- El pasado 7 de marzo Paula Belzunegui ofreció un maravilloso concierto en la Casa de Cultura Arizkunenea, de Elizondo. Fue un día muy especial para los espectadores, pero también para ella, pues tocaba en su pueblo (se considera medio elizondarra y medio pamplonesa), y al día siguiente volvía a Suiza, a Basilea, donde esta joven pianista está cursando un máster en el Musik-Akademie der Stadt Basel.

No podía imaginar que pocos días más tarde, (aunque para entonces ya se hablaba del coronavirus y ella misma viajó a Suiza con la mascarilla en el bolso), su vida, y la de todos, cambiaría tanto.

Pocos días después de retomar el máster, las clases quedaron suspendidas, y Paula volvió a Pamplona, a casa de sus padres. "Los primeros días fueron muy bonitos, porque estaba con la familia, en casa, como unas vacaciones, pero también estaba un poco contrariada, pues debía haber hecho un examen muy importante y se suspendió", comenta. De todas maneras, han sido meses felices, porque hace tiempo que no compartía la primavera con su familia. La crisis sanitaria, como a todo el mundo, le ha cambiado sus planes, pero lo ha llevado muy bien, y recuerda con emoción los momentos del balcón de las 20.00 horas, cuando cada día su hermano tocaba el trombón para todo el vecindario. Ella no le acompañaba porque resultaba imposible sacar el piano al balcón.

Aunque a esa hora no lo tocara, el piano ha llenado muchas horas de su día a día, bien por sus estudios y también porque le ayuda a relajarse y le hace feliz. A pesar de su juventud (23 años), es una pianista muy disciplinada y está acostumbrada a trabajar duro, por lo que a pesar de no estar en Suiza, siguió trabajando mucho, entre 5 o 6 horas diarias de piano, (trabaja incluso 6 o 7 horas diarias si tiene algún evento importante). Es su segundo y último año del máster, "para estas fechas debería haberlo terminado, pero como se ha suspendido todo, lo terminaré en septiembre". Esta misma semana volverá a Basilea para retomar las clases, y luego volverá a Pamplona, a preparar el final del curso. Será un verano atípico para Paula, por un lado, deberá esforzarse al máximo para finalizar con éxito el máster, y por otro lado, lamenta, "no va a ser lo mismo, sin sanfermines". A pesar de todo, mira al futuro con optimismo. Va a cursar otro máster, también en Basilea, "más ligado a la pedagogía", que afronta con ilusión. Está a la espera de ver cómo evoluciona la pandemia y cómo la sociedad vuelve a la normalidad, para poder ofrecer conciertos de piano, "habrá que ver cómo es la nueva normalidad, con los aforos, la programación", señala, aunque ya tiene una fecha, y también "en casa", pues ofrecerá un concierto el 13 de agosto en Pamplona, en el Nuevo Casino, concierto que le hace "mucha ilusión".

Paula lleva, prácticamente, toda su vida ligada a la música, y más concretamente al piano. Comenzó sus estudios de piano a la edad de 6 años en la escuela de música Joaquín Maya de Pamplona con la profesora Ana Teresa Rodríguez obteniendo excelentes calificaciones y el Premio Sarasate en el 2008. Con 11 años accedió al Conservatorio Profesional Pablo Sarasate donde prosiguió sus estudios con el profesor Jan Maarten Van der Mark.

Desde 2014 a 2018 estudió en el Royal College of Music de Londres con el profesor Andrew Ball, y actualmente se encuentra cursando un máster en la ciudad de Basilea (Suiza), en el Musik-Akademie der Stadt Basel.

Ha obtenido varios premios en diferentes concursos: Festival de Andoain (2006, 2007, 2008 y 2009), Concurso Internacional de Piano de San Sebastián (2007 y 2008) y 1er premio en el concurso F. Chopin celebrado en Pamplona en el año 2010 con motivo de su Bicentenario.

Ha dado clases magistrales con pianistas de la talla de Jura Margulis, Paul Badura-Skoda, Gustavo Díaz Jerez, Miguel Ángel Ortega Chavaldas, Ana Guijarro, Alexander Kandelani, Andras Kemenes, Zoltan Kocsis e Imre Rohmann entre otros. Asimismo, fue seleccionada para participar en el Proyecto de Jóvenes pianistas de Davidsbuendler, recibiendo clases magistrales de Cordelia Höfer. Fue becada por esta asociación para participar en la Academia Internacional de verano de piano de Friburgo. Recibe durante los tres últimos cursos la Beca de la Fundación Bilaketa. Una gran artista con presente y futuro.

"El piano es mi vida, mi trabajo y mi pasión. Estos últimos meses me ha ayudado mucho a relajarme"

Pianista