Trabajar por un sueldo acorde a la carga de trabajo es esencial, pero cada vez son más los trabajadores que, a la hora de aceptar una oferta laboral, atienden también a otras cuestiones que se engloban en lo que se conoce como salario emocional. Y es que el dinero es, por supuesto, importante, pero hay otros factores como la conciliación, el ambiente de trabajo, la seguridad laboral o el desarrollo dentro de la empresa que se convierten en elementos determinantes, cada vez más, a la hora de optar por uno u otro trabajo. 

Así lo explica el portal de empleo Randstad en un artículo, en el que extrae los datos de su último informe Randstad Employer Brand Research, en el que contaron con 163.000 participantes de 31 mercados de todo el mundo y extrajeron que el 65% de los encuestados se inclina por escoger una compañía en la que pueda conciliar lo laboral y lo familiar, el 62% valora el ambiente agradable, el 60% la seguridad laboral y el 54% la posibilidad de desarrollarse como profesional.

Al fin y al cabo, el salario emocional se puede entender por una potenciación por parte de la empresa de la conciliación laboral y el horario flexible, pero también se conoce como salario emocional el tener un ambiente de trabajo agradable, una seguridad laboral o poder labrarse una carrera profesional y progresar dentro de la entidad. 

“Muchas personas no son conscientes de dónde viene el malestar, pero es que tienen la olla a presión hasta arriba”

Tal y como explican en ese informe, cada empresa es diferente y “cuenta con recursos y posibilidades distintos, pero lo cierto es que, por pequeña que sea, siempre puede haber hueco para aplicar algo tan productivo como el salario emocional: no hay duda de que es una inversión”. Y con eso coincide la psicóloga y coach Eva Ortiz, que explica que muchos de los casos que llegan a consulta por ansiedad o por depresión vienen derivados de situaciones laborales. “Aunque muchas de las personas no son muy conscientes realmente de dónde viene ese malestar, pero viene de que tienen la olla a presión hasta arriba, que entramos en esa rutina de casa-niños-trabajo, y no tenemos ese tiempo de calidad para cuidarnos, para quitar presión, y esa olla a presión empieza a echar vapor todo el día”, resume esta experta. 

En ese sentido, reconoce que el panorama a día de hoy relacionado con el trabajo es “desolador, cada vez creo que se cuida menos a las personas a nivel emocional en las empresas. Se están normalizando anormalidades, situaciones insostenibles”. Y ahí pone de ejemplo que hay trabajadores que están llevando a cabo el trabajo de dos personas porque una de ellas se encuentra de baja, que se llevan trabajo a casa... Pero, ¿cómo se marcan esos límites, cómo se aprende a decir que no a la carga de trabajo extra? Esta psicólga explica que lo primero es tomar conciencia de dónde estamos. “Vamos todo el día como pollos sin cabeza, a contrarreloj, y no nos paramos a escuchar cómo estamos. Vamos como en piloto automático”, reconoce, y es por eso que recuerda que es importante tomar conciencia de qué precio se está pagando por gestionar la vida de esa forma. “Y una vez que tomamos conciencia, empezar un poco a priorizarnos, y empezar un poco a dedicarnos ese tiempo de calidad”, continúa. Y es que explica que parte de la buena autoestima es aprender a priorizarnos, a poner límites y a decir que no. “El problema es que mucha gente me dice que si en el trabajo pone límites ya va a haber alguien que haga ese trabajo. Es un poco complicado, porque a veces decir que no a ciertas ituaciones laborales nos hace entrar en ese miedo”.

Ejemplos de empresas que lo practican

El salario emocional, en todas sus vertientes, se está convirtiendo cada vez más en un valor añadido. Es por esoque, tal y como recuerdan desde Ranstad, están proliferando las empresas que aplican alguna de las medidas. En el Estado español, las empresas “más atractivas para trabajar”, según los Premios Randstad Award 2022, son: Nestlé, KPMG, Mercedes Benz, ING, Amazon, Siemens Gamesa, Correos, GlaxoSmithKline, Siemens, Johnson & Johnson, Atresmedia, Decathlon, BASF, Mapfre, Oracle, BASF, Telefónica e Ikea. De Ikea recuerdan cómo “ofrece una serie de ventajas a los empleados, como un plan de pensiones, seguro médico, descuentos en sus restaurantes, planes de ahorro y salas de juegos y de descanso, etc”. Y es que explican, en definitiva, que por pequeña que sea, siempre puede haber hueco para aplicar “algo tan productivo como el salario emocional”, ya que sin ir más lejos la conciliación laboral y horario flexible aseguran que se han convertido en una “pieza fundamental a la hora de elegir un empleo o decidir abandonar un puesto. El 65% indica que la conciliación es un factor clave para escoger empleador”.

Eso sí, recuerda que no se puede adoptar una situación pasiva de aceptarlo todo, porque “de alguna manera si nosotros no expresamos de manera asertiva nuestras necesidades y no marcamos nuestros límites y no defendemos nuestros derechos, al final estamos malacostumbrando a las empresas, permitiendo que se nos trate de una manera en la que no se nos está cuidando ni valorando”. 

Al fin y al cabo, recuerda que nos encontramos inmersos en una sociedad en la que “somos superautoexigentes, y tenemos un poco esa imagen de éxito de de las supermamás, supertrabajadoras... Hoy en día en general todos, pero en la mujer sobre todo, tiene un nivel de autoexigencia brutal”, reflexiona, al tiempo que explica que se quiere tener todo controlado y se acaba descontrolando. 

“Vamos todo el día como pollos sin cabeza, a contrarreloj, y no nos paramos a escuchar cómo estamos”

Porque además, cuando pregunta en consulta a la gente si está siendo todo lo feliz que podría ser, “todos me dicen que no, que si supiesen que esto se acaba en un par de años vivirían de una manera diferente”.

Señales

Pero, ¿a qué síntomas o aspectos debemos prestar especial atención para darnos cuenta de que lo que tenemos es ansiedad, estrés o depresión fruto del trabajo? Ortiz explica que por un lado hay un agotamiento físico y psicológico. Además, se presenta una irritabilidad. “Son personas que están muy irascibles, muy vulnerables, hay una hipersensibilidad y cualquier cosa les desborda. Como están en esa olla a presión, en cuanto les tocas un poquito sale lo que llevan dentro, que es estrés, emociones enquistadas...”. 

La psicóloga Eva Ortiz nos ayuda a entender la importancia del salario emocional. Cedida

También se van desmotivando, no tienen ganas de ir a trabajar, o empiezan a tener señales de ansiedad patológica como presión en el pecho, sensación de angustia, pérdida de apetito, o que comen en exceso, insomnio, dolores de cabeza, bruxismo... “Tenemos que aprender a escuchar nuestras emociones, cómo nos sentimos, e incluso hacernos preguntas a nosotros mismos de cómo estoy, qué necesito, si estoy todo lo feliz que me gustaría estar en mi trabajo...”, recuerda esta psicóloga. 

Es por eso que explica que los que se atreven a dar el salto profesional, “me encanta porque ahora mismo se está priorizando hacer un cambio laboral porque se están destacando otros valores, como el ser más feliz en el trabajo, aunque tengan peores condiciones económicas”, reconoce, de tener en definitiva bienestar emocional en el trabajo. Porque Ortiz recuerda que cuando nos sentimos mal, el cuerpo antes de gritar susurra. Y es por eso que también tiene un mensaje para las empresas, ya que cuando va a dar charlas a empresas les recuerda el lema de “empleados felices, empresas felices. Si las empresas entendiesen que cuidar a los empleados a nivel emocional, o dándoles ciertos recursos para conciliar el empleo con la calidad de vida, con el equilibrio familiar, creo que eso haría que los empleados fuesen más motivados y contentos, y fuesen más productivos al trabajo”, explica finalmente esta psicóloga, que valora como uno de los principales consejos a las empresas la mejora de la comunicación, escuchar activamente a los empleados.

Al detalle

Randstad aporta a continuación algunas de las claves a tener en cuenta a la hora de hacer una evaluación del salario emocional. Y es que son varios los aspectos que se valoran en ese sentido. 

El primero de ellos sería la jornada laboral, atendiendo a si se cumple lo pactado en el contrato. Y a este le siguen el crecimiento (las posibilidades de desarrollarse dentro de la empresa), la formación (si se ofrecen posibilidades de reciclarse, de actualizar competencias y habilidades), si se respeta el equilibrio entre la vida personal y laboral (que se fomente la conciliación, y la capacidad de tener tiempo libre para dedicarlo a la familia, a los hobbies, etc.), así como el entorno en el lugar de trabajo (los encuestados destacan en este último aspecto que si se fomenta el teletrabajo, supondría un punto más, aunque también atienden al tiempo de desplazamientos).