- El Comité Ejecutivo de la UEFA, reunido en videoconferencia, vivirá hoy una de sus sesiones más importantes de la última década, ya que intentará buscar las fórmulas posibles, si las circunstancias finalmente lo permiten, para acabar las competiciones de la temporada 2019-2020, tanto nacionales como de Liga de Campeones y de Liga Europa, paralizadas y aún con un futuro incierto a causa de la pandemia causada por el cororonavirus.

El sentir unánime del Ejecutivo es claro: intentar acabar las competiciones 2019-20. Y aunque aún existen mucha dudas e incertidumbres sobre el avance de la pandemia o de la decisiones que adoptarán los respectivos gobiernos sobre la vuelta a una "cierta normalidad" dentro de su territorio, y cómo ello afectará al deporte y al fútbol en particular. Para ello, se piensa en activar los meses veraniegos, retrasando el inicio de la siguiente campaña.

Para acabar las competiciones, el propio presidente del organismo futbolístico europeo, Aleksander Ceferin, en declaraciones a varios medios no dudó en reconocer que se podría jugar "a puerta cerrada". Ayer mismo, en los contactos previos mantenidas con representantes de los clubes y de las patronales, se ha vuelto a reafirmar la voluntad de las partes en cerrar la temporada antes de septiembre, lógicamente siempre que las circunstancias así lo aconsejen. La voluntad, pues, es unánime: jugar.

Los contratos de los clubes, bien por patrocinios o de derechos televisivos, que de no cumplirse por el cierre prematuro de la competición, sin duda repercute enormemente en la economía de unos clubes, ya golpeados en sus arcas por el actual parón, y que podría tener un pozo del que algunos dificilmente podrían salir en el futuro. En este marco, hoy el Ejecutivo debe analizar la viabilidad de una especie de calendario que, según diversas informaciones, puede pasar por dos vías: cerrar las competiciones nacionales en julio, y dejar para agosto la Liga de Campeones y la Liga Europa, jugando entre semana y los fines de semana, respetando 72 horas entre partidos.

El Ejecutivo, asimismo, analizará el caso contrario: qué puede ocurrir si no se puede reanudar la actividad. Y, sobretodo, tendrá la patata caliente de decidir qué pasa con la Liga de Campeones y la Liga Europa, pues el deseo parece ser que en la respectiva competición nacional decida cada federación. Una decisión que también debe afectar a los criterios sobre la participación en las próximas competiciones continentales de clubes, siempre que se cierre la presente campaña.

La UEFA también debe estudiar qué pasará con las competiciones en las que están inmersas las selecciones nacionales, y que fueron aplazadas para dar una salida a acabar las de clubes. Ya se retrasó un año la Eurocopa 2020, y es factible que la femenina se pase a 2022.