Estos días preelectorales a nivel municipal pamplonés son indicados para resaltar algunos problemas y encauzar posibles y futuras soluciones.

Recientemente ha aparecido en la prensa un debate sobre la avenida de Navarra en el barrio de San Jorge. La problemática no es nueva: el apabullante tráfico de vehículos y la incomodidad de un paso subterráneo para peatones. Todas las medidas que se tomen para favorecer a los peatones serán positivas.

El trasfondo de la avenida de Navarra proviene que se hizo como carretera de circunvalación de la ciudad, todavía algunos vecinos la llamamos la Variante, y después de 50 años, a pesar de estar rodeada de miles de vecinos, además de hospitales, hoteles, centro de salud, una universidad… sigue teniendo el aspecto de una autopista. Muchas veces en la cartografía de Pamplona se sigue indicando como autopista para cruzar la ciudad de forma rápida.

Se han realizado en los últimos 20 años alguna mejoras: instalación de rotondas (posiblemente para mejorar el tráfico, no para favorecer a los peatones, aunque sí ralentiza la velocidad), alguna instalación semafórica que favorece a los peatones, plantación de árboles en algunos tramos de acera, colocación de dos radares que aminoran la velocidad y poco más en sentido positivo para los peatones. 

En negativo: la instalación de carriles bici en las aceras de un buen tramo de la avenida marginando al peatón como si fuese un apestado (es curioso este asunto ya que se ha creado este carril bici sobre la acera justamente en las zonas donde hay seis, seis repito, carriles para vehículos de cuatro ruedas ¿qué otra calle de la ciudad tiene seis carriles para vehículos?); el mantenimiento de guardabarreras de carretera en un buen tramo; la no eliminación del paso elevado en la conexión con la avenida de Zaragoza (tantas veces planteado por el urbanismo municipal y todavía en funcionamiento, dando un aspecto de autopista); la falta de un semáforo intermedio entre la avenida de Barañáin y la avenida Pío XII (según algunos urbanistas es el tramo más largo de las calles de la ciudad sin semáforo para los peatones); falta de arbolado en un buen tramo de las aceras, mal mantenimiento del suelo peatonal en un tramo… En fin, hay una gran posibilidad de mejoras para convertirla definitivamente en una calle de la ciudad.

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Manifestación por una solución a la rotonda de San Jorge JAVIER BERGASA

El elevado número de vehículos diarios, acercándose a los 40.000 (que es una barbaridad en una calle de la ciudad) proviene de que es una ruta muy ágil para cruzar la ciudad, y ello se debe dificultar ya que hay rondas en la zona oeste de la ciudad que permiten a los vehículos hacer el recorrido sin pasar por una zona urbana. Hay muchas formas de conseguirlo.

La propia situación de los hospitales, público y privado, anexos a la avenida, hace más necesaria una buena urbanización. El futuro de Pamplona va a pasar por ser una ciudad de servicios sanitarios y universitarios ante la incertidumbre y minoración del trabajo en el sector de la automoción que ha sido, hasta ahora, el motor de la ciudad.

Es un buen momento para que los diversos partidos políticos perfilen mejoras para los próximos cuatro años de esta avenida que está llamada a ser una excelente calle de la ciudad dada su situación y servicios que posee.

*El autor es vecino del barrio pamplonés de Ermitagaña