Javier Aguirre regresó a Pamplona para hacer historia. Esta vez con el Mallorca, al que ha conseguido salvar de una manera agónica. El triunfo 0-2 ayer en El Sadar certificó la permanencia del club bermellón y al mexicano se le vio descansado en rueda de prensa después de la tensión acumulada. Confirmó que tiene un preacuerdo para seguir en el equipo.

"La primera parte la he vivido alocado, nerviosón. Protestando mucho por chorradas y tonterías", reconoció el exentrenador y exjugador de Osasuna. "En la segunda estaba más equilibrado. El primer gol me ayudó desde luego. Estuve más analítico", explicó sobre el vaivén de sentimientos ayer en el banquillo.

Aguirre manifestó que "había demasiadas emociones" y estaba preocupado porque Osasuna estaba jugando bien: "Nos estaban pasando por encima, lo veía muy oscuro. Aguantamos el 0-0 y en la segunda parte salimos mejor".

El camino del Mallorca a la salvación tuvo un punto de inflexión con el 2-6 en casa en la jornada 35 ante el Granada, el equipo que finalmente ha bajado. "Después del 2-6 el equipo estaba noqueado, teníamos pie y medio en Segunda División. Fuero tres días horribles, sin dormir. Estábamos muertos, jodidísimos. Éramos unos fantasmas en el campo. Estábamos liquidados. Ni el whiskito ayudaba. Fue yo sacar la basura y estando yo bien, contagio a la gente", confesó el técnico.

Ayer en El Sadar "hubo una explosión de júbilo. Ya el gol de Abdón fue una sacudida al ser humano que ha sufrido. Son chicos que lo pueden hacer bien o regular, pero siempre están ahí. La semana fue fantástica, no toqué nada. Se lo merecen".