El futuro de Roberto Torres ya se va aclarando, una vez el club ha hecho oficial que a partir del 1 de enero, el centrocampista de Arre dejará de formar parte de la disciplina rojilla, una decisión que comenzó a tomar forma en verano, cuando el club le comunicó al capitán sus intenciones de cara al presente curso.

Torres, desde aquel momento, ha tenido un comportamiento ejemplar. Conocedor de su situación, el de Arre ha sido el primero en saltar a los entrenamientos, no ha puesto una mala cara en las sesiones, tampoco ha tenido un mal gesto y se ha parado a atender a los aficionados siempre que ha sido solicitado. Se ha limitado a trabajar en darle la vuelta a una situación compleja.

Ahora, el de Arre es libre para elegir su futuro, y una de las opciones que maneja sobre la mesa es la del Foolad iraní, que compite en la Iran Pro League, la Primera División del país y se ha clasificado para la fase final de la Champions asiática. Allí, el navarro se encontrará con Javad Nekounam, técnico del equipo de la ciudad de Ahvaz, en el Estado de Khuzestán.

En Irán ha comenzado ya la segunda fase de la competición doméstica, que se detendrá de nuevo en febrero porque, mientras se disputa la Champions League, se juega la fase final de la Champions asiática, con la peculiaridad de que la fase final, para la que está clasificada el Foolad, se disputa, del tirón, en una sede. En esta edición, el escenario elegido es Doha, en Catar.

Pero la historia no termina aquí. Para que Roberto Torres firme y apueste por la propuesta iraní, el Foolad deberá dar la baja a uno de los extranjeros que tiene en la plantilla, puesto que la normativa permite solamente tres licencias extranjeras. En este sentido, en el club se encuentran el portero austríaco Christopher Knett, el defensa central maliense Moussa Coulibaly y el mediocentro sudafricano Ayanda Patosi. También podría darse el caso de que alguno de los tres jugadores mencionados adquiriera la doble nacional, como ocurre con el alemán Ashkan Dejagah y el azerbaiyano Ali Ghorbani.