Javier Ollo Martínez (Altsasu, 1991) accedió a la Alcaldía en 2015 y repitió en 2019. Si bien no confirma que se presentará a la reelección, deja abierta la puerta a encabezar la lista de Geroa Bai en los próximos comicios.

El presupuesto de estas fiestas es 113.425 euros, un 50% más que en las de 2019.

– Algunas personas opinaban que era demasiado poco. Después de dos años sin fiestas, este año hemos hecho un esfuerzo, sobre todo en lo que se refiere a actuaciones musicales. Si bien siempre se va ahí la mayor parte del presupuesto, estas fiestas más, con dos conciertos especiales en vez de uno, con Zetak y Tropa de Carallo y otros grupos a la noche, además de los conciertos al mediodía, para intentar llegar a diferentes públicos, con la idea de atraer a personas de fuera para que celebren con nosotros y nosotras las fiestas.

Si bien han pasado más de siete años desde que accedió a la alcaldía con 24 años, sigue siendo joven. ¿Cómo se lleva el cargo con las fiestas?

– Durante el día tengo que acudir a pruebas deportivas, homenajes y otros actos que son ineludibles, pero también habrá tiempo para estar con los amigos, aunque siempre tienes la corona puesta. Todo el mundo tiene derecho a disfrutar y pasárselo bien, el alcalde también, aunque intento mantener la compostura y no llamar la atención.

El próximo año es electoral. ¿Va a presentarse a la reelección?

– Estoy a disposición del PNV y de Geroa Bai para que esté, hoy por hoy, donde consideren que puedo realizar mejor labor. Todavía faltan unos meses para las elecciones y ahora mismo no estamos pensando en candidaturas y programas electorales. No procede.

En la anterior legislatura Geroa Bai contaba con cinco concejales en un Ayuntamiento plural con cinco formaciones. En las últimas obtuvieron 10 y se redujo el espectro político a dos, con EH Bildu en la oposición. Dos tesituras muy diferentes.

– En la primera legislatura las presidencias de las comisiones informativas estaban repartidas entre los diferentes grupos políticos y la Junta de Gobierno Local era multicolor. Ello te obligaba a negociar y las responsabilidades estaban más repartidas. Esta legislatura todo recae en Geroa Bai. Se ofreció a EH Bildu la presidencia de comisiones informativas, pero no quiso. Soy la cara visible para lo bueno y lo malo. Si bien la gestión del día a día es más fácil, la presión de esta legislatura es mayor. Fueron unos resultados excepcionales que todos somos conscientes de que es harto complicado repetir.

Dos legislaturas dan para mucho. ¿Podría resumir qué ha sido lo mejor y lo peor?

– Afortunadamente, siempre tendemos a olvidar lo peor. En la gestión municipal ha habido momentos complicados, sobre todo cuando se quiere hacer algo y no se puede. También supone mucha presión justificar en plazos las subvenciones del Gobierno de Navarra. Uno de los peores momentos fue el proceso de construcción de la escuela infantil, que se incendió a los dos meses de acceder a la Alcaldía. Había una subvención de 250.000 euros y se puso en marcha un proceso para agilizarlo que fue recurrido y tuvimos que empezar de cero. Por ello, este proyecto es uno de los que estoy más orgulloso. Otros son el colector del polígono industrial de Ibarrea, ejecutado en tres fases, y la renovación de la plaza Zumalakarregi, dos proyectos que llevaban en el cajón muchos años. También destacaría la renovación integral de la plaza Amandrea, que se va a llevar a cabo los próximos meses. Ha costado mucho que podamos poner en marcha esta obra, porque es parcialmente financiada por los propietarios de los garajes.

La situación del Centro de Salud, en mínimos, preocupa en Altsasu. ¿Tiene visos de solución?

– Ahora mismo la zona básica de salud de Altsasu es una de las peores de Navarra, incluso diría que la peor, en cuanto al número de personal médico. Hay que valorar seriamente, hoy por hoy, que zonas básicas como la de Altsasu se declaren zona de difícil cobertura, algo que la propia normativa de Navarra lo contempla y se ha aplicado en zonas peor comunicadas y diseminadas, con una serie de incentivos.

Hay un problema general con la Atención Primaria en el conjunto del Estado. El Departamento de Salud ha intentado buscar soluciones, primero con las tres plazas en las oposiciones pero dos personas que cogieron la plaza pidieron excedencia y la otra comisión de servicios. Aquí están chocando los derechos laborales con el derecho de atención sanitaria de la ciudadanía. Hay que buscar un equilibrio.

Desde el departamento de Salud se aseguró que en agosto iba a mejorar la solución con la incorporación de un facultativo extracomunitario y una médica catalana.

