La hostelería navarra, un sector que en el verano de 2019 llegó a superar por primera vez en la historia los 19.000 empleos, sigue muy lejos de la normalidad. Con el ocio nocturno clausurado, las barras de los bares cerradas, los aforos limitados y el horario reducido, el tejido empresarial siente la recuperación, pero se ha encontrado con una dificultad imprevista: no encuentra mano de obra suficiente para contratar y afrontar un último cuatrimestre del año que se prevé intenso.

De hecho, agosto está sorprendiendo al sector para bien. Es siempre el mejor mes del año para los hoteles, que este año rozan el lleno en Pamplona, y la percepción es de clara mejoría respecto a julio, cuando la ausencia de San Fermín por segundo año consecutivo ha dejado muy tocados a los establecimientos del corazón de Pamplona.

"Ahora vemos que el turismo nacional se está moviendo y que los destinos de interior mantienen su fortaleza, con Pamplona a buen nivel", explica Nacho Calvo, de la asociación de hostelería de Navarra, quien muestra sin embargo su sorpresa por las dificultades extremas para contratar personal. Y, mucho más, si se busca mano de obra cualificada para atender un negocio o llevar la cocina. "En Navarra y en el País Vasco no es una situación tan nueva, ya nos ha pasado otros meses, pero es que esta vez se ha generalizado en el conjunto de España. Incluso antes subía gente del sur al norte para trabajar".

"No son los salarios"

El sector, de hecho, apenas ha recuperado el 38% del empleo perdido. No se trata, dice Calvo, de una cuestión de salarios. "Es verdad que aquí se trabaja en horario de tarde o noche y muchos fines de semana, pero el convenio de Hostelería de Navarra tiene las mejores condiciones del estado, no lo digo yo, lo dice la UGT", explica. Según los datos publicados en el este convenio, un camarero sin experiencia, por ejemplo, supera los 1.400 euros brutos al mes. "Quizá alguno prefiere quedarse en casa cobrando una prestación", añade Calvo.

La situación tiene, en cualquier caso, sus riesgos. La hostelería llegó a rebasar en la primavera de 2019 los 19.200 trabajadores en activo, entre asalariados y autónomos. Se trataba de la cifra más elevada de la historia y todo apuntaba que 2020 iba a ser todavía mejor. La pandemia, sin embargo, cortó esa tendencia de modo drástico y en febrero de este año, con buena parte de los bares y restaurantes cerrados apenas se superaban los 15.000 trabajadores.

A cierre de julio de este año, la Seguridad Social contabilizaba 16.515 empleados, solo 237 más que el año pasado, lo que da una idea del impacto de las restricciones, pero también de las dificultades que para contratar se están encontrando las empresas. "El riesgo es que los empresarios hagan cuentas y vean que quizá no les merece la pena abrir tantas horas, que es más rentable no contratar y cerrar algunos días y algunas horas y así se evitan problemas", explica Calvo, quien señala, sin embargo, que esto puede limitar la creación total de empleo de Navarra. "Representamos el 7% del empleo total", dice.

Navarra, además, se encuentra lejos de haber reducido el desempleo a niveles previos a la pandemia. Hay 4.500 desempleados más que hace dos veranos y 11.00 más que en julio de 2008, cuando el desempleo rozaba aquello que se consideraba como paro técnico. Nunca ha regresado a aquellos niveles.