Seis creadoras/es “prologarán el aliento” de los Encuentros de Pamplona 2024 con el desarrollo y producción de otras tantas propuestas artísticas cuyo resultado final podrá conocerse durante los meses de octubre y noviembre de este año. Los proyectos seleccionados para llevar a cabo la Memoria Artística de la Bienal Internacional de Cultura, Arte y Pensamiento son: Plantar una voz, de Protocolectivo; magma, de Elisa Arteta; Ceniza / Píxel, de Leire Ipas; Ecosistema biónico. Parentescos entre plantas, máquinas y humanas, de María Castellanos; Heterotopías, de Dick Rekalde, y Todo lo que tiene nombre es/ Nochi tlen quipia itoca ca/ Izena duen guztia da, de Marina Lameiro y Tania Hernández Velasco.
Los cuerpos, la resistencia cultural, la naturaleza, los límites entre lo digital y lo físico, la coexistencia y coevolución entre plantas robots y humanos o la resonancia como simulación de contacto son algunas de las temáticas que se explorarán en estas obras, que, según el director general de Cultura, Ignacio Apezteguía, se ajustan bien al objetivo de la convocatoria, que es que “de lo escuchado, visto y vivido” y de las “dinámicas en las que se sumergieron” las/os artistas durante esos días de octubre “manen” ideas que contribuyan al “desarrollo, el perfeccionamiento y la innovación de los lenguajes artísticos contemporáneos” y fomenten “la investigación entre las distintas disciplinas". Apezteguía recuerda, asimismo, que cada una/o de las/os creadoras/es recibirá 15.000 euros más IVA (10.000 más impuestos en términos de salario, y 5.000 más IVA para la realización de las piezas). El plazo para su desarrollo finalizará el 1 de septiembre y “está previsto que se haga una comunicación pública de ellas entre octubre y noviembre de 2025, en forma de exposición o exhibición, atendiendo a los diferentes lenguajes y formatos artísticos.
Proyectos destacados
En palabras de Ramón Andrés, comisario de los Encuentros de Pamplona, llegar a esta selección no ha sido difícil porque estas propuestas “se desmarcaban” del resto “por su calidad y su ideario”. También por su “implicación”, ya que estos trabajos “son un modo de prolongar el aliento de cada edición”. Susana Irigaray, directora del Servicio de Museos del Gobierno foral, y Mercedes Jover, directora del Museo de Navarra, cuentan que, tras la exhibición de las obras, el material resultante del proceso de producción (bocetos, maquetas, etcétera), de documentación y las reflexiones que contienen estos proyectos quedarán en depósito en el archivo del Museo de Navarra como registro de dicha memoria artística.
‘Plantar una voz’
“De los Encuentros nos fuimos reflexivos”, apunta Germán Úcar, miembro de Protocolectivo, agrupación creada hace cinco años que ha sido seleccionada con Plantar una voz, instalación que unirá sonido y proyección con el propósito de explorar “los límites de la resonancia como forma de simulación del contacto”. Se trata de crear un “ensamblaje” de estructuras sonoras de bastidores construidos con planchas de espejo, de manera que “vibre, brille y golpee”; generando un espacio de “tensión entre lo visible y lo audible, entre la cercanía y la distancia, entre lo que parece estar en contacto y lo que, inevitablemente, se nos escapa”. “Un lugar donde el peso de lo invisible encuentra su forma”. Presencia, ausencia, memoria, comunicación y aislamiento se interpelarán en esta obra.
‘magma’
En su caso, Elisa Arteta continuará en magma, la investigación que lleva a cabo desde hace un tiempo y que tiene que ver con “temas espirituales que pueden ser un poco tabú o generar controversia” y con las sensaciones. “Para mí, lo más importante es lo sensorial y cómo desde ese punto podemos abrirnos a otras maneras de ver las cosas”. Su propuesta tiene que ver, en ese sentido, “con ese fuego interior”, con “ese sacar a la luz algo que se está gestando internamente”. Y se plantea como una amalgama de formas artísticas, de pensamientos y afectos para crear un espacio “donde permitirse sentir, estar, percibir y conectarse”. “Quiero buscar lugares de Navarra que tengan alta vibración y sean desconocidos, y acercarse al vídeo “desde la corporalidad”. En algún momento planteará, asimismo, un ritual” y también tiene previsto realizar un evento en vivo, de modo que “pueda desbordarme desde la danza hacia otras manifestaciones artísticas”, indica la creadora.
‘Ecosistema biónico’
Por “su capacidad de imaginación, de exploración e innovación”, la comisión de valoración seleccionó Ecosistema biónico. Parentescos entre plantas, máquinas y humanos, de María Castellanos Vicente. Se trata de “una investigación entre diferentes formas de coexistencia en la tierra”. Castellanos trabaja en “el lenguaje secreto de las plantas” desde 2009, a través de piezas instalativas. En este caso, creará “un jardín monitorizado, donde todos los seres –personas, plantas y robots– cohabitarán juntos y aprenderán unos de otros mediante el uso de herramientas de inteligencia artificial”.
‘Ceniza / Píxel’
“Una videoinstalación expandida que investiga las posibilidades que tiene lo digital para disolver las fronteras entre los individuos y el entorno y para buscar modos de cuidado y reproducción del todo donde estamos inmersos”. Es Ceniza / Píxel, el proyecto en el que Leire Ipas pone en relación estos dos elementos, “dos formas de disolución”. Por un lado, la ceniza, que se compone de partículas de polvo y resuena a muerte y trascendencia, y, por otro, el píxel, que contiene partículas de luz y está viva, es inmaterial e irrelevante. En el fondo, una pregunta: ¿Cómo viviríamos lo digital si entendiéramos que estamos deshaciéndonos y conformándonos con los otros y con el entorno todo el tiempo?
‘Heteropotías’
En su propuesta, Dick Rekalde se apoya en la memoria visual de los Encuentros del 78 para trasladar a la esfera pública, la calle, piezas que normalmente permanecen en los espacios museísticos, provocando “encuentros improbables” entre las obras mismas y entre estas y el público. Como anécdota, el veterano artista cuenta que la idea nació de un error en la traducción de una de las conferencias celebradas el pasado octubre y se materializará en piezas que “jugarán con el espacio”, generando “algo incomprensible”.
‘Todo lo que tiene nombre es’
Por último, las cineastas Marina Lameiro, de Pamplona, y Tania Hernández Velasco, de Ciudad de México, crearán una instalación cinematográfica que desplegará el encuentro entre Coatlicue y Mari, dos manifestaciones de la Diosa Madre. A través de imágenes en 16mm captadas entre Ciudad de México y Navarra, el proyecto pretende cartografíar lo sagrado en lo cotidiano: rituales, paisajes y gestos que revelan una geografía mítica oculta. Y parte de la “necesidad de contruir relatos que desafíen las narrativas dominantes” y de “conectar con estas fuerzas primordiales”. En esto consiste Todo lo que tiene nombre es / Nochi tlen quipia itoca ca / Izena duen guztia da.