Cuando un jugador cae al terreno con gestos de dolor y, a menudo también, con aparatosos aspavientos, el tiempo que tarda en recuperarse suele guardar cierta relación con el resultado del partido en ese momento. No es nada nuevo, si el marcador le favorece tiende a exagerar para “ganar” o perder minutos.

A finales del pasado siglo los abusos de este tipo llegaron a tal exageración que en Julio del 1994 Internacional Board decidió que no se podía atender a los jugadores lesionados sobre el terreno, los auxiliares debían evaluar al lesionado, hacerle una mínima asistencia y sacarlo del campo para ser debidamente atendido sin poder regresar hasta que el juego hubiera sido reanudado, se trataba de un pequeño castigo para impedir la excesiva pérdida de tiempo.

Esta medida se previó en estos inicios con tres excepciones insoslayables:

1.- Cuando el lesionado sea un guardameta.

2.- Un guardameta y un jugador de campo choquen y requieran atención médica.

3.- Se produzca una lesión grave.

Posteriormente se valoró la inconveniencia de que un equipo quedara en clara inferioridad numérica:

4.- Varios jugadores del mismo equipo choquen y requieran atención médica.

En 2016 se consideró lo injusto de que un jugador que hubiera sufrido una entrada temeraria o de fuerza excesiva se viera obligado a salir del terreno:

5.- Se lesione un jugador como resultado de una infracción con contacto físico por la cual se amoneste o expulse al adversario.

Y hace tres años surge una última excepción destinada a que en el lanzamiento de un tiro penal el equipo que sufre la infracción no se vea obligado a prescindir de su especialista:

6.- Se conceda un tiro penal y un jugador lesionado vaya a lanzarlo.

En estas situaciones los jugadores podrán ser atendidos sobre el terreno, durante un tiempo razonable, y no serán obligados a abandonarlo. La evolución de esta norma es un claro ejemplo de cómo la realidad obliga a ir modificando las reglas para hacerlas más justas. ¿Cuál será el próximo cambio?

El autor es Responsable de Formación del Comité Navarro de Árbitros de Fútbol