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Quitar la protección al monumento de los Caídos en Pamplona, asignatura pendiente

El Ayuntamiento deberá iniciar el trámite para retirar el blindaje del edificio y será Príncipe de Viana quien emita un informe “preceptivo y vinculante” que autorice la intervención

Quitar la protección al monumento de los Caídos en Pamplona, asignatura pendienteJavier Bergasa

La transformación del monumento a los Caídos de Pamplona va a obligar a introducir importantes cambios legales y normativos, tanto desde el legislativo como en el ámbito municipal, el más trascendente de los cuales tiene que ver con el grado de protección del edificio, que en las actuales circunstancias imposibilita intervenir en casi todos sus elementos y mucho menos con el calado del proyecto anunciado este miércoles por PSN, EH Bildu y Geroa Bai.

Descartado el derribo, habrá que hilar muy fino en preparar la cobertura legal necesaria para que se puedan llevar a cabo las actuaciones previstas porque es seguro que el expediente se encontrará con más de un obstáculo durante su tramitación.

Lo primero será el cambio de la Ley Foral 33/2013 de 26 de noviembre de reconocimiento y reparación moral de las ciudadanas y ciudadanos navarros asesinados y víctimas de la represión a raíz del golpe militar de 1936 para dotar de seguridad jurídica a la transformación en el edificio.

Después será responsabilidad del Ayuntamiento de Pamplona, donde las tres formaciones firmantes también cuenta con mayoría, impulsar un concurso de proyectos sobre las bases concretas recogidas en el acuerdo e iniciar el cambio normativo que permita la retirada de la protección que ahora tiene el monumento (de grado 2-3).

Corresponderá al Consistorio iniciar ese procedimiento con un cambio en el Plan Municipal, donde está incluido el catálogo de edificios protegidos, y presentar ante el Pleno una propuesta debidamente justificada para eliminar el blindaje o en su caso, reducir el grado de protección que permita realizar las intervenciones anunciadas.

Una vez aprobada por la mayoría del Pleno de Pamplona, la iniciativa tendrá que ser remitida al Gobierno de Navarra para que a través de la institución Príncipe de Viana, dependiente de la consejería de Cultura, emita un informe que tiene la consideración de “preceptivo y vinculante”. 

Resulta innegable la trascendencia del paso dado, que supondrá la transformación física y simbólica del edificio que combine la demolición de algunos elementos arquitectónicos que implican la simbología franquista con la creación en dicho lugar, que perdería la condición de monumento, de un centro de denuncia del fascismo y por la memoria democrática.

Edificio protegido en el Plan Especial del II Ensanche

El procedimiento será largo y complejo. En la actualidad, los Caídos aparece en el listado del Plan Especial de Actuación Urbana del II Ensanche. Está incluido entre los edificios catalogados por el Ayuntamiento de Pamplona, que determina tres grados en la protección de los edificios catalogados atendiendo a su extensión e intensidad.

Los grados 1 y 2 protegen al edificio en su conjunto, mientras que el grado 3 asigna la protección sólo a determinados elementos arquitectónicos relevantes, generalmente la fachada.

En el caso de los Caídos, la cripta, la cubierta y todo el espacio interior están catalogados en grado 2 de protección, mientras que las arquerías laterales tienen grado 3.

Dibujos y lemas belicosos en el interior de la cúpula.

El edificio tiene escaso valor arquitectónico. Según consta en el Catálogo del Plan Municipal de Pamplona, el interés mayor “lo constituye su significación” y solo destaca de él su gran cúpula que “se configura como elemento fundamental” del monumento.

La ornamentación es escasa y la composición resulta “bastante pesada debido al abigarrado coronamiento del pórtico, con dos torres o templetes, que se alzan sobre el tímido frontón mixtilíneo”.

Según se recoge en el documento oficial, junto al monumento se fue configurando la plaza y los dos brazos portificados que terminan, por un lado, en la parroquia de Cristo Rey, y por el otro, en la casa parroquial, “incluidos ambos en la protección”.

La única actuación permitida en la actualidad, según aparece en el expediente, sería la transformación arquitectónica de la escalinata y las bases de las arquerías “para permitir la mejora de la relación peatonal entre el espacio delantero y el posterior del monumento”.

Tapar la cúpula y demoler la cripta y los arquería exterior

Los planes de la resignificación van mucho más lejos. En el caso concreto de las arquerías (grado 3) el acuerdo establece su demolición, mientras que la gran cúpula (grado 2) será tapada en cuanto elemento arquitectónico que “ha dado visibilidad y ha acompañado el paisaje urbano de Pamplona con vocación de dominación simbólica”.

De esta manera, “se deberá visualizar la transformación del propio edificio, secularizarlo y crear un nuevo paisaje urbano y simbólico acorde con el nuevo valor social del edificio”, se destaca en el acuerdo.

Detalle de una de las arquerías del edificio, que será demolida.

Se mantendrá, en todo caso, la estructura interna de la cúpula donde se encuentran las pinturas de Ramón Soltz, con el objeto de posibilitar la lectura crítica de las mismas en el propio centro.

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Aunque las pinturas, según se subraya en el documento, son “ilustrativas de la visión destructiva, supremacista, belicista y contraria a la libertad del fascismo que asoló Europa en los años treinta del siglo XX”, se ha decidido mantenerlas con el objetivo de ser utilizadas para el “estudio crítico a través de visionados restringidos a fines educativos, pedagógicos o académicos, permaneciendo ocultas al público en general”.

Con respecto a la cripta, también de grado 2, en la que estuvieron enterrados hasta 2016 los generales golpistas Mola y Sanjurjo, el acuerdo determina su completa desaparición, así como la retirada de los mármoles que se pusieron en el interior con objeto de la inauguración y que incluyen inscripciones de Francisco Franco ocultas hoy en día.