Los vecinos y vecinas de Tudela no tienen un correo al que dirigirse para contactar con sus representantes, no pueden revisar las actas de los plenos desde hace más de un año, ni conocer el curriculum ni sueldos de los cargos públicos que gestionan su ciudad o los números y estadísticas que rigen la actividad de la ciudad.

En el pleno del lunes 25 de septiembre la corporación municipal aprobó por unanimidad desarrollar “un breve plan de abordaje del reto de la transparencia para dar un impulso relevante en el índice de transparencia municipal”.

Un abordaje necesario ante un Consistorio que hace años naufraga en ese aspecto.

Tras la crisis económica y el posterior 15M de 2011, que cambió la política de todo el país, la importancia de la transparencia saltó también a la gestión de las entidades locales.

Las páginas de transparencia, los accesos a la información de entidades y cargos públicos se multiplicó pero con el tiempo se fue olvidando su importancia y la participación e interés vecinal en la política fue languideciendo poco a poco.

También aquel terremoto llegó a Tudela y en 2014 el entonces equipo de gobierno de UPN se abrió a la transparencia, dando a conocer los currículum de sus integrantes, sus correos electrónicos para facilitar el acceso, se comenzaron también a gestar los presupuestos participativos y se entró a formar parte de entes que gestionaban, analizaban y establecían rankings de transparencia de ayuntamientos y todo tipo de instituciones y entidades.

De aquella fiebre han pasado casi 10 años y poco queda de aquel temblor de tierra político. Como muestra, la cantidad de páginas web de ayuntamientos que no tienen información, más allá de la portada y se ha pasado directamente de tener una web sin usar a colgar todo citas y actividades en Facebook sin paso intermedio. Fotos, programas, carteles, anuncios pero nunca información sobre los representantes públicos.

Es el caso también de Tudela. En 2014 se participó de un índice de transparencia y se puso el objetivo de cumplir 80 parámetros de los que por entonces cumplía 56. Aquello se puso en marcha pero, con la misma facilidad, se abandonó durante los siguientes 10 años. “Este trabajo que hoy exponemos queremos mantenerlo como una sistemática de trabajo, que iremos actualizando año a año e intentando mejorar nuestro nivel. Además queremos solicitar a Transparencia Internacional, nos valide el trabajo que hoy iniciamos”, se indicó en su presentación. De hecho, hoy en el apartado de índice de transparencia aparece como alcalde de Tudela Luis Casado.

En 2020 el Ayuntamiento de Tudela ocupaba el puesto 307 de la lista de los 491 municipios de toda España que examinó la plataforma digital Dyntra que analizaba la transparencia de las administraciones de todo el país a petición de los ciudadanos. Si a principios de ese año se encontraba en la posición 301 de los 491 municipios con un 29,01% de los parámetros cumplidos (47 de los 162 exigidos), un nuevo análisis de esa plataforma rebajó el cumplimiento meses después, en mayo, a un 28,4% al descender el número de parámetros que se cumplían (46 de 162). Esta misma plataforma situaba en diciembre de 2016 su índice de transparencia en un 35,6%.

El tripartito que llegó al Ayuntamiento de Tudela en 2015 aportó su forma de transparencia por otras vías distintas a las de UPN de 2014, colgando en la web de transparencia municipal, creada por el Estado, sus currículum, contactos e incluso se dio a conocer sus sueldos y el de los principales cargos elegidos por los concejales. Pero aquello quedó ahí y tampoco avanzó porque, de hecho, esa página de transparencia habilitada por el Estado para entidades locales sigue mostrando los cargos de aquel gobierno del tripartito de 2015, incluido el organigrama, pero nada se sabe del equipo de gobierno actual.

Aquel parón en el tiempo también sucede con otros parámetros como el dar a conocer la ejecución del Plan de Acción Municipal (se ha hecho siempre hasta 2019), las actas escritas de los plenos (se ha detenido en abril de 2022) o la información de algunas instalaciones deportivas que también se han quedado en 2019 cuando no en la carta de servicios de 2011.

También llama la atención el parón al que está sometido el Observatorio Socioeconómico Municipal, que en 2021 se presentó a bombo y platillo señalando que gracias a él Tudela contaría “con un instrumento de seguimiento y monitorización pública de indicadores relevantes de la ciudad. En concreto con más de 150 indicadores, distribuidos en 16 ámbitos de la ciudad. El Observatorio recopila y hace público un conjunto de información socioeconómica de la ciudad, de manera agrupada y organizada, con el fin de conocer su realidad y mostrar su evolución”. Dos años después, el observatorio sigue mostrando los mimos indicadores sin que se pueda conocer la realidad de Tudela en 2021 ó en 2022, ya que solo existen os datos de 2020.

Esta falta de información también se puede achacar a otras entidades como la Mancomunidad de Residuos de la Ribera donde no se pueden consultar los contratos con las empresas que gestionan, no aparecen siempre las ordenanzas fiscales y la información es escasa en este último año.

En el pleno celebrado el pasado lunes 25 de septiembre se aprobó actualizar la transparencia y UPN se mostró favorable, pero se negó a limitar el gasto en el protocolo y de representación. La transparencia tiene muchas caras. l