Con 95 años, a Rogelio Botanz Olmos le ha llegado la fama. Y es que su paso por La Voz Sénior ha sido uno de los momentos más vistos y comentados en redes sociales en el estreno de este concurso de Antena 3 el pasado sábado. En solo tres días había cosechado más de 160.000 visitas y la propia cadena lo calificó como el primero entre los cinco momentos más emocionantes de la noche.

Este olaztiarra acudió junto a su hijo, también de nombre Rogelio, que le acompañó con la guitarra. Precisamente, su participación en el talent show surgió a través de este último, músico de profesión. "Como tengo una edad, 65 años, me propusieron participar pero, sinceramente no me veo, para nada, en ese tipo de concursos", comenta el hijo. "Cuando colgué mi mujer me comentó que el que sí tenía que participar era mi padre. ¿Cómo no se me había ocurrido antes?", pensé.

Así, le pusieron un vídeo sobre La Voz Sénior y le preguntaron si quería ir. "Se decidió enseguida. Mandamos a la productora dos vídeos y pronto nos llamaron". Lo cierto es que es el participante más veterano de todas las ediciones de La Voz Sénior del Mundo con más edad, reconocimiento que ostentaba una mujer alemana de 94 años.

El primer casting

Fue en Gran Canaria en mayo y poco después otro en Madrid. Acabó siendo seleccionado entre los 40 participantes, a partir de más de 20.000 que se presentaron. La grabación fue en Madrid en julio. "Los estudios son grandes, como la fábrica de Cementos de Olazti, un montón de naves, con coches eléctricos para moverse entre los estudios y gran trasiego de personas", recuerda el hijo.

Al ajetreo se unió que estuvo cuatro horas esperando a que le llegara su turno. "Aunque no fue su día más brillante, le escucho y sigo sintiendo esa presencia de voz que ha tenido siempre", apunta. Además, disfrutaron de la experiencia. "Todos se portaron de maravilla y la presentadora fue simpatiquísima", observa el padre.

Si bien David Bustamante, Niña Pastori, José Mercé y Antonio Orozco, los miembros del jurado, no se giraron para darles un pase a la siguiente fase, Los Rogelios recibieron una lluvia de aplausos y felicitaciones por sus voces y simpatía.

A Rogelio padre lo que más le gusta son las jotas y Manolo Escobar. No obstante, acudió con una ranchera, Tres piedras negras porque se adaptaba mejor al formato del programa. Lo cierto es que este nonagenario encuentra cualquier momento para cantar una jota, con letras de lo más variado.

Siempre le ha gustado cantar y la música le ha dado ese plus para afrontar con humor los reveses de la vida, con familias que cantan unidas. También se ha convertido en una herramienta para ejercitar su memoria. "Cuando voy a la cama recuerdo las letras de jotas; estoy venga a sacar jotas antiguas", cuenta. Y canta una un poco picante. "Siendo jotero, no es estridente. Mantiene la voz, con un color dulce y templado, al estilo que cantaba Raimundo Lanas", observa Rogelio II. Y hay un tercero, también músico.

El hijo de María la cacharrera, como señala orgulloso, es un prodigio de la naturaleza, una de esas personas que cumplen años siempre mirando hacia adelante, una actitud que también ha ido acompañada de una salud de hierro. Y no será porque Rogelio ha tenido una vida fácil. Comenzó a trabajar con 15 años cosiendo sacos de yute en Portland y tres años después fue a Patricio Echeverría, en Legazpi, dónde trabajó durante cuatro décadas en la sección de guadañas. "Era un trabajo cabrón, con un ruido exagerado. Había que darle con mucho cuidado los golpes", apunta.

Tras el cierre de la sección de guadañas, Rogelio se jubiló con 58 años, momento que aprovechó para aprender a tocar la guitarra y la mandolina. Hace seis años comenzó a pasar la mitad del año en Tenerife, donde vive su hijo mayor con su familia. Desde hace tres años, el matrimonio decidió quedarse de seguido en La Laguna. Entonces también estaba Nati, su esposa y madre de sus seis hijos e hijas. Falleció en mayo, poco después del primer casting. "El concurso le dio vida a mi padre", apunta. Y es que se puso un objetivo y comenzó a ensayar su voz y recursos para salir airoso. A ella le dedicaron su actuación.

Y sigue con esta dinámica. "Todas las mañanas barro el patio y después a ensayar. Con la mandolina me manejo mejor", observa. Además, forma parte del grupo La parranda Anchieta, del Hogar del Pensionista de La Laguna. La pelota es otra de sus pasiones, y se declara fan de Ezkurdia y Zabaleta. Además, todos los días ve partidos grabados. En el momento de la entrevista estaba viendo uno de Retegi y Titín. "Están jugando los jubilados", decía.

Rogelio está encantado en Canarias. "No piso nieve", apunta. No obstante, a Olazti quiere volver en su último viaje, más tarde que pronto, mientras canta A la tierra en que he nacido. "A los 96 llegaré bien", observa. Lo cierto es que tras finalizar su actuación en el programa ya les dijo a los miembros del jurado que volverían el año que viene.