– No tengo noticias. En Navarra nos llenamos la boca hablando de cohesión territorial, es una palabra que nos encanta. No solo es a través de autovías y autopistas, que también son importantes. De nada sirve que los ayuntamientos demos servicios, muchos de ellos no obligatorios, que hoy por hoy son deficitarios, cuando un servicio básico como ningún otro como es la salud, está como está. Es consecuencia de lo que está ocurriendo en Navarra, la centralización de servicios y población en Pamplona y su comarca. El resto de Navarra nos estamos convirtiendo en poblaciones dormitorio.

No obstante, la población de Altsasu se mantiene en torno a 7.500 habitantes.

– Sí, no ha habido grandes cambios, a pesar de una crisis económica, que fue durísima, sobre todo a partir de 2009. A principios de 2000, años de bonanza, hubo un ligero aumento de población.

El Ayuntamiento ha presentado proyecto a la convocatoria del próximo Plan de Inversiones Locales que suman más de 4 millones de euros. ¿Cuáles son las prioridades del Ayuntamiento en la actualidad?

– Todos son importantes pero destacaría la renovación de la red de abastecimiento desde el depósito hasta el pueblo, donde presumimos de que ahí se encuentran la mayor parte de las fugas que históricamente han afectado al pueblo. Es un tubo de fibrocemento de más de 40 que requiere una renovación. También la renovación de las redes de Dantzaleku, que afecta a las viviendas de la zona y los centros escolares, así como la renovación de redes y pavimentación de la calle Gipuzkoa y lo que queda de la Paz, que se ha hecho en diferentes planes cuatrienales. El objetivo es acabar con la renovación de la zona de Intxostia.

Ospa! Eguna, la derecha y los medios

– Son dos legislaturas al frente del Ayuntamiento de Altsasu. En la primera, le tocó lidiar con el Caso Altsasu y en la segunda, con la pandemia, dos situaciones excepcionales. 

– Fueron dos legislaturas muy diferentes, sobre todo por la propia composición de la Corporación municipal. En relación al Caso Altsasu, no afectaba de lleno a la gestión municipal, pero obligaba al Ayuntamiento de forma periódica a posicionarse políticamente sobre los diferentes acontecimientos que se estaba dando, desde el primer día a raíz de aquellos hechos, y posteriormente, cada vez que se producía algún tipo de hito en el proceso judicial. Mi posición, que coincide con la que adoptó el Ayuntamiento, fue la condena de los hechos y a su vez la crítica a la desproporción judicial. También la crítica a la imagen que se estaba trasladando en el exterior.

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Hace unos días, la víspera del Ospa! Eguna, Ciudadanos organizó un acto de agradecimiento a la guardia civil, con más periodistas y fotógrafos que personas en el acto, entre ellas, Inés Arrimadas, Fernando Savater o el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, entre otros. ¿Altsasu vende?

– Toda formación política u organización legal tiene todo el derecho del mundo a ejercer su libertad de expresión en Altsasu. De la misma manera que el 3 septiembre se celebró una manifestación en el marco del llamado Ospa! Eguna, lo mismo ocurre el acto que convocó Ciudadanos en su recta final de andadura política, tal y como todo parece indicar a la luz de los últimos resultados electorales y encuestas. Pero me gustaría que viniera por otro tipo de motivos, no solo para iniciar un curso político que puede ser su epitafio y aprovechar para tener mayor proyección mediática. 

Actos como el de Ciudadanos y el Ospa! Eguna no ayudan a tener un clima relajado en el pueblo, que creo que es el que quiere la gran mayoría de los vecinos y vecinas. Son actos de extremos políticos que acaban retroalimentándose y afectan a una gran mayoría de vecinos que no tienen que ver ni con unos ni con otros.

Por el contrario, la pandemia fue un fenómeno mundial. 

– A nivel municipal, todavía se sigue notando, sobre todo en el descenso de abonados de las instalaciones deportivas, que pasó de 1.800 a 1.200 abonos. Ahora son en torno a 1.500. Pero la que viene ahora también es muy fuerte e incide sobre todo en instalaciones que tienen un gran gasto energético, como son las piscinas climatizadas. Por otro lado, la pandemia afectó a la gestión municipal, porque obligó a replantearnos nuestro funcionamiento ordinario. Han venido cambios para quedarse, algunos para mejor, como la posibilidad de tener reuniones y realizar trámites de forma telemática.

Nasuvinsa ha anunciado un micro polígono en Txunkai y en el nuevo plan municipal se plantea una gran área industrial en Kapitansoro. ¿Hay empresas interesadas en instalarse en Altsasu? 

– Hay empresas, sobre todo provenientes de Gipuzkoa, que prácticamente se han quedado sin suelo para ampliar sus naves, y han manifestado su interés en poder venir aquí. Altsasu está muy bien ubicada, muy cerca de este territorio, la zona está limítrofe con Gipuzkoa, y les gusta. El objetivo es que, sin esperar a que se apruebe el nuevo plan, finalizar todos los trámites urbanísticos necesarios, que es lo que más cuesta, quedando únicamente pendiente la urbanización, que sería a cargo de Nasuvinsa, siempre y cuando hubiera empresas interesadas en implantarse.