No cabe duda de que el Almería ha realizado con el traspaso de Sadiq Umar, el delantero nigeriano, una gran operación –25 millones de euros si se suman todas las variables contempladas en el acuerdo con la Real Sociedad–, pero el agujero que deja el ariete –ayer se marchó lesionado del partido de la Real en Getafe– no va a ser nada fácil de subsanar. Quizás porque se veía una operación cantada, y deseada, el conjunto andaluz fue sumando con antelación personal para la plantilla e intenta repartir responsabilidades en el ataque entre varios jugadores. En esta posición se encuentra Leo Baptistao, un futbolista conocido de la Liga que se marchó sin meter ruido y aparece del mismo modo.

Leo Baptistao (Santos, Brasil, 26 de agosto de 1992, tiene 30 años) debutó en la Liga en 2012 con el Rayo Vallecano –había llegado a las categorías inferiores del club en 2008–, para luego jugar en el Atlético de Madrid, Betis, otra vez Rayo, Villarreal y Espanyol y después en el Wuhan Zall, de la Superliga China, en la que disputó 44 partidos entre 2019 y 2021 hasta que se marchó al Santos.

El delantero acababa contrato en su club de Brasil en 2023, pero pese a que el Santos –el histórico club de Pelé– quería que continuara, él había mostrado sus deseos de regresar a España. En Primera División llegó a disputar 178 partidos en siete temporadas, con 34 goles en su haber, siendo la de 2017-18, la del debut con el Espanyol, la más productiva al firmar ocho tantos.

Por Baptistao el Almería pagó 1,53 millones de euros, lo que facilitó los deseos del jugador. De todos modos, afirma la prensa de Almería, esta cantidad no fue lo más importante para desbloquear las negociaciones, ya que la clave estuvo en que la UD Almería aceptó anticipar las bonificaciones por el fichaje de Kaiky Fernandes, central brasileño que también firmó la UD Almería del Santos FC por unos siete millones de euros, quedándose el club brasileño un 20% de una futura e hipotética venta del zaguero.