El Ayuntamiento de Tudela ha declarado desierta la licitación de los trabajos de restauración y recuperación del Humilladero de la ciudad que se encuentra al otro lado del puente del Ebro, justo en la entrada a Tudela. Los trabajos habían salido a licitación por 250.954 euros y tenía un plazo de ejecución de 5 meses. Al parecer el alza de los precios y la cantidad que se había fijado en el anuncio a mediados de agosto no ha sido atractivo como para que ninguna empresa haya presentado sus ofertas.

El problema de que haya quedado desierto reside en que el proyecto cuenta con una subvención de 75.000 euros en la 5ª convocatoria de ayudas de la Estrategia de Desarrollo Local Participativo Ribera Navarra 2021 (la máxima posible), lo que le obliga al Consistorio a tener que haber acabado los trabajos de restauración antes del 29 de marzo de 2023.

Dado que el plazo de ejecución de las obras se ha marcado en 5 meses, eso traslada el inicio de los trabajos al mes de octubre o noviembre por lo que los plazos para que vuelva a salir a licitación y se adjudiquen parecen muy apurados.

El proyecto

Según el proyecto de Joaquín Torres, Verónica Quintanilla, Javier Urdaci y AM Ingenieros se propone “mantener las cotas actuales del pavimento exterior, creando una zona de protección del monumento para evitar que actuaciones posteriores puedan volver a dañar al bien inmueble”. Así, el acceso al interior se platea con escaleras, ocupando la pequeña superficie de la vivienda adosada al mismo, además para evitar caídas se hará una barandilla.

El proyecto (que rehabilitará una superficie de 93 metros cuadrados) propone conservar todo lo posible, consolidando lo existente. Los trabajos comenzarán con la retirada de vegetación y derribo manual de los huecos tapiados y de los piñones de apoyo de la cubierta moderna. También se eliminarán las reparaciones realizadas con mortero de cemento en el inmueble, y picado de revocos interiores. Será preciso retirar todos los restos de instalaciones obsoletas tanto metálicas, como de madera y eléctricas limpiando con agua a baja presión los paramentos. En las zonas donde han crecido hongos se aplicará un biocida para su desaparición. Los ladrillos deteriorados serán sustituidos por unos similares en color, dimensiones y forma.

Para el aspecto exterior se apuesta por realizar una cubierta a cuatro aguas, se colocará teja de color pajizo, similar a la vieja existente en el casco histórico de Tudela, y la cubierta se rematará con una sencilla cruz metálica, como era lo habitual en este tipo de edificios. La propuesta de alero de ladrillo ejecutada en el encuentro entre los muros y la cubierta, es muy parecida a la cornisa de Casa Navascués de Cintruénigo, siguiendo los estudios que ha realizado el historiador Carlos Carrasco.