Josefina Lamberto, una de las figuras -ahora leyenda- que más ha trabajado por recuperar la memoria histórica en Navarra, falleció ayer en la Casa de la Misericordia a los 93 años de edad. Conocida por ser la hermana de Maravillas, la voluntaria en el comedor social París 365 de Iruñea narraba la dura historia de su vida y de su familia hace apenas dos años, en plena pandemia, en el documental 'Florecica' realizado por Virginia Senosían y Juan Luis Napal.

Josefina Lamberto Yoldi nació en Larraga en 1929. Era la menor de tres hermanas. Su madre, Paulina, era un ama de casa originaria de Allo y su padre, Vicente, un labrador socialista del pueblo. Josefina Lamberto tenía 7 años cuando mataron a su hermana y a su padre. Quedaron su hermana Pilar, de 10, y su madre, Paulina, que trató de sacarlas adelante con muchas dificultades. Las tres tuvieron que servir en distintas casas, incluida la de uno de los violadores de Maravillas. A los 21 años, Josefina se hizo monja y fue enviada a un orfanato de Islamabad, en Pakistán. Allí estuvo 14 años. Después pasó por Francia, Pamplona Madrid y, ya en 1996, perdió la fe -la dureza con la que las superioras trataron siempre a las víctimas del franquismo ayudó- y volvió a la capital navarra, donde fue una de las fundadoras de la Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra.Hablaba castellano, inglés, francés y urdu.

Hija de Vicente, un labrador de Larraga afiliado probablemente a UGT, y hermana de Maravillas, la niña que a los 14 años por no dejar sólo a su padre fue conducida por un grupo de matones franquistas hasta la secretaria del consistorio ragués donde la violaron para, posteriormente, matarla y dejar sus restos, más escondidos que los de su padre, abandonados en un bosque del valle de Yerri donde se supone fueron fusilados.

El padre fue enterrado, pero sus restos pudieron desaparecer cuando se realizó la concentración parcelaria. El cuerpo de Maravillas, cuentan algunos testigos que, destrozado por los perros, fue quemado con gasolina de tractores. Josefina, la menor de una familia integrada por padre, madre y cuatro hermanos, tenía 7 años cuando los matones irrumpieron en su casa, el 15 de agosto de 1936, y se llevaron al padre y a la hermana. "A mí me engañaron con un caramelo y uno me preguntó a ver donde guardaba mi padre las armas. Yo, que no sabía nada, les dije que había algo debajo de una teja, era un cable para arrancar piedras, y hasta eso se llevaron", aseguraba en una entrevista concedida a DIARIO DE NOTICIAS a la periodista Lola Cabasés.

La vida de Josefina estuvo marcada por estas dos muertes. "Mi ilusión era encontrarlos y recogerlos. Llevo la pena en el corazón. No se puede olvidar. Me ha condicionado la vida. Fíjate, al padre le dijeron que se fuera a Francia, pero no quiso. Decía que no había hecho nada. ¿Que habían hecho? como ya le dije a la superiora: mi padre trabajar y Maravillas, ser demasiado hermosa...". relataba. Y pedía que no se oculte la historia. "Las cosas se saben pero la gente joven también tiene que saber y para ello se tiene que poner en los libros de texto. Fui una vez dar el sermón a un colegio y les dije a los niños que estudien, que sean buenas personas y que no permitan que esta historia se repita", subrayaba.

El documental Florecica muestra "el recorrido de una mujer que, pese a todas las penurias y tristezas vividas, todas las privaciones de libertad y de desarrollo personal que ha sufrido, transmite una entereza, fortaleza, sinceridad, nobleza, cercanía y amor que no te dejan indiferente", explican los responsables de esta propuesta cuyo título hace referencia a Maravillas, pero también a su madre, a su hermana, a ella misma y a "todas las niñas, mujeres, madres y abuelas que fueron humilladas, violadas, secuestradas y asesinadas a manos de los fascistas". Porque el fascismo "sigue latente y hay que combartirlo".