dentro del osasunismo no habrá frase más tópica (y real) que la de Pedro Mari Zabalza y su famoso “si nos confiamos somos muy malos”. Ayer, al equipo de Jagoba Arrasate le pasó un poco de eso al no rematar un encuentro con 0-2 y multitud de ocasiones en que Osasuna pecó de exceso de confianza incluso, alguna vez, de egoísmo. Luego, un equipo necesitado se encontró con un gol en propia puerta y noqueó a unos rojillos que no entendían qué estaba ocurriendo.

Osasuna tiene ante sí una prueba importante para acabar ascendiendo. Recuperarse del mazazo de ayer será transcendental para conseguir el ascenso. El varapalo es digno de estudio y repaso y, seguro, que Arrasate le da una buena vuelta a lo sucedido.

No puede ni debe agrandarse, por duro que fuese que le remontasen dos goles, la gravedad de perder en Tenerife. Las formas tal vez oculten que Osasuna fue muy superior al rival durante 50 minutos del partido. Los de Arrasate no acusaron las bajas en ese rato y Rober y Brandon dieron dos sopapos al Tenerife y pusieron el encuentro muy de cara para Osasuna.

Pero no lo mataron, quedaba mucho encuentro y los rojillos tuvieron opciones variadas para meter el tercero. Ahí sí que se acusó la ausencia de un Villar con el que tal vez no se hubiesen perdonado tantas ocasiones. Pero en un centro lateral Unai remató a su propia portería y marcó un golazo.

Ese tanto espoleó al Tenerife y creó ciertas dudas en un equipo que, además, comenzó a echar de menos a Oier y, especialmente, a sus pulmones. Perea llevaba muchos partidos inactivo y realizó un más que buen partido hasta que le duró la gasolina. Con esa gasolina se fue también el equilibrio y Naranjo hizo mucho daño y en dos internadas suyas vinieron los goles de la remontada. Al propio Arrasate se le vio algo más dudoso al leer el encuentro.

Dolorosa derrota, evidentemente, pero la realidad es que jugando a este nivel a Osasuna se le van a escapar muy pocos puntos. ¿Qué los rojillos no saben especular con el resultado? No. Por eso van líderes. Y si en alguna ocasión de las que se tuvo con 0-2 se hubiese marcado el tercero seguramente estaríamos hablando de recital rojillo. Pero no se hizo y se dio la vuelta a la tortilla.

Ahora a Osasuna le toca levantarse, aprender y tener tranquilidad para recibir al Extremadura. Osasuna sigue mostrando un nivel muy bueno. Sin alarmas.