Osasuna alcanzó ayer los 48 puntos. 24 en la primera vuelta, 24 en la segunda (sin el Chimy). Así de primeras ya suena para quitarse el sombrero una y muchas veces. Pero lo cierto es que Osasuna, por lo menos fuera de Pamplona, no está siendo lo suficientemente reconocido. Al equipo rojillo se le etiqueta siempre con los mismo clichés. Ya se puede hacer una temporada ridícula como hace unos años o una excepcional como esta.

Seguro que los aficionados pueden enumerar una ristra de clichés que siempre van a asociados a Osasuna: peligroso a balón parado (aunque lleve eones sin meter a balón parado), duro y con mucha garra. Por ejemplo. Este último, sin duda, es el favorito para técnicos y analistas de lejos de Pamplona. Ya puede tener el equipo un año plano como el de Diego Martínez, que los rivales siempre destacaban la garra.

Es evidente que el equipo que lidera Jagoba tiene garra. Como para no. Pero simplificarlo solo a eso es de un desconocimiento supino. El partido de ayer sirve para ver que los rojillos tienen muchas cosas. Tras un mal arranque, con un error atrás de esos que le hacen torcer el morro a Jagoba, Osasuna cumplimentó un partido excepcional en todos los sentidos. El primer gol es una auténtica maravilla cincelada entre medio equipo y rematada como un '9' puro por Gallego. Tercer gol en dos partidos del ariete. Como para no estar esperanzados con un Chimy-Gallego la temporada que viene.

Pero si alguien quiere dejarse de garra y esas cosas que se vea a Estupiñan. El ecuatoriano es una bestia en la banda izquierda, pero eso ya lo era antes. La mejoría del lateral es que ha reducido el número de errores atrás y que ha subido el de centros precisos. Eso no es garra, señores, eso tiene un trabajo detrás tremendo. Casi es un cartel para que todos los equipos grandes que tengan alguna perla la cedan a Osasuna para que pase por las manos de Jagoba. Mal no tiene pinta de que se la vaya a devolver. Aún y todo, aún le queda, pero para eso Arrasate le puso a un cerebro andante como Iñigo Pérez por delante. Este le marcaba con sus movimientos todo lo que tenía que hacer. Una variante táctica inteligentísima.

Y así Osasuna se metió en los 48 puntos. A tres de Europa, aunque sea ya imposible. Ahí no se llega solo con garra.