Forever, de Kulunka, dará, en la noche del viernes 19 de julio, a las 22.00 horas en La Cava, la señal de salida de la 25ª edición del Festival de Teatro de Olite. Esta propuesta sin palabras, narrada a través del lenguaje silencioso de las máscaras y dirigida por el gasteiztarra Iñaki Rikarte, refleja con humor e ironía las paradojas del amor y pone el foco en temas como la maternidad, la educación, la discapacidad y la incomunicación. Se trata, en definitiva, de una bella y profunda tragicomedia que nace de la distancia que suele haber entre nuestras proyecciones de futuro y la propia realidad.

Esta función ya da pistas del camino que recorrerá el festival este año. Un programa “joven, renovado, osado, contemporáneo y feroz”, en palabras de la dramaturga y directora de escena María Goiricelaya, codirectora de Olite junto a la actriz Ane Pikaza, que enfantiza la parte formativa, de creación e investigación, las conferencias y el resto de actividades preparadas para celebrar los 25 años, cifra que refleja “el peso y el poso” de esta iniciativa que nació en el año 2000 de la mano del Ayuntamiento y, con los años, pasó a manos del Gobierno foral, que, como es lógico, sigue contando con la colaboración municipal.

Un espacio estable

Precisamente, el alcalde de la localidad, Josu Etxarri Sueskun, fue la nota discordante en la presentación del festival en La Cava. Y es que, aunque calificó de “prometedora” la programación, comentó algunas cuestiones que, dijo, le había inspirado Talía, una de las musas del teatro. “Echamos en falta la presencia de los más grandes”, en referencia a “clásicos como Lope, Calderón o Shakespeare”.  

Etxarri también quiso hablar del futuro del festival: “Hay que superar la manta y el ruido del convoy ferroviario que pasa por aquí”. Para ello, propuso que las instituciones implicadas unieran esfuerzos “para que esta fiesta del teatro tenga una sede estable” y a salvo tanto de las inclemencias meteorológicas como acústicas. 

En nombre del Gobierno foral, habló Lorenzo García Echegoyen, director del Servicio de Acción Cultural, que calificó de “coherente y consecuente con su tiempo” el proyecto artístico impulsado por Goiricelaya y Pikaza. “Se ha convertido en un referente fuera de aquí por si apuesta por las nuevas formas de contar historias y también dentro porque ofrece a los profesionales navarras la oportunidad de crear, investigar y exhibir sus trabajos”. García subrayó la forma en que el programa se ha ido asentando y extendiendo por el territorio, ya que también hay actividades en Pitillas, Beire, San Martín de Unx y Tafalla. “Solo duran los proyectos que crecen en ese sentido”, afirmó. Y agregó: “Olite nos da herramientas no solo para contarnos cómo está el mundo, sino también para hacer algo al respecto”.

El responsable ejecutivo del festival contó, asimismo, algunos de los actos previstos para festejar todos estos años. Algunos de ellos ya están en marcha, como son las exposiciones de carteles y de imágenes que trazan la historia del festival, en la plaza de Carlos III el Noble, y la muestra fotográfica 25º Aniversario del Festival de Teatro de Olite, comisariada por Villar López, fotógrafa oficial de la programación, y que se podrá ver hasta el 4 de agosto en la casa de cultura de la localidad.

Una exposición basada en tres premisas:  reconocer el papel de Olite en el origen y devenir del festival, dando voz y protagonismo a sus gentes; poner en valor la presencia femenina a lo largo de toda su trayectoria, y visibilizar los diferentes roles profesionales que intervienen en su gestación, producción y divulgación.

Las directoras del festival, María Goiricelaya y Ane Pikaza, junto a la instalación artística de Marta Pazos. Iñaki Porto

Mesas y gala

Precisamente, las tres mesas redondas organizadas en torno a los 25 años abordarán estas tres cuestiones. Así, el miércoles 24 (19.00h, Reyna de Copas) se hablará del papel de las mujeres en esta cita; el sábado 27 (12.00 horas, claustro de San Pedro) se reunirán representantes de distintos oficios que también son claves para que Olite haya perdurado, y el 3 de agosto (12.00h, Enozentrum) se dará voz a las/os vecinas/os para que compartan sus vivencias y opiniones.

También en la gala del domingo 21 de julio (20.00 horas, La Cava) tendrán un lugar central los colectivos culturales de Olite, con presencia de la Banda de Música, la Coral Olitense, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos, Txibiri Dantza Taldea o los Gaiteros.

Compañías navarras

Como sucede desde hace unos años, esta edición también contará con numerosas compañías y profesionales navarras/os. Es el caso de Iluna Producciones y de Ezkaba (31 de julio, 22.00h, La Cava), una obra de “memoria histórica” en torno a los más de 7.300 presos “y 7.300 familias” que padecieron el cautiverio en el penal franquista. También estarán en Olite el grupo de música Melenas (19 de julio, 23.55, La Cava); Inextremis Teatro con El mundo está roto, pero se puede caminar (24 de julio, 20.00 horas, Tafalla Kuturgunea); La Banda Teatro Circo y su Yügen (25 de julio, plaza Teobaldos); Led Silhouette y su espectáculo de danza Halley (2 de agosto, 22.00, La Cava) y Akira Yoshida y Lai Ayguadé con Together To Get There.

Además, son dos los proyectos navarros seleccionados para las residencias de este año. En Philía, la compañía Paravan (Aiora Enparantza, Saioa Lara y Paula Gironi) exploran el modo de contar una historia de amistad entre mujeres. Y en Y volver, volver, volver..., Maialen Díaz Urriza y Emi Ecay Arróniz investigan en torno a la figura de la actriz, guionista y escritora pamplonesa María Luisa Elío, exiliada a Francia y a México a causa de la Guerra Civil. En el primer caso, mostrarán parte del trabajo realizado el 29 de julio en Beire y el 30 en la casa de cultura de Olite (20.00 horas). Y, en el segundo, desplegarán dos muestras diferentes los días 30 y 31 en Tafalla y en Olite (20.00).

La nueva localidad que se suma al festival, Pitillas, acogerá Convergencia, de los navarros De Improviso. 

La valentía

Así discurrirá la programación del 25º Festival de Teatro. El del año que viene será el último de María Goiricelaya y Ane Pikaza y lo afrontan en positivo. “Estamos muy satisfechas por cómo está posicionado Olite. Hay que tener valentía para programar”, dicen.