En el Tour hay fugas-bidón, escapadas de ciclistas sin aparente riesgo para la general a los que se deja obtener una renta de 20 ó 30 minutos que a veces les permite ganar la carrera (el caso más obvio es el de Roger Walkowiak en 1956) o acabar en el podio. Y en la Vuelta, con dimensiones más modestas, existe la figura del tapado. Suele ser un corredor sin palmarés llamativo y sin vitola de favorito que, merced a ello, se mueve a placer en las primeras etapas decisivas y luego se aferra con uñas y dientes a su puesto en la general.
En la Vuelta, el caso más llamativo había sido el de 1984 de Eric Caritoux, un ciclista francés (por cierto, nacido en Carpentras, al pie del Mont Ventoux) tan desconocido en su país que apenas le hicieron caso cuando se enfundó el jersey de líder porque se creían que era belga.
Y en 1990 se repitió la historia. En la sexta etapa, camino de Ubrique, se produce una fuga de 20 ciclistas, entre los que los más destacados eran veteranos como Julián Gorospe y Marino Lejarreta, y entre los que, ese día, ni siquiera se destaca la presencia de Marco Giovanetti (Seur). El grupo llega con una ventaja de 4:08 minutos y toda la atención es para Julián Gorospe, que por segunda vez en su carrera deportiva se enfunda el jersey de líder de la Vuelta, aunque es consciente de que tiene fecha de caducidad: "Soy líder, pero los jefes del equipo son Delgado e Induráin".
Van pasando las etapas, la ventaja de esos ciclistas se va desvaneciendo poco a poco, pero Marco Giovanetti sale vestido de líder de la etapa de San Isidro, y aguanta al día siguiente en el Naranco y, aún más importante, sale ileso de la cronoescalada de Valdezcaray -en la que Delgado se sitúa a 2 minutos del corredor de Maximino Pérez-.
Ya sólo quedan tres oportunidades y los rivales del italiano comienzan a comprender su grave error en la etapa de Ubrique. "Giovanetti es más escalador que rodador", dice con desazón Delgado, que confiaba a revalidar su título en la Vuelta.
La primera ocasión es el corto puerto de Cerler. Giovanetti aguanta perfectamente la rueda del segoviano mientras Induráin entierra sus opciones al ceder 50 segundos.
En la penúltima oportunidad, la crono de 40 kilómetros de Zaragoza, el segundo puesto de Pedro Delgado sólo le permite situarse a 1:28 del italiano. Y en la clásica etapa de las Destilerías DYC por la sierra madrileña y segoviana, Giovanetti vuelve a soldarse a la rueda de Perico, para ganar la carrera. Otro tapado en su momento de gloria.