Hace ya varios años que Juanma Romero pone sus conocimientos en comunicación al alcance de empresas y emprendedores, para que adapten sus negocios con el fin de visibilizarlos. También cuenta con un espacio en RTVE, Emprende, en el que comparte esa misma vocación. Porque este periodista vive por y para esto, aunque ya adelanta que no todo el mundo tiene que ser emprendedor.

¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan los emprendedores hoy en día? ¿Han cambiado en los últimos años?

Se enfrentan sobre todo a un mundo que está transformándose constantemente. Hace veinticinco años el mundo experimentaba algunos cambios, pero eran muy pocos. Aparecía Internet, y tenían que mandar correos electrónicos, hacer páginas web y poco más. Era importante, pero no era un cambio supersustancial. Ahora los cambios son absolutamente sustanciales porque ha cambiado todo el modelo. Piensa que con la pandemia por ejemplo la gente dejó de vender. No podías ir a la tienda porque estaba cerrada, y tuvieron que empezar a venderlo todo online. Eso fue un cambio tremendo. Algunos emprendedores no supieron o pudieron adaptarse y cerraron; otros fueron hábiles y se adaptaron rápidamente, y no solo sobrevivieron sino que cambiaron el modelo de negocio y generaron mucho más negocio. El cambio ha sido sustancial. 

Las tecnologías han modificado los desafíos de los emprendedores. ¿Siente que la gente está preparada para esta nueva forma de hacer negocio?

La gente cree que está preparada, pero esto es como toda la vida. Para estar preparado hay que tener un poco de sensatez y de sentido común. No vale con manejar mucha tecnología. Hay que saber qué modelo de negocio tienes, cómo lo vas a poner en marcha, qué es lo que quieres hacer, quién te va a acompañar... Y sobre todo, que lo tuyo funciona muy bien, pero ¿va a pagar alguien por lo que estás haciendo? Porque para emprender se pueden hacer dos cosas; puedes sacar un producto que compre poca gente y pague mucho, o que compre mucha gente y pague poco. Pero tienes que conseguir que haya gente que pague por ese producto o servicio. Y hay emprendedores que piensan que van a pagar por su producto y luego no lo pagan. Ahí está el asunto. Antes de lanzarte y hacer cincuenta mil productos de lo tuyo porque los vas a vender, quizá sea conveniente hacer cincuenta, a ver si te los van a comprar.

De esto habla también en sus libros y seminarios. ¿Cómo formula todas estas novedades relacionadas con las tecnologías? Porque parece que cada día nos enfrentamos a nuevos retos, IAs, webs... Todo cambia.

Efectivamente, todo cambia. Luego hay que saber venderlo. Fíjate. En Hazte visible, el último libro, donde enseñamos a la gente a convertirse en noticia, lo que intentamos sobre todo es que el emprendedor sepa cómo vendérselo. Y para eso necesita a un periodista. Pero claro, el emprendedor cuando va al periodista va pensando que lo suyo es tan importante que el periodista tiene que publicárselo sí o sí. Y no es así. Al periodista le tienes que convencer e ilusionar con la importancia de tu producto. Si no, no vale para nada. Si tú a un periodista de tecnología le vas hablando de un tema de corazón, no le va a interesar. Tienes que conseguir enfocárselo hacia ese tema de tecnología, o de economía, o de sociedad. Eso es de lo que se trata. Por eso el emprendedor tiene que saber vendérselo y saber cómo tratar con la prensa. Porque claro, tú puedes hacer dos cosas; publicidad en un medio de comunicación, o salir en un medio porque un periodista te haya hecho una entrevista. Si un periodista te hace una entrevista, te da autoridad porque es el periodista el que te ha elegido a ti para sacarte. Y la gente que lo lee piensa Lo han sacado porque un periodista ha decidido que esto es interesante, y eso te va generando autoridad y es muy importante.

¿Hay algo que tengan en común quienes se dedican a emprender?

Todos tienen en común que su idea es la mejor y la más maravillosa del mundo. Cierto es que es la más maravillosa del mundo, pero el problema es que lo es para ellos. Tienen que conseguir que lo sea para todos. Conseguir eso significa que tengas éxito cuando lanzas un producto. Si tienes éxito, entonces sí es la más maravillosa del mundo. Si no, desgraciadamente solo lo era para ti. Comparten eso y sobre todo su pasión por lo que están haciendo. Pero con la pasión no vale. Hay que tener pasión, hay que tener sensatez, sentido común y un plan. Necesitas gente que te acompañe, gente que sepa. Que yo entiendo que en un primer momento no puedes pagar a una agencia de comunicación, a un gestor... Pero que sepas que en cuanto tengas la capacidad de hacerlo, debes contratar a gente que sepa hacer cosas que tú no sabes. Porque el hombre o la mujer orquesta no nos vale. Tú puedes hacer de todo en un momento dado, pero si quieres que tu negocio despegue, tienes que rodearte de gente que sepa hacer algunas cosas mejor que tú. No se puede estar repicando y en misa. Y eso tiene que saberlo cualquier persona que quiera emprender. Y otra cosa importante, tienes que rodearte de los mejores, que no te dé miedo que te hagan sombra. Tienes que conseguir que te den sombra para que ese camino sea más tranquilo y placentero.

En sus tomas de contacto con emprendedores habrá visto a emprendedores de todos los perfiles. ¿Existe el perfil ideal?

El emprendedor ideal es el que tiene una buena idea, le funciona, la pone en marcha, tiene éxito, trabaja en ella, sigue teniendo éxito, crece, se rodea de gente interesante que le ayuda a crecer más... Ese es el emprendedor de éxito, pero ese es el ideal. Y eso son muy pocos. Piensa que de cada cien empresas que se ponen en marcha, a lo mejor noventa y pico -por no decir noventa y ocho- se van al traste en los dos primeros años. Entonces, ¿cuál es el emprendedor ideal? El 2 por ciento.

¿En el Estado español aprecia una cultura del emprendimiento similar a otros países? ¿Somos más o menos emprendedores comparados con nuestros vecinos?

Si nos comparamos con nuestros países vecinos no te sabría decir mucho. Si nos comparamos con Estados Unidos, hay encuestas que dicen que el 75% de los jóvenes en EE.UU. quieren ser emprendedores y el 25% quieren trabajar para una empresa. En España las encuestas dicen que el 75% de los jóvenes quieren ser funcionarios y el 25% quieren montar su empresa. Ahí está la diferencia, que podríamos decir que la cultura emprendedora no ha fructificado. Pero también es cierto que no todo el mundo tiene que ser emprendedor. Yo recuerdo que hace 10 años, cuando empecé mi programa Emprende en TVE, aquí parecía que el que no quería ser emprendedor era un desgraciado. Todo el mundo tenía que ser emprendedor. Y esto no es así. Hay gente que vale para emprender y gente que no. Y si no vales para emprender, mejor no te metas, porque te estás metiendo en un galimatías y a lo mejor te estás arruinando la vida. Para esto, como para todo, hay que valer. Porque además, si todo el mundo emprendiese tampoco funcionaría. Por ejemplo, cuando a mí me operaron de cáncer, el médico que me salvó la vida no era un emprendedor, era un señor al que le había contratado un hospital, y el camillero que me llevó a quirófano era un señor contratado por el hospital. Y así todo; los profesores que han educado a mis hijos no les habrían educado, porque estarían emprendiendo, la Policía no existiría porque estarían emprendiendo... Hay gente que tiene que emprender y gente que no tiene que emprender. Tiene que haber absolutamente de todo. 

¿Cómo surgió Emprende, el espacio que en estos años ha cosechado decenas de galardones?

Emprende surgió hace diez años, cuando se presentó el proyecto a la dirección de informativos del 24 horas. Cuajó, lo sacamos sin medios entre Luis Oliván y un servidor. Empezamos a trabajar mientras compatibilizábamos nuestros otros trabajos. Nos pasábamos los sábados y domingos trabajando para sacarlo adelante. Y de repente, a los ocho o diez meses, nos dieron un premio, después otro... Empezaron a llegar premios y ahora tenemos cincuenta y pico. No es que por esto seamos mejores profesionales, pero el orgullo lo tienes ahí.