy potente en honor a las bodas de diamante del festival pero hasta que no llegó Jerzy Skolimowski y su EO, no vi nada excitante. Como con todos los años me ha faltado alguna película en el palmarés y me han sobrado otras. Me gusta la sátira política y social de Triangle of Sadness, aunque me sobra algo de su zafiedad. Mi favorita era Close por su delicadeza y su forma de contar. El Grand Prix hubiera sido un premio de consolación digno pero dárselo junto a Stars at Noon me parece un error. Claire Denis debería haber sido seleccionada y premiada por cualquiera de sus películas anteriores pero ésta no es una de sus mejores obras.

Por otro lado, me ha sorprendido el número de asiáticos acreditados, síntoma de que el tema Covid se está relajando también allá. Y aplaudo las iniciativas Cinephiles y 3 Jours à Cannes, que permiten disfrutar del festival al público cinefilo y a jóvenes estudiantes de cine.

Inma Pilar

Cineol / Videodrome

No ha sido una edición especialmente brillante en la competición. Propuestas como la de Park Chan-wook, Kore-eda, Gray, Mungiu o Dhont, han convivido con otras más irregulares o fallidas. “Mi Palma” hubiera sido para Lukas Dhont y su maravillosa Close. Aunque si hubiera que dar una segunda Palma sería para Kore-eda antes que para Östlund. En otras secciones destaco L’envol, de Pietro Marcello, As bestas de Sorogoyen, la serie de Marco Bellocchio, Esterno Notte o Un beau matin de Mia Hansen-Løve. Entre las que menos me han gustado la facilona Tirailleurs o Tori & Lokita, de los hermanos Dardenne.

Carlos Elorza

Dirigido Por

Lo peor a nivel organizativo, al igual que el año pasado los primeros días, fue el sistema de retirada de entradas, que fue un desastre. Lo mejor, que lo arreglaron rápido y bien. Ha habido un buen nivel medio de las películas y este año en especial en la Quincena de Realizadores, que me parece que no consigue igualarlo ningún otro festival.

Entre lo peor, ese palmarés sin riesgo que a pesar de premiar el 50% de lo que iba a concurso se deja fuera pelis tan potentes como la de Mungiu o la de James Gray pero otorga la Palma de Oro a una película de un director que parece en decadencia La película que más me ha gustado a concurso: Close, de Lukas Dhont. ¿La más sorprendente? Fogo-fátuo, de João Pedro Rodrigues. ¿La reconciliación? Un beau matin de Mia Hansen-Løve. Sus últimas películas no me habían convencido y ésta me parece su mejor obra.

Ricardo Fernández

El Contraplano

No ha sido un festival brillante, para ser Cannes, claro. Es decir, estoy seguro de que cualquier otro festival se daría con un canto en los dientes por tener una selección como ésta; pero Cannes presume (porque puede) de una grandeza y una excelencia que sitúan el listón muy alto. Sobre todo en un año en el que la lista de nombres de la competencia por la Palma era un auténtico Dream Team. ¿El problema? Es que ninguno de esos nombres ha entregado uno de sus mejores trabajos. Yo me quedo con las películas de Mungiu, James Gray, Kore-eda y Park Chan-wook, un poker de habituales en Cannes. Ninguna de sus propuestas ha sido especialmente rompedora, pero nadie espera eso de ellos a estas alturas. Lo que sí han hecho es firmar cuatro películas a la altura de lo que se espera de ellos. En el lado contrario situaría a Frère et Soeur, de Arnaud Desplechin, para mi la mayor decepción de esta edición del festival.