Buscaba Osasuna contra el Girona su segunda victoria en El Sadar de la temporada (venía de ganar su anterior compromiso como local al Granada por 2-0), pero encontró un severo correctivo de un rival que, con su triunfo de ayer en Pamplona (2-4), se colocó como líder en solitario de Primera División (en la jornada 12) a expensas de lo que haga esta noche el Real Madrid en Vallecas, donde el equipo de Ancelotti necesita ganar si quiere igualar a puntos (31) con el cuadro catalán y recuperar de esta forma la primera plaza por disponer de una mejor diferencia entre los goles marcados y los encajados.

Soñó Osasuna con la proeza de endosar al Girona su primera derrota como visitante en lo que va de curso –tras empatar en el Reale Arena con la Real Sociedad (2-2), había ganado consecutivamente en el Pizjuán al Sevilla (1-2), en Granada (2-4), en Villarreal (1-2) y en Cádiz (0-1)–, pero su momentánea remontada con dos goles de Budimir (el croata volteó, con sendos tantos en los minutos 25 y 54, la diana inicial de Iván Martín en el 16) se tornó en pesadilla. Y es que Osasuna encajó una dolorosa derrota y cuatro goles en El Sadar, algo que no ocurría desde hacía más de dos años. Concretamente desde el 12 de septiembre de 2021, cuando el Valencia, con Bordalás en el banquillo, remontó un tempranero gol de Moncayola para ganar 1-4 en el feudo del conjunto navarro.

Como recordó y destacó Jagoba Arrasate en sala de prensa, a Osasuna le marcaron ayer cuatro goles en otros tantos disparos entre palos recibidos, lo cual evidencia la endeblez defensiva de su equipo (no sólo de los zagueros) y también la eficacia de un Girona que es el equipo más goleador de Primera (lleva 29 goles, por los 26 del Atlético de Madrid, su más inmediato perseguidor en esta faceta) y el quinto que anota cuatro o más dianas en El Sadar en un mismo partido en las seis temporadas, incluida la actual, de Arrasate como entrenador rojillo, ya que antes que Girona y Valencia lo hicieron en el curso 2019-2020 Real Sociedad (3-4), Real Madrid (1-4) y Atlético de Madrid (0-5). Una goleada que no se debe repetir si Osasuna quiere hacer de El Sadar un fortín.