La asociación Ebys, Equipo de Búsqueda, Salvamento y Protección del Medio Ambiente, cumple 10 años de incesantes búsquedas de personas desparecidas en Navarra. Esta organización sin ánimo de lucro nació en 2011 y se consolidó en 2012, cuando alrededor de 20 personas provenientes de diferentes asociaciones, se juntaron con el objetivo de brindar su apoyo a los dispositivos que coordinase el 112 en toda la provincia.

Su secretario y responsable operativo, Peio Camino, es el encargado de movilizar a todos los voluntarios en caso de recibir una llamada del 112. Explica que muchos venían de otras asociaciones voluntarias como Cruz Roja o DYA. “Algunos ya realizábamos la actividad de búsqueda con otras entidades, por lo que ya teníamos experiencia. Nos juntamos en 2011 para hacer una asociación más pequeña y que no dependiera de grandes instituciones, con el fin de dar apoyo en dispositivos de búsqueda”.

El secretario admite que los inicios no fueron fáciles: “Empezamos de 0, y en plena crisis, tuvimos que crear los estatutos para que los aprobase el Gobierno de Navarra, luego conseguir materiales, vehículos… Teníamos mucha experiencia pero pocos recursos”.

A día de hoy, el equipo cuenta con alrededor de 35 personas. Su formado equipo les permite dar una “respuesta integral”, explica el secretario: “Tenemos un trabajador social, técnicos de emergencias, sanitarios, socorristas, enfermeras, patrones de embarcación y guías caninos con dos perros de búsqueda. Disponemos de materiales para trasladar a la persona socorrida hasta la primera ambulancia. También brindamos apoyo psicológico, ya sea a la familia o a la propia víctima”.

Peio Camino habla de la importancia de la inmediatez en caso de desaparición: “Cuanto antes se pone la denuncia, más rápido se mueven los recursos, y más posibilidades hay de encontrar a la persona. Hace unos años existía el bulo de que había que esperar 24 horas y eso nos perjudicaba a nosotros y a la víctima”. Recuerda un caso que ocurrió hace 5 años en Altsasu: “Se activó un dispositivo de búsqueda por una persona que se enfadó y se fue de casa a las seis de la mañana. A la tarde, se activaron todos los recursos del 112. Nosotros también trabajamos con búsquedas a través de la red, es decir, difundir la foto o los datos del desaparecido. Llamaron desde Extremadura porque un señor que estaba paseando había visto la foto del desaparecido y lo había reconocido”.

Al contrario de lo que mucha gente podría pensar, la mayoría de estas actuaciones se realizan de manera gratuita, por lo que esta organización actúa de manera subvencionada. Tienen un convenio con el Gobierno de Navarra desde 2014. Esa ayuda, explica, “sirve para pagar los gastos de los seguros de los voluntarios, de los vehículos, inversiones materiales…Y aparte, con alguna venta de boletos y actividades similares sufragamos los gastos de todo el año”.

Las nuevas tecnologías, además de ayudarles en la difusión de los datos de las personas desaparecidas, también les ha facilitado el trabajo en otros sentidos: “La gente lleva móviles muy buenos o llevan descargada la cartografía, pueden mandar la ubicación por whatsapp… Así, los bomberos pueden ir directamente a donde tú estás. Hace 10 o 15 años si te perdías, podías describir un monte pero el del 112 tenía que intuir qué estabas viendo. Hoy en día llamas al 112, mandas tu ubicación y te mandan un helicóptero”. Explica que todo esto ha influido en que los dispositivos de búsqueda hayan ido a menos, y añade, “mejor para todos. Para la víctima, y para todos los que estamos ahí metiendo horas”.

A la vista está que no es una labor fácil. Sobre todo, por el nivel de exigencia y compromiso que exige. Así lo transmite Peio Camino: “Es una actividad muy sacrificada, porque tienes que estar disponible las 24 horas, siempre con el móvil encendido. Cuando te activan igual no te apetece salir por las circunstancias” . Las búsquedas son muy variadas y algunas, más exigentes que otras: “Puede durar dos o 16 horas, no sabes cuándo va a acabar, pero no importa si te apetece o no, si te han llamado es porque necesitan tu ayuda y tienes que ir. Igual llevas todo el día en un dispositivo y te piden que te quedes a la noche”. Pero admite que no hay elección, pues “sería muy duro para la familia ver que todo el mundo se va a dormir, pensando que ahí puede estar el desaparecido, perdido en el monte”. Como todo sacrificio, tiene su recompensa, afirma: “La parte buena es cuando encuentras a una persona, está bien y ha merecido la pena. Siempre se muestran muy agradecidos, porque ven el trabajo y e esfuerzo que hay detrás”.

Útiles para la sociedad

Llegó un punto en el que decidieron ampliar su campo de trabajo con los recursos que tenían, manteniendo el foco en la búsqueda de personas. Estuvieron en las inundaciones de Tafalla en 2019 y en las de Burlada el pasado diciembre. “Nos vamos adaptando con nuestros recursos a otras necesidades que nos vayan pidiendo. También hemos estado en los incendios de Puente la Reina, y si tenemos recursos ayudamos, para eso estamos”. Además, han participado en múltiples tareas como una campaña de recogida de materiales para mandar a los damnificados del volcán de La Palma campañas medioambientales y de sensibilización, charlas en colegios... Su intención es “ayudar a la sociedad” aunque el 112 no los active. “Que nos vean útiles”, explica.