Es más que evidente que la introducción del sistema de tarjeta para abrir contenedores ha mejorado notablemente las estadísticas de reciclaje, en todas partes y en todos los apartados. Los números no mienten y la mejora, aunque aún ni suficiente, sigue siendo muy notable. De la misma manera, convive la idea de que algunos sistemas son complejos, especialmente para personas mayores, algo que habría que tratar de mejorar o cambiar, sin por ello volver a los contenedores sin tarjeta, que esta demostrado que desincentivan la separación por tipos de residuos.

Y, por otra parte, convive la realidad de que hay personas que o bien pasan directamente de reciclar, que tiran la toalla a la primera que no les funciona o el contenedor o la tarjeta o que directamente tienen un sentido del urbanismo nulo. De ahí que según zonas exista un problema obvio de bolsas que antes iban directas a los contenedores y que ahora se dejan en la calle, con todo lo que eso supone de suciedad, bichos, imagen, molestias, etc. Y eso por no hablar de los voluminosos, que algunos dejan en la vía pública como si esta fuera un contenedor gigante. Ante el problema del bolseo, la Mancomunidad se está planteando instalar cámaras de seguridad para localizar a los infractores y multarles. A mí, sinceramente, creo que ya nos sobran cámaras de seguridad por todas partes y no creo que sea justo filmarnos a todos en la vía pública por el simple motivo de que unos pocos no reciclen.

Busquen otros sistemas o traten de mejorar los existentes para que el proceso de reciclar aúne lo más posible resultados positivos con comodidad y seguridad para los usuarios y así no habrá que andar estableciendo herramientas que se inmiscuyen en la vida de todos cuando no todos ni por asomo son responsables de la deriva del bolseo. ¿Vigilancia y multas según la ordenanza? Adelante, pero sin pasar de ahí